No es la primera vez que la ultraderecha llega a la segunda ronda para disputar la Presidencia de la República francesa. Ya lo hizo la propia Marine Le Pen hace cinco años y su padre, Jean-Marie Le Pen, en 2002, con un 33,90 y un 17,79 por ciento de los votos, respectivamente. En esta ocasión, sin embargo, sus resultados han sido mejores.

Este hecho agrega un nuevo ingrediente al análisis sobre el auge de esta corriente que arraiga peligrosamente en Europa, al haber situado a la ultraderecha nada menos que a las puertas del Palacio de Elíseo.

De acuerdo con los resultados oficiales al final del escrutinio, Le Pen ha obtenido un 41,45% de votos, frente al 58,55% de Emmanuel Macron. Eso se traduce en 18,7 millones de sufragios para el presidente, frente a los 13,2 millones obtenidos por la ultraderechista.

Por una parte, la normalización de su agenda ha hecho más fácil votar a Le Pen. Por otra parte, la falta de una alternativa progresista y el hartazgo generado por Macron en amplias capas de la sociedad ha llevado a que tome cada vez más cuerpo la posición «ni Le Pen ni Macron», tras la primera vuelta celebrada hace quince días.

Así lo muestra, por ejemplo, el aumento de la abstención respecto a la cita de 2017, año en que la participación tampoco fue para tirar cohetes. Además, como ya sucediera en 2017 con idénticos protagonistas y a diferencia de citas anteriores, en la segunda vuelta ha habido una menor participación que en la primera. Este domingo la participación ha rondado el 72%, que sería la más baja en 53 años.

Obviamente, muchos electores se han sentido huérfanos, y Macron tampoco les ha servido como reclamo al menos para poner freno a la ultraderecha.

Los votos vascos

En Euskal Herria, como ya ocurriera en la primera vuelta, la cita electoral ha tenido sus propias particularidades, entre las que destaca que Le Pen ha logrado en tierra vasca un menor apoyo que en el conjunto del Estado francés. En Euskal Herria se ha situado en 34,5%.

De las 158 localidades vascas donde se ha votado, son cinco en las que ha ganado Le Pen, todas ellas de pocos habitantes: Ürrüstoi, Etxarri, Banka, Gixune y Mendibe.

Reacciones

Recién reelegido presidente, Emmanuel Macron ha prometido esta noche «escuchar el silencio de los abstencionistas» y responder a las razones «de la cólera» de quienes han apoyado a su rival, para tratar de restañar las heridas del país.

Antes de las palabras de Macron, la líder de Rassemblement National, Marine Le Pen, ha calificado de «histórico» el resultado obtenido en las elecciones presidenciales de este domingo, porque, a su entender, sienta las bases de «un gran cambio» y anticipa una «gran batalla electoral» en junio, con motivo de los comicios legislativos.

Aunque ha reconocido su derrota apenas unos minutos después de la difusión de las primeras proyecciones de voto, Le Pen ha denunciado haber sufrido «métodos desleales», sin ofrecer mayores precisiones. Pese a ello, ha comparecido ante sus seguidores con un discurso optimista.

El líder de France Insoumise, Jean-Luc Mélenchon, ha saludado la derrota de Le Pen, ha lamentado las consecuencias de la reelección de Macron –el presidente «peor elegido» de la V República– y ha emplazado a construir un bloque determinante para las legislativas de junio.