Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Visiones de Europa a través de un diario

DÓNDE ESTÁ ANNE FRANK
Israel-Bélgica-Estado francés-Luxemburgo-Netherlands. 2021. 99’. Tit. Orig.: ‘Where is Anne Frank’. Dtor.: Ari Folman. Guion: Ari Folman, sobre el diario de Anne Frank. Prod.: Ari Folman, Jani Thiltges, Y. Kugelmann y Alexander Rodnyansky. Voz V.O.: Ruby Stokes, Michael Maloney.

Anne Frank es evocada por medio de su amiga imaginaria Kitty.
Anne Frank es evocada por medio de su amiga imaginaria Kitty. (NAIZ)

Cuando Ari Folman recibió el encargo para esta película por parte de la Fundación Anne Frank dudó en  aceptarlo, debido a la responsabilidad que acarreaba en todo lo tocante al tratamiento del Holocausto, pero al final aceptó porque se ajustaba a su libertad creativa a la hora de superar barreras históricas, amén de que le permitía seguir experimentando con las técnicas mixtas entre imagen real y animación. No en vano su consagración llegó con ‘Vals con Bashir’ (2008), ganadora del Globo de Oro Internacional, y en la que se servía del documental animado para dar otra dimensión al conflicto armado en el Líbano.

Su lado más visionario salía a relucir en su siguiente ‘El Congreso’ (2013), premio EFA al mejor Largometraje de Animación y premio de la Crítica en Stiges, gracias a la versión heterodoxa de la novela de ciencia-ficción de Stanislaw Lem que, protagonizada por la actriz Robin Wright, elucubraba sobre realidades paralelas en un universo digitalizado.

Aunque parezca mentira, en ‘Dónde está Anne Frank’ (2021) también despliega toda una fantasía imaginaria en torno a la memoria guardada en las líneas del diario de la autora aludida en el título. Folman se sirve de Kitty, la amiga imaginaria de Anne Frank para trasladarla a la Europa actual, en la que emprende una búsqueda del personaje histórico a través de la repercusión y permanencia de su mito. Kitty viaja a Ámsterdam y visita la casa familiar o las calles preguntando por ella. Con lo que se encuentra es con su recuerdo y con las visitas turísticas que recorren su ruta.

Folman desarrolla una nueva técnica que combina fotografía real y animación tradicional en dos dimensiones, y que le permite insertar a las figuras animadas en escenarios fotográficos tomados en las verdaderas localizaciones. Todo ello en una obra cargada de simbología y de lecciones sobre el pasado.