Las huelgas que se están llevando a cabo en diferentes centros de trabajo y la lucha contra precariedad han sido las principales protagonistas de la celebración del Primero de Mayo de ELA en Bilbo, una ciudad donde desde la mañana se han sucedido las marchas de diferentes sindicatos.
Han sido casi dos horas de paso interrumpido de manifestaciones, al ritmo de batucadas, entre puestos pidiendo firmas –como las plataformas de pensionistas–, petardos, pancartas y sonidos de sirenas. Ha habido mucho grito, mucho ritmo y la sensación de tomar las calles en una época crucial y crítica para los trabajadores.
Unos sindicatos, como ha sido el caso LAB, han arrancado desde Zabalburu; otros, como ELA, desde el Sagrado Corazón. A partir de ahí, la mayor parte de ellos han ido bajando por la arteria principal y financiera de la capital bilbaina. ELA, ESK-Steilas, CCOO y UGT han dado una especie de ‘baño de realidad’ a un fin de semana en el que la capital bilbaina se encuentra repleto de turistas.
Repartir la riqueza
En la manifestación de ELA, ha recordado Mitxel Lakuntza, se encontraban trabajadores como los de Zuloaga (307 días) o Novaltia (más de 1.000 días de huelga, la más larga de Europa). Pero no son las únicas luchas en marcha: están convocadas huelgas en el sector del Comercio en Bizkaia, Limpieza en Bizkaia, la Diputación de Gipuzkoa, limpiezas de Gorliz, Bermeo, Universidad de Deusto o el sector de la residencias en Hego Euskal Herria (257 días de huelga ya en Gipuzkoa).
«Cuesta pero se puede: se puede conseguir buenos acuerdos, que se lo pregunten a las trabajadoras de las limpieza del Guggenheim que han conseguido una subida de un 20% o, esta misma semana, de las autoescuelas de Bizkaia (36%), con un convenio bloqueado desde 2010, o las limpiadoras del Juzgado de Bizkaia, donde hemos acabado con la brecha salarial –ha explicado–. Todo esto demuestra una cosa: que la huelga es una herramienta fundamental para terminar con la precariedad».
Y ha lanzado unos cuantos mensajes más: «Para repartir la riqueza necesitamos buenos convenios, no un Pacto de Rentas» y «subir los salarios es la solución; bajar los impuestos a las empresas es el problema».
El secretario general de ELA ha querido recordar los valores del sindicalismo plasmados en la celebración del Primero de Mayo, como son la solidaridad o la lucha por la igualdad. Algo en lo que, sin duda, coincidía el mensaje del resto de los sindicatos que han salido a la calle en Bilbo este mediodía.
En tiempos difíciles, de guerra, crisis, emergencia climática y capitalismo salvaje, el sindicalismo toma las calles.