Las manifestaciones del Primero de Mayo convocadas por los distintos sindicatos reivindicaron ayer los derechos de la clase trabajadora en un escenario marcado por la pérdida de poder adquisitivo debido a la inflación y de puestos de trabajo. ELA y LAB celebraron este día de forma separada, mientras que CCOO y UGT marcharon juntos. En Baiona también hubo unidad en la convocatoria.
LAB: «Hace falta un debate social sobre la redistribución»
Según fuentes del propio sindicato, LAB consiguió movilizar a más de 10.000 personas en toda Euskal Herria. El sindicato convocó en Gasteiz, Bilbo, Donostia, Iruñea, Eibar y Baiona, y puso el acento en el reparto de los cuidados, del trabajo y de la riqueza. En la capital vizcaina, poco antes de su salida desde Zabalburu, su secretaria general, Garbiñe Aranburu, destacó que «necesitamos un debate social sobre la redistribución, evitando que las consecuencias recaigan nuevamente sobre las espaldas de las y los trabajadores. Cualquier coyuntura les sirve para ir profundizando en el capitalismo», añadió.
Por ese motivo, afirmó que LAB «no legitimará» un Pacto de Rentas –propuesto por el Gobierno central a sindicatos y empresarios como medida para “atajar” la inflación– que suponga una pérdida de poder adquisitivo para los trabajadores. Tras apostar por políticas redistributivas, remarcó que defenderá la «actualización y dignificación» de los salarios «con referencia al IPC».
En Iruñea, además de las reivindicaciones comunes a los otros herrialdes, la manifestación que salió de la Plaza del Castillo hizo hincapié en la necesidad de políticas propias pensadas para y desde Nafarroa. Entre gritos de “Independencia, socialismo”, “Obrero despedido, patrón colgado” y “Gora borroka feminista”, la manifestación atravesó las principales calles de la capital. La ikurriña, la bandera de Nafarroa, las banderas del propio sindicato, rojas y violetas, dieron color a la movilización liderada por el movimiento de los pensionistas.
En declaraciones a los medios, el portavoz de LAB en Nafarroa, Imanol Karrera, reclamó que «frente a esta situación insostenible» y el encarecimiento de la vida es necesario el reparto y la dignificación de los trabajos de cuidados y «para ello es fundamental reducir la jornada laboral. Es importante que repartamos el empleo pero también que se reconozcan los trabajos de cuidados, de los que solo se hacen cargo las mujeres y que no tienen un reconocimiento económico y político».
Defendió también la necesidad de «proceder a políticas que redistribuyan la riqueza» con la creación de trabajo en Nafarroa, la mejora de los servicios públicos y una «reforma fiscal justa». En este sentido, interpeló directamente a la presidenta del Gobierno, María Chivite, para que «deje de limitarse a medidas en coordinación con el Gobierno español de Pedro Sánchez, ya que limitarse a las medidas de Madrid perjudica a los ciudadanos navarros».
ELA: «Necesitamos buenos convenios, no bajar impuestos»
ELA se manifestó en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria, con un lema o reivindicación único: el fin de la precariedad. Antes de la salida de la manifestación de Bilbo desde el Sagrado Corazón –los distintos sindicatos llenaron la Gran Vía, aunque en bloques separados–, Mitxel Lakuntza, secretario general de ELA, lanzó un mensaje muy directo: «Para repartir la riqueza necesitamos buenos convenios, no un Pacto de Rentas».
Lakuntza también criticó los llamamientos a la moderación salarial realizadas desde el Gobierno de Lakua en su nombre y en el de Confebask. «Sin embargo, el problema son los salarios. Cuando venimos de perder un 10% de poder adquisitivo la última década (un 17% entre los trabajadores y trabajadoras del sector público), cuando el año pasado las empresas han declarado beneficios históricos, lo que nos pide el consejero Azpiazu es que renunciemos a defender una subida de los salarios. Que renunciemos al IPC. Que seamos parte de una estrategia de empobrecimiento en una sociedad donde desde hace décadas la riqueza se reparte peor. Los salarios no son el problema, señor Azpiazu. Bajar los impuestos a las empresas y no subir los salarios solo consigue una cosa; aumentar la desigualdad y la pobreza», señaló Mitxel Lakuntza.
Las huelgas que se están llevando a cabo en diferentes centros de trabajo fueron otras de las protagonistas de la movilización de ELA en Bilbo, una ciudad repleta de turistas durante el fin de semana; una imagen que contrastaba con las casi dos horas de paso de las marchas de los distintos sindicatos. En la de ELA estaban trabajadores como los de Zuloaga (307 días de huelga ) o Novaltia (más de 1.000 días, la huelga más larga de Europa), así como el sector de residencias, comercio o limpieza. «Cuesta pero se puede: se puede conseguir buenos acuerdos, que se lo pregunten a las trabajadoras de la limpieza del Guggenheim que han conseguido una subida de un 20% o, esta misma semana, de las autoescuelas de Bizkaia (36%), con un convenio bloqueado desde 2010, o las limpiadoras del Juzgado de Bizkaia, donde hemos acabado con la brecha salarial. Todo esto demuestra una cosa: que la huelga es una herramienta fundamental para terminar con la precariedad», redundó Lakuntza. Un dato ofrecido por ELA: actualmente hay 541.000 trabajadores precarios en Euskal Herria; de ellos 311.000 son mujeres.
Baiona: «Por un mundo justo, sostenible y solidario»
En la capital de Lapurdi, la manifestación convocada por LAB, CGT, Bizi, FSU, Alda, EBA, CFDT y Etorkinekin Solidarité Migrants y que salió desde la Bolsa de Trabajo congregó a alrededor de 2.500 personas. “Por un mundo justo, sostenible, solidario: ¡La alternativa somos nosotros!” fue el lema elegido para esta convocatoria conjunta que destacó el problema de la vivienda en Ipar Euskal Herria. También denunciaron el proyecto del TAV mediante una original performance. «Mientras que la población se esfuerza por alojarse cerca de su lugar de actividad debido al aumento de los precios generados por la especulación inmobiliaria, el proyecto del TAV amenaza con exacerbar esta tendencia», advirtieron las organizaciones convocantes.
CCOO Y UGT: «Si quieren el acuerdo lo tendrán, si no, la conflictividad está servida»
UGT y CCOO marcharon juntos en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria tras pancartas en las que rezaban eslóganes como “La solución: subir salarios, contener precios, más igualdad”, unas manifestaciones en las que destacaba la presencia de cargos del PSE y PSN. En declaraciones a la prensa, los secretarios generales vascos de CCOO y UGT, Loli García y Raúl Arza, respectivamente, avisaron en Bilbo que «exigirán» cláusulas de revisión salarial en todos los convenios colectivos para evitar que la clase trabajadora «vuelva a ser la pagana» de una nueva crisis.
Para el secretario general de UGT en Nafarroa, Jesús Santos, los sindicatos sí que «han dado la talla en esta época de crisis de pandemia» y en la anterior de 2008, y puso también en valor los acuerdos alcanzados con el Gobierno español «que han supuesto fundamentalmente el mantenimiento del empleo», citando la reforma laboral, la de pensiones o los ERTE «que han supuesto el mantenimiento de 3,5 millones de trabajadores».
Aunque aún quedan extremos pendientes en el acuerdo de la reforma laboral como «la causalidad de los despidos, ya que en este país es fácil y barato despedir», por lo que demandó «volver a la indemnización por despido que había antes de la reforma del PP». Igualmente, apostó por alcanzar un acuerdo en la negociación colectiva para una subida salarial. Reivindicó que la subida de los salarios no es responsable del incremento de la inflación y apuntó que «los acuerdos que estamos firmando son del orden del 2,5% y en mayo la subida del IPC fue del 9,8%. No vamos a cejar en la subida del IPC en los convenios del IPC que firmemos y, si se negocia una cantidad inferior, queremos una revisión salarial año a año. Si quieren el acuerdo lo tendrán, como hemos demostrado, y si no, la conflictividad está servida», remarcó.
CGT, CNT, Steilas, Solidari y ESK: «La feminización de la pobreza es una realidad»
CGT, CNT, Steilas, Solidari y ESK, en una manifestación conjunta que realizaron en Iruñea, reclamaron a los gobiernos «poner freno al empobrecimiento de las mayorías sociales». En un manifiesto conjunto, los sindicatos criticaron que, en un momento en que «las noticias están en otra parte», se ha decidido que el Covid-19 «pase a ser una simple gripe y que los derechos de las trabajadoras y los trabajadores queden relegados a un segundo plano». Rechazaron «la cada vez mayor precarización laboral y social de la clase trabajadora» que, sobre todo, «tiene rostro de mujer porque somos nosotras las que peor paradas salimos siempre y porque la feminización de la pobreza es una realidad».
ESK y Steilas también realizaron sendas manifestaciones en Bilbo, Gasteiz y Donostia, con una marcha que partió desde Errenteria.
A su vez, convocados por Euskal Herriko Kontseilu Sozialista se registraron manifestaciones en Donostia, Gasteiz, Iruñea, Bilbo y otras localidades vascas.