Martxelo Diaz
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

El circuito de Los Arcos, una de las obras farónicas de Sanz, a la venta

El circuito de Los Arcos está en venta. La sociedad pública Nicdo ha publicado las bases para elegir comprador. Es una de las apuestas frustradas del desarrollismo de Miguel Sanz, que en 2009 decía «si alguno quiere seguir viviendo en las cavernas con sus tradiciones ancestrales, que lo haga»

Sergio Sayas, entonces parlamentario de UPN, al volante de un Polo durante una visita en 2009 al circuito de Los Arcos, todavía en construcción.
Sergio Sayas, entonces parlamentario de UPN, al volante de un Polo durante una visita en 2009 al circuito de Los Arcos, todavía en construcción. (Iñigo URIZ | FOKU)

La socidad pública Navarra de Infraestructuras de Cultura, Deporte y Ocio (Nicdo) ha dado a conocer las bases para el proceso de selección de candidaturas para que adquieran el circuito de Los Arcos.

De este modo, el Gobierno navarro trata de quitarse de encima una infraestructura que nunca ha funcionado y que ha supuesto un lastre para las cuentas públicas.

No es la primera vez que el Gobierno navarro intenta vender el circuito de Los Arcos. Ya lo intentó en 2013, en el mandato de Yolanda Barcina, tras rescatarlo mediante la inversión de millones de euros en una época marcada por los recortes en servicios básicos. Realmente Barcina se encontró con una patata caliente de una infraestructura impulsada por Miguel Sanz, en una estrategia destinada a que Nafarroa acogiese grandes instalaciones. Con la llegada de la crisis se convirtieron en un problema.

Sanz lo presentó como «el circuito del norte de España» y prometió «gestión y control». No ha sido suficiente. «Si alguno quiere seguir viviendo en las cavernas con sus tradiciones ancestrales, que lo haga», proclamaba entonces el presidente navarro, henchido de desarrollismo, a quienes osaban cuestionar el proyecto.

Rescate

El circuito de Los Arcos comenzó a construirse impulsado por la iniciativa privada, a través de la empresa Samaniego, pero con el aval del Ejecutivo navarro. Se inauguró en 2010. Pero, ante las dificultades financieras, el Gobierno rescató la sociedad. De este modo, en 2008, el 95% del capital de Circuito de Los Arcos S.L. era del Gobierno navarro y el 5% restante de Samaniego.

Las obras costaron más de 62 millones de euros y para hacer frente a ese gasto el Gobierno se vio obligado a endeudarse. Tras la construcción, el circuito ha seguido siendo un pozo sin fondo, ya que ha continuado generando pérdidas. Así, en 2010, año en el que se abrió, perdió 2,6 millones de euros.

Tras un periodo de gestión privada, en 2020 volvió a la gestión pública tras la renuncia de la concesionaria y ahora se intenta volver a venderlo.

Realmente, convertir en rentable un circuito es complicado. Ni siquiera el de Alcanyiz, en Aragón, que tiene un calendario de eventos internacionales mucho más importante que el de Los Arcos, es viable sin la anual inyección de dinero público.

Curiosamente, otra gran apuesta de Sanz de la época, el Navarra Arena, acogerá en 2022 su primera final manomanista. El proyecto comenzó en 2008, con Sanz justificándolo con la necesidad de que los pelotaris navarros jugasen las finales en Iruñea y no en Bilbo.