No ha habido sorpresa de última hora. Tal como se esperaba, los parlamentarios de PNV y PSE, los dos partidos que forman el Gabinete de Iñigo Urkullu, han votado en contra de una iniciativa legislativa popular (ILP) que tenía por objeto impulsar la Renta Básica Incondicional (RBI) en la CAV.
La iniciativa contaba con el apoyo de más de 22.000 personas, 80 entidades sociales y los principales sindicatos, pero contaba con el criterio desfavorable de Lakua. Y PNV y PSE han seguido el dictamen del Ejecutivo autonómico. PP, Ciudadanos y Vox también han votado en contra.
EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU han apoyado la iniciativa, que ha sido defendida ante el pleno por Itziar Guerendiain, integrante de la comisión promotora, quien ha insistido en que «es el momento de de implantar nuevas políticas capaces de acabar con la pobreza en nuestro territorio, de redistribuir la riqueza que generamos entre todas las personas, y de garantizar una vida digna, más allá de fiarla en exclusiva a un mercado de trabajo que es cada día más desequilibrado, más precario y más injusto».
«Nos preguntamos, señorías, si no es ahora el momento de acabar con la pobreza en la CAE, cuando según el Informe Foessa publicado a principios de este año, una de cada seis personas a nuestro alrededor vive en situación de exclusión social, un 17,6% más que en 2018. Nos preguntamos si no es momento de repartir la riqueza cuando la diferencia entre quienes más ganan y quienes menos ganan ha aumentado un 18% desde 2008; cuando las rentas más altas han seguido creciendo un 20%, mientras que las más bajas se han reducido un 3%. Nos preguntamos si hoy, cuando 115.000 hogares en la CAE dependen de una persona que sufre inestabilidad laboral grave, no es momento de buscar nuevas medidas económicas que puedan garantizar el derecho a una vida digna, más allá de la ocupación, o no, de un puesto de trabajo», ha añadido.
Y ha censurado los argumentos dados por Lakua para rechazar la ILP, «manifestando que ‘Euskadi tiene ya un modelo de éxito en esta materia’, en referencia al Sistema Vasco de Garantía de Ingresos e Inclusión Social».
«Las razones esgrimidas por el Gobierno para justificar su criterio desfavorable a esta ILP, además de suponer de facto un desprecio a uno de los escasos medios vigentes de participación democrática, son también un burdo escaqueo para evitar la confrontación entre ambos modelos, limitándose a ‘hablar de su libro’ y defender la RGI» que, según ha indicado Guerendiain, no atiende al 30% de la población en riesgo de pobreza; y entre quienes la perciben «apenas un 47%, menos de la mitad, consigue salir de su situación de pobreza».
«Llamar a esto ‘modelo de éxito’ no es una simple hipérbole: es una ocultación cínica de la realidad», ha subrayado.
Dos bloques en el Parlamento
Estas palabras no han hecho mella en las filas de PNV y PSE, que han tomado la palabra en el turno de explicación de voto para argumentar su rechazo a la ILP. Así, el jeltzale Aitor Urrutia ha abogado por «profundizar en la universalización de la RGI. Un modelo de éxito, sí. Llegando a segmentos de población actualmente no suficientemente cubiertos».
«Queremos, en definitiva, reforzar la red de protección social para que nadie que así lo necesite se quede sin un recurso. Y para ello, entre otras cosas, habremos de acertar también en facilitar las oportunidades de empleo, un empleo digno, estable, de calidad», ha apuntado antes de avanzar que el anteproyecto de Ley del Sistema Vasco de Garantía de Ingresos e Inclusión se encuentra en una «fase muy avanzada». El objetivo del mismo es «reforzar nuestro modelo vigente».
En este sentido, Gloria Sánchez, del PSE, ha incidido en que «este Gobierno considera que partimos de un buen sistema que puede ser mejorado y es lo que quiere proponerse al Parlamento vasco».
Desde la coalición formada por PP y Ciudadanos, Laura Garrido ha recuperado el discurso enarbolado años atrás por Javier Maroto para defender «la modificación del sistema de protección, con varios objetivos: subsanar las múltiples deficiencias detectadas; y conectar las prestaciones económicas, la RGI, la prestación complementaria de vivienda y las ayudas de emergencia social de una vez por todas a la empleabilidad».
Esta postura dista de la defendida por EH Bildu, que, por boca de Eraitz Saez de Egilaz, ha advertido de que el debate sobre la RBI «es muy oportuno, pero, sobre todo, es pertinente e interesante, porque no trata solo de la implementación de una política pública concreta». «Estamos en un momento en el que lo que hagamos o dejemos de hacer puede condicionar a una generación entera», ha añadido tras señalar que la ILP tiene «un horizonte claro: una vida digna y libre para todas, vidas que merezcan la pena ser vividas».
En la misma línea, Miren Gorrotxategi, de Elkarrekin Podemos-IU, ha aseverado que «avanzar hacia prestaciones que sean más justas, más dignas y más flexibles, no es incompatible con construir otras alternativas, con lanzarse a abrir nuevos caminos». «Salir de la pobreza no debería ser un tortuoso camino lleno de exigencias», ha destacado.
«Se ha perdido una oportunidad histórica»
Tras la votación en el pleno han comparecido antes los medios tres integrantes de la comisión promotora de la ILP, que han denunciado que «el Parlamento vasco ha perdido una oportunidad histórica».
«El PNV y el PSE, junto al PP y Vox, no solo han demostrado su falta de compromiso con la participación ciudadana en una gobernanza más democrática, sino también han demostrado que la lucha contra la pobreza y la desigualdad no está dentro de sus prioridades. En boca de esos partidos, el objetivo de ‘poner la vida en el centro’ es solo un eslogan», han apuntado.
Y han advertido de que, pese al rechazo de este jueves, «la RBI ha llegado al Parlamento y viene para quedarse». «La RBI va a ser una realidad que continuará reclamando su espacio como una medida política económica y social fundamental, absolutamente factible y cada vez más necesaria».
En este sentido, han afirmado que «vamos a seguir recorriendo diferentes caminos para avanzar. Hoy mismo y desde aquí proponemos un nuevo camino para llegar a establecer una RBI en Euskadi: proponemos a los diferentes partidos políticos que reflexionen y que estén abiertos al diálogo para acordar un plan piloto, del calado del plan piloto de Catalunya, que sirva de experiencia evaluable».
El sindicato ELA, por su parte, considera lo ocurrido en el pleno «inaceptable desde el punto de vista democrático». «Resulta paradógico que entre los argumentos esgrimidos hoy por quienes han votado en contra esté la defensa del actual sistema de prestaciones sociales y la necesidad de su reforma, pero que no quieran ni siquiera escuchar los argumentos y propuestas de sindicatos y movimientos sociales», ha remarcado en un comunicado.
Renta Básica Incondicional
La RBI es una una prestación incondicional, «sin otro requisito para percibirla que acreditar tres meses de residencia en la CAE»; universal, ya que «la cobrarían todas las personas por el hecho de serlo, independientemente de sus ingresos o patrimonio»; e individual, «porque se abonaría a cada persona, independientemente de con quién conviva».
En cuanto a la cuantía, la ILP recoge que, de 0 a 14 años la prestación mensual sería de 270 euros; en el tramo de 14 a 18 años aumentaría a 450; y para los mayores de 18 años o menores independizados sería de 900 euros mensuales.