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Ecologistas plantean una vía alternativa para que la UE se despida del gas ruso en 2025

La Red de Acción Climática (CAN), que sirve de paraguas a un millar de organizaciones ecologistas, cree que la Unión Europea (UE) se puede desprender del gas ruso en 2025 por una senda sostenible, mediante la renovación de más edificios e instalación de más techos solares y bombas de calor.

Conductos de gas en Bulgaria, país al que Rusia ha dejado de suministrar.
Conductos de gas en Bulgaria, país al que Rusia ha dejado de suministrar. (Nikolay DOYCHINOV | AFP)

«La UE no necesita aumentar sus importaciones de gas fósil para deshacerse de las de Rusia para 2025. Los ahorros de energía ambiciosos y un despliegue acelerado de energías renovables no solo nos devolverían al Acuerdo de París, sino que también reducirían las facturas de los consumidores», ha declarado en un comunicado el experto en política de transición energética de CAN Europa, Jörg Mühlenhoff.

En concreto, la CAN propone que se aumente en cinco millones el número de edificios a renovar en la UE para 2025, dando prioridad a los inmuebles de menor rendimiento energético y a los hogares más humildes.

También reclama que a mitad de década se instalen cinco millones de techos solares adicionales y otros cinco millones de bombas de calor, una máquina térmica energéticamente más eficiente que otras formas de climatización.

«Estas tres iniciativas emblemáticas pondrían a las personas en el centro del plan ‘REPowerEU’ al reducir la demanda de energía de los edificios en los que viven al tiempo que promueven la autogeneración de electricidad solar que alimenta las bombas de calor eléctricas para hacer que la calefacción de los hogares sea limpia y asequible", ha resumido la CAN en un comunicado.

Diversas medidas

Tras la invasión de Rusia sobre Ucrania, la Comisión Europea esbozó un plan, al que denominó ‘REPowerEU’ y que prevé concretar este mes, para reducir en dos tercios la dependencia comunitaria del gas ruso en el plazo de un año, con el objetivo de renunciar definitivamente a las importaciones en 2030.

Bruselas propone, entre otras medidas, diversificar el suministro de gas, incrementar las importaciones de gas natural licuado (GNL) y acelerar el despliegue de renovables.

El Ejecutivo comunitario contempla, en todo caso, que el gas fósil siga constituyendo una parte esencial del sistema energético de la UE, si bien aspira a que se vaya sustituyendo por «hidrógeno verde», a medida que este se vuelva comercialmente viable.

La Red de Acción Climática cree que la UE debe acelerar para alcanzar «la eliminación de los combustibles fósiles compatible con el Acuerdo de París» y reclama que el carbón desaparezca definitivamente del mercado europeo en 2030, el gas fósil en 2035 y el petróleo en 2040.

Ese Acuerdo de París busca que las temperaturas a final de siglo no suban más de 1,5 grados centígrados en relación con los valores preindustriales. La Unión Europea se ha comprometido legalmente a reducir sus emisiones de CO2 al menos en un 55% en 2030 respecto a 2005 y a alcanzar la neutralidad climática en 2050, es decir, no emitir más gases de efecto invernadero de los que pueda absorber en su territorio.