El baloncesto no importa nada, por mucho que los Dallas Mavericks hayan salvado un match ball en el cuarto partido de la Final De la Conferencia Oeste ante los Golden State Warriors. El tiroteo en la localidad texana de Uvalde, con 19 niños y dos profesores asesinados por un muchacho de 18 años en el colegio Sandy Hook.
La imagen de la NBA ha sido la cara cispada del Steve Kerr, entrrenador de los Golden State Warriors, que se ha negado a «hablar de baloncesto» y ha realizado un alegato en favor del control de armas en los Estados Unidos, un alegato que ha sonado a grito grito airado y lleno de desazón.
«Desde que dejamos el entrenamiento, 14 niños han sido asesinados a 600 millas de aquí, y un maestro. En los últimos diez días, ancianos negros han sido asesinados en un supermercado en Buffalo, feligreses asiáticos han sido asesinados en el sur de California, y ahora niños han sido asesinados en la escuela», ha subrayado Steve Kerr, con la garganta apretada y los ojos llorosos.
«¿Cuándo vamos a hacer algo? Estoy cansado. Cansado de pararme frente a ustedes para ofrecer mis condolencias a las familias en duelo. Ya tuve suficiente. Vamos a tocar esta noche. Pero quiero que todos escuchen, piensen en su propio hijo o nieto, madre o padre, hermana o hermano. ¿Cómo te sentirías si esto te sucediera hoy?», ha preguntado el técnico de los Warriors, cuyo padre fue asesinado en un atentado islamista en Beirut, localidad natal del propio Steve Kerr, allá por 1984.
De un tiempo a esta parte, la NBA se ha caracterizado por mostrar una sensibilidad con la problemática social de los Estados Unidos, con muchos jugadores que han tomado parte activa de forma pública en diversas protestas contra la violencia policial contra las minorías raciales y demás cuestiones.
El propio Steve Kerr se ha significado en más de una ocasión de forma pública, especialmente durante la presidencia de Donald Trump.
«¡Esto tiene que cambiar!», ha exclamado, golpeando la mesa con la mano, señalando con nombre y apellidos a los senadores estadounidenses que se niegan a legislar a pesar de la letanía de masacres.
«¿Se dan cuenta de que el 90% de los estadounidenses, independientemente de su orientación política, quieren verificaciones de antecedentes o verificaciones psicológicas de los compradores de armas pequeñas? Estamos siendo rehenes de 50 senadores en Washington que se niegan a enviar siquiera este voto, a pesar de lo que nosotros, los el pueblo estadounidense quiere», ha subrayado, antes de levantarse de la silla de la sala de prensa con un rotunda «¡ya basta!»
Steve Kerr no ha sido el único en levantar la voz. «No creo que algo pueda haber algo peor. Es un desastre. Creo que eso no debería pasar en ningún sitio», ha afirmado el esloveno Luka Doncic, estrella de los Dallas Mavericks, añadiendo que siente «mucha pena» por la tragedia de Uvalde.
En tono mucho más combativo ha hablado un habitual en esta clase de protestas como LeBron James.
My thoughts and prayers goes out to the families of love ones loss & injured at Robb Elementary School in Uvalde, TX! Like when is enough enough man!!! These are kids and we keep putting them in harms way at school. Like seriously "AT SCHOOL" where it's suppose to be the safest!
— LeBron James (@KingJames) May 24, 2022
Fuera del baloncesto, estrellas de la NFL como el quarterback Patrick Mahomes, ganador de la Super Bowl con los Kansas City Chiefs y que creció en Texas, o DeMarcus Lawrence, defensa de los Dallas Cowboys, quien ha podido hablar directamente con el gobernador de este estado, Greg Abbott.
«¿Quién se va a montar en esto y exigir que tengamos mejor seguridad en todas estas escuelas que no pueden pagarlo?. ¿Cómo es que el dinero de nuestros impuestos no se destina a quienes más necesitan protección? ¡Nuestros hijos!», ha señalado Abbott.