El apego y uso indiscriminado de las armas en la sociedad estadounidense ha ampliado su debate a la industria cinematográfica.

Tras las recientes tragedias de Buffalo y Uvalde, diferentes personalidades de Hollywood han firmado un documento conjunto en el que apelan a la necesidad de cambiar radicalmente las formas en las que se representan las armas en las producciones fílmicas.

Bajo el título ‘Open Letter to Our Colleagues in the Creative Community’, personalidades como Shonda Rhimes, Mark Ruffalo, Judd Apatow, Damon Lindelof, Amy Schumer, Julianne Moore, Adam McKay, Michelle King, Eli Roth, Gareth Edwards y Dan Stevens, entre otros, han firmado un documento en el que recuerdan que la sociedad estadounidense es la que más sufre en sus propias carnes la violencia armada de forma masiva e indiscriminada.

Un paso al frente

En su escrito también subrayan que, ante la impasibilidad legislativa y política, el cine debe dar un paso al frente para concienciar sobre esta lacra cambiando por completo la forma en que se ven reflejadas las armas en pantalla.

Según el documento «las armas ocupan un lugar destacado en el cine y la televisión por todo el mundo pero solo EEUU sufre una epidemia de violencia armada. La responsabilidad recae en las laxas leyes sobre armas apoyadas por políticos que tienen más miedo de perder poder que de salvar vidas. No hemos causado el problema pero nos gustaría ayudar a solucionarlo. Como narradores de historias, queremos entretener pero también reconocemos que las historias tienen el poder de hacer cambios».

El escrito también recuerda que «no pedimos a nadie que deje de mostrar armas en la pantalla» y apelan a la conciencia de los responsables de la industria cinematográfica para que recuerden qué se está mostrando en la pantalla y a quién va dirigido, y para que tomen conciencia de lo que se está mostrando y el público al que va dirigido.

En su exposición, los firmantes añadieron: «Queremos usar nuestra creatividad para mostrar formas responsables de posesión de armas y las consecuencias de su uso imprudente. Discutir en preproducción cómo vamos a representar las armas en pantalla y considerar alternativas, siempre y cuando no se sacrifique la integridad narrativa. No nos hacemos ilusiones de que esto pueda sustituir una legislación más lógica sobre armas, sin embargo, estas son las pequeñas cosas que podemos hacer como comunidad para poner fin a esta pesadilla nacional».