
La caída del actual Gobierno, hasta ahora encabezado por Naftali Bennett, implica que el actual ministro de Exteriores, Yair Lapid, se convertirá en primer ministro en funciones hasta la formación de la próxima coalición gubernamental.
La decisión de disolver el Parlamento ha sido aprobada por 92 de los 120 diputados que lo componen y por la profunda crisis entre las facciones de la coalición.
Las diferencias entre estos partidos limitaron seriamente el funcionamiento del Gobierno, que en los últimos meses atravesó múltiples crisis y renuncias de sus miembros, perdiendo incluso la estrecha mayoría con la que contaba.
Así, Israel se verá abocado a unos quintos comicios en menos de cuatro años, extendiendo una profunda crisis política que comenzó a fines de 2018.
Con su disolución este jueves, la Knesset (Parlamento) ha concluido una convulsionada semana en la que varios intentos de llevar a cabo esta votación se han visto frustrados por trabas burocráticas y desacuerdos entre los distintos partidos.
Uno de estos desacuerdos fue en torno a la fecha de los próximos comicios, que finalmente tendrán lugar el próximo 1 de noviembre.
De cara a estas elecciones, el hasta ahora primer ministro, Naftali Bennett, anunció este miércoles que no se presentará y dejará a la actual ministra de Interior, Ayelet Shaked, al frente del partido ultraderechista Yamina.
El anuncio de Bennett se produjo durante un discurso de despedida del cargo, en el que destacó algunos logros de su Ejecutivo, dio su apoyo a Lapid y enfatizó la importancia de que los partidos israelíes «dejen de lado las diferencias ideológicas y se ocupen de la seguridad, la economía y el futuro del Estado de Israel».
Según encuestas difundidas durante los últimos días, el ex primer ministro Benjamín Netanyahu –que enfrenta un juicio por corrupción– se perfila como ganador en cantidad de votos, tal como sucedió en tres de las últimas cuatro elecciones.
Sus posibilidades de formar un Gobierno dependerían, sin embargo, de las alianzas que pueda formar y del resultado electoral de sus tradicionales socios ultraortodoxos y ultraderechistas, que en los comicios anteriores no consiguieron los escaños necesarios para formar una coalición de más de 60 diputados junto al Likud de Netanyahu.
Lapid, por su parte, se ubica segundo en las encuestas y se perfila como líder del bloque anti-Netanyahu, que, no obstante, ha enfrentado profundas dificultades para gobernar en conjunto durante el último año.

Así eran los 318 muertos a manos policiales o ultras en la alabada «Transición española»

La alcaldesa de Castejón, de UPN, prohíbe usar el carbunclo pomelado tras vincularlo con ETA

3 de Marzo: El recuerdo y la reivindicación obrera vuelven a acabar con carga de la Ertzaintza

Denuncian como «paripé» de la GC la intervención contra La Tienda Comprometida
