Dabid Lazkanoiturburu
Nazioartean espezializatutako erredaktorea / Redactor especializado en internacional

La revuelta popular obliga a huir al presidente de Sri Lanka

Ni el toque de queda ha impedido que la ira popular tomara al asalto el palacio presidencial. La isla del Indico podría devenir escenario de la primera revuelta exitosa, producto del desplome del país por la pandemia y la gestión corrupta del régimen, prochino, agravada por la guerra en Ucrania.

El palacio presidencial, de la era colonial, es símbolo del poder en Sri Lanka.
El palacio presidencial, de la era colonial, es símbolo del poder en Sri Lanka. (AFP)

Los miles y miles de manifestantes que protagonizan la multitudinaria concentración de hoy sábado contra el Gobierno de Sri Lanka han conseguido entrar en la residencia del presidente del país, Gotabaya Rajapaksa, que ha tenido que huir, y pese a la dura represión policial, que ha dejado, de momento, decenas de heridos.

Fuentes cercanas al asaltado palacio presidencial han informado de que el presidente ha sido trasladado a un «lugar seguro» por la marina ceilandesa, confirma la agencia DPA, sin dar más detalles. La agencia Bloomberg y el diario local 'Daily Mirror' han corroborado esta información.

Y el presidente del Parlamento de Sri Lanka, Mahinda Yapa Abeywardene, ha anunciado que Rajapaksa dimitirá de su cargo el próximo miércoles, 13 de julio.

Decenas de heridos

Horas antes del asalto, la Policía reprimía con fuego real, «disparos al aire y gases lacrimógenos» según su versión, para impedir que los manifestantes tomaran el acuartelamiento próximo a la residencia presidencial.

Tras tomarla en nombre del pueblo, otro grupo de manifestantes ha entrado en las oficinas del mandatario en la capital y una tercera concentración se encuentra justo a las puertas del Banco Central del país.

En medio de esta revuelta popular, el primer ministro del país, Ranil Wickremesinghe, antiguo rival del presidente ceilandés, reconvertido en último cartucho del régimen para sobrevivir, ha convocado una reunión de emergencia con los líderes políticos y ha pedido al presidente del Parlamento la convocatoria inmediata de una sesión urgente, informa el portal News First.

Posteriormente ha ofrecido su dimisión y la formación de un Gobierno de unidad nacional.

La ira popular ha desafiado el toque de queda declarado el viernes y a los 20.000 soldados y policías apostads para proteger al presidente.

En lo que se refiere al capítulo provisional de víctimas, fuentes del Hospital Nacional de Colombo han informado de que al menos 55 personas han recibido ya atención médica.

Hartazgo

El asalto a la residencia presidencial supone la culminación de meses de protestas durante lo que se considera ya como la peor crisis económica que está atravesando el país desde su independencia en 1948.

Decenas de miles de personas, entre ellas abogados, artistas y conocidas personalidades de la sociedad civil, han marchado detrás de monjes budistas para exigir de una vez por todas la disolución del Gobierno, con el presidente a la cabeza, a quien responsabilizan de una catástrofe económica que, a pie de calle, ha dejado a la población prácticamente sin combustible ni acceso a bienes de primera necesidad.

El colapso económico de Sri Lanka ha acabado señalando al gobierno del presidente y sus familiares, entre ellos su hermano y ex primer ministro Mahinda, obligado a dimitir en favor de Wickremesinghe por la presión popular.

Se ha culpado al clan de tomar decisiones que han llevado a una grave escasez de todo, desde combustible hasta medicamentos, una inflación cercana al 55% -- con previsión del 70% en los próximos meses --, apagones diarios de hasta 13 horas, un impago histórico de la deuda y la imposibilidad de acceder a gasolina o diésel.

De hecho, a principios de mes, Sri Lanka se convirtió en primer país del mundo en restringir la venta de combustible a la ciudadanía desde la crisis del petróleo de los años 70 a través de un decreto en el que los propietarios de vehículos privados tienen prohibido usar las gasolineras hasta el 10 de julio.

La nación necesita además unos 6.000 millones de dólares en ayuda del Fondo Monetario Internacional y de países como India y China para salir adelante durante los próximos seis meses, según el primer ministro. Las autoridades locales se han pasado las últimas semanas acelerando las conversaciones de rescate con el FMI y otros organismos para obtener otras nuevas fuentes de financiación.

A pesar de que el primer ministro estimó esta semana que las conversaciones habían arrojado buenas perspectivas iniciales, la revolución que ha estallado este sábado podría cambiar radicalmente el rumbo de las negociaciones.