El Partido Popular no ceja en su empeño de utilizar el aniversario del secuestro y muerte de Miguel Ángel Blanco en contra del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, por haber acordado la Ley de Memoria Democrática con EH Bildu, entre otras fuerzas del Congreso. Y también algún pellizco le cayó al PNV.
El vicesecretario Institucional del PP, Esteban González Pons, aseguró ayer en rueda de prensa, tras una reunión de la dirección de su partido, que «todos los miembros» de la cúpula del Partido Popular siguen «presos de la emoción» que les ha producido el homenaje a Miguel Ángel Blanco este fin de semana en Ermua.
«Para nosotros las víctimas son y serán siempre el referente. No entendemos aquellos que no condenan el asesinado de Miguel Ángel Blanco. Y no entendemos a aquellos que son capaces de pactar la Ley de Memoria con quienes no condenan el asesinato de Miguel Ángel Blanco», afirmó, evidenciando que del acto de Ermua habían olvidado pronto los llamamientos a la unidad de los partidos efectuados, entre otros, por el Felipe de Borbón.
«Un sinsentido»
También la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aprovechó un acto de homenaje organizado por la Fundación Miguel Ángel Blanco, para afirmar que cuando se habla de lo sucedido no se refiere solo al pasado «sino al presente y al futuro» porque no solo les preocupa «el olvido a las víctimas, su desprecio y su ofensa, lo que no es poco», sino también «el futuro que le espera a una nación donde no se respeta ni la ley, ni la verdad, ni las decisiones judiciales, ni la memoria».
La presidenta recibió de las manos de la Fundación el galardón ‘A la convivencia’, concedido a la sociedad madrileña «por el apoyo a los exiliados del País Vasco a causa del terrorismo». También hubo reconocimientos para el presidente del PP de la CAV, Carlos Iturgaiz, para la historiadora Carmen Iglesias y para el grupo estudiantil constitucionalista S'ha Acabat!.
En su discurso, Isabel Díaz Ayuso calificó como «un sinsentido» lo dicho en Ermua por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, cuando habló de España y el País Vasco como dos países que ahora son más libres. Se preguntó que «ahora que el presidente del Gobierno diferencia a España y País Vasco como dos países», a cuál de los dos pertenecía Miguel Ángel Blanco y «si le mataron por ser un vasco incómodo o un español valiente, o un vasco valiente o un español incómodo».
«No logramos entender»
La presidenta de la Comunidad madrileña también aseguró que «no logramos entender qué pretende redactar Sánchez y Bildu en base a su propia memoria y que resulte democrática cuando nadie más lo ha elegido. No sé en qué momento un socialista y un político que defiende etarras pueden ver lo que ha pasado y pasa en España desde el mismo punto de vista. Sí sé que la historia tratada como ciencia apela sencillamente a la verdad y la verdad es que una banda quiso adueñarse del destino de España por la fuerza porque a través de la palabra eran incapaces de convencer a nadie».
Sostuvo que para eso «mataron, secuestraron, extorsionaron, acosaron, expulsaron y destrozaron». Y después de esto hizo una afirmación extraña: «Mientras el PP, UPN, PSOE, Ciudadanos o Vox no tengan posibilidades de acceder al Gobierno autonómico o mientras el PNV se vaya debilitando hasta ser finalmente apartado, todo lo que ha hecho ETA le ha sido rentable».
Cabe recordar que el PSOE ya gobernó en Ajuria Enea con el apoyo del PP. Y que UPN también ha gobernado largo tiempo en Nafarroa y no se presenta a las elecciones en la CAV.
En opinión de la presidenta madrileña, «Bildu está políticamente más fuerte que nunca y cerca de su sueño». Además, remarcó que «la cuenta se está pagando con escaños, fondos públicos, presos en casa, homenajes» mientras la Transición y la Democracia españolas están «reescritas a conveniencia». Lo que considera «un negocio redondo».
El PP «antisistema»
Por su parte, el secretario general del PSE, Eneko Andueza, acusó al PP de comportarse como un partido «antisistema» que no puede «digerir que gobierne el PSOE» y, por eso, son capaces de «negar a la ciudadanía su capacidad para decidir qué Gobierno quiere».
Los llamamientos a la unidad que se hacen los partidos en fechas y actos solemnes, no están durante mucho en estos tiempos.