El traslado de la unidad de Cardiología de Basurto a Cruces se hará efectivo a mediados de setiembre, de acuerdo con la notificacion que ha realizado Osakidetza y que ha sido dada a conocer por Roberto Sáez, jefe de sección de Hemodinámica de Cardiología del hospital bilbotarra.

En la resolución, que ha llegado por parte de la dirección de Osakidetza y del Departamento de Personal, aparece una lista «con nombres y apellidos del personal que va a ser trasladado», un traslado que se va a realizar «de forma voluntaria o si no, forzosa», y que «se hará efectivo el 15 de septiembre», ha indicado Sáez en la concentración de protesta de este martes convocada por Basurto Bizik y el comité de empresa del hospital.

José Miguel Ormaeche, jefe de Servicio de Cardiología del Hospital de Basurto, quien ha comparecido ante los medios junto a Sáez, ha denunciado que la notificación haya llegado en periodo vacacional, porque «va a imposibilitar» que el personal médico pueda «recurrirla», puesto que «hay un plazo de diez días».

Ha indicado que la resolución les ha «pillado por sorpresa» y que «hay mucha preocupación» por parte del personal sanitario.

Aunque Osakidetza había asegurado al personal médico que la decisión definitiva sobre el traslado no se tomaría hasta después de verano, ELA denunció la semana pasada que el jueves día 14 había recibido por parte de la dirección la resolución definitiva, en la que se advertía que el traslado se haría efectivo, centralizando el servicio en un único hospital.

«Perjudicial»

El colectivo sanitario afectado ha indicado que «dejar a Osakidetza con un único servicio de cirugía cardíaca será perjudicial» puesto que «ante cualquier eventualidad de infección de quirófano, pandemia, etc., por las que el quirófano de Cruces pueda dejar de funcionar, no habrá ningún hospital público en el que se puedan hacer estas intervenciones».

El jefe de servicio de Cardiología ha asegurado que la decisión de Osakidetza «no va a comportar ninguna mejoría en los resultados quirúrgicos».

Ormaeche y Sáez no van a ser trasladados porque no ocupan puestos de cirugía, pero aseguran que les va a afectar de «forma directa». «Hay mucha de nuestra actividad que requiere la presencia de un cirujano y nos proporciona seguridad», ha explicado Sáez.

En la misma línea, Ormaeche ha señalado que «hay técnicas de riesgo» que no deberían hacerse «sin un soporte quirúrgico por si hay alguna complicación grave que requiera de una intervención rápida».

Roberto Sáez ha explicado que todo el hospital se verá afectado. «Es una pérdida devastadora, pero bueno, nada de esto importa, al parecer», ha concluido.