Patxi López, el hombre que le debe sus cargos al PP
«Tengo una mala noticia que decirle a usted y a la bancada de la derecha: ETA ya no existe. Y no existe gracias a muchos demócratas, claro que sí, gracias a muchas fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, gracias a muchos ciudadanos en Euskadi y en el resto del país, gracias a muchas personas que trabajaron para que acabara la violencia. Y también gracias a dos presidentes: uno en Euskadi, Patxi López, y otro en el Estado, José Luis Rodríguez Zapatero, y a un vicepresidente como Alfredo Pérez Rubalcaba, que trabajaron por la paz en Euskadi y en España».
Con estas palabras cerró el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, su réplica a la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, el 13 de julio en el Debate sobre el Estado de la Nación. Y bajó del estrado y subió las escaleras de la bancada del PSOE para fundirse en un prolongado abrazo con el diputado Patxi López, mientras sus compañeros de partido aplaudían.
Hay quien sostiene que para ese momento Sánchez ya tenía decidido que López sería el próximo portavoz del PSOE en el Congreso, lo que se formalizará en el Comité Federal de este sábado.
Lo llamativo es que de nuevo Patxi López vuele a obtener un cargo gracias al PP. Pese a decir que nunca pactaría con el partido que entonces dirigía Antonio Basagoiti en la CAV, pese a quedar segundo en las elecciones, fue gracias a un acuerdo con él como logró ser lehendakari en 2009. Y también gracias a que José María Aznar impulsó la ilegalización de la izquierda abertzale. Después, cuando dejó la política vasca para ir a Madrid, en 2015 fue elegido presidente del Congreso de los Diputados, por un acuerdo del PSOE con Ciudadanos y la alfombra roja que le puso el PP. Y ahora llega a portavoz también gracias al PP, porque Pedro Sánchez cree que es un buen antídoto frente a los ataques irracionales del partido de Alberto Núñez Feijóo.
No parece muy coherente recordar la obviedad de que «ETA ya no existe» y elegir al portavoz en el Congreso en función de que el PP actúa como si existiera. Por otra parte, decir que ETA dejó de existir gracias al trabajo de Patxi López es un tanto atrevido. En Euskal Herria a pocos se les habrá olvidado que la noticia del fin de la actividad armada le pilló en un tren en Estados Unidos, después de haber desdeñado las reiteradas invitaciones de estar presente en la Conferencia Internacional de Aiete. Sí se puede asegurar, sin miedo a equivocarse, que ETA bajó la persiana mientras Patxi López era lehendakari, lo mismo que se puede decir que lo hizo mientras otro López, Antonio, exponía sus cuadros en el Museo de Bellas Artes de Bilbo. Coincidencia.
Por otra parte, Patxi López nunca ha ganado unas elecciones. Hasta cuando fue elegido presidente del Congreso lo hizo con 130 votos de los 350 diputados existentes
Su mejor resultado electoral fueron los 318.112 votos que obtuvo en 2009, 81.488 menos que Juan José Ibarretxe. Y después de algo más de tres años en Ajuria Enea, se quedó en 212.809. Es decir, siendo lehendakari perdió un tercio de sus apoyos.
La siguiente vez que Patxi López se expuso personalmente a una elección fue en las primarias del PSOE de 2017. Quedó el último con 14.571 votos, el 9,85% de apoyo de la militancia. Susana Díaz sumó 59.041, el 39,94%. Y Pedro Sánchez ganó con 74.223 votos, lo que supuso más del 50% de apoyo de los afiliados. Esto supone que Sánchez quintuplicó los resultados de López.
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE parece ser un hombre más práctico que rencoroso, así que ahora, por creerlo conveniente, está rodeándose de muchos de aquellos que en el pasado le combatieron dentro del partido. Entre ellos, Patxi López. Ahora solo falta esperar cuánto tiempo tarda el PP en sacar la foto de un seis de julio en un hotel donostiarra como antídoto contra el antídoto.