Gustavo Petro ha jurado este domingo el cargo como presidente de Colombia, cargo al que llega para suceder a Iván Duque en un giro político radical, ante una multitud que lo ovacionó en la Plaza de Bolívar de Bogotá.
«Prometo a Dios y prometo al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes de Colombia», ha señalado Petro al juramentar ante el presidente del Congreso, Roy Barreras.
El mandatario ha sido investido por la senadora María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro, quien fue compañero de Petro en la guerrilla del M-19 y murió en 1990 cuando era candidato presidencial y la intención de voto le daba un 60% [aquí, entrevista a Pizarro en NAIZ hace unos meses]
La congresista, entre lágrimas, le ha puesto la banda presidencial al nuevo mandatario y le ha dado un abrazo en medio de la ovación de los asistentes.
Tras ser investido, Barreras le ha puesto en la solapa una «paloma de la paz», que simboliza una de las principales acciones que tratará de llevar a cabo durante su Gobierno, la de conseguir la «paz total» en Colombia.
«Hasta que la dignidad se haga costumbre»
Petro ha investido a Francia Márquez como vicepresidenta para los próximos cuatro años.
«Juro a Dios y al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes de Colombia y también juro ante mis ancestros y ancestras», ha apuntado Márquez, en su juramento, en el que ha añadido su ya característica frase: «Hasta que la dignidad se haga costumbre».
La toma de juramento se ha realizado en medio de los cánticos de "Sí se pudo" de los miles de seguidores que han llenado la plaza de Bolívar de Bogotá.
En sus palabras ha destacado la presencia y el apoyo de su familia y ha comentado que «llegar aquí indudablemente implica recorrer una vida. La vida inmensa que nunca se recorre sola. Aquí está mi madre, Clara; nada existiría en mi mente en este momento sin ella. Aquí está mi padre, Gustavo, caribeño; aquí están mis hermanos Adriana y Juan, que me aguantan».
«Aquí están mis hijos, Nicolás Petro, Nicolás Alcocer, Andrea y Andrés, Sofía y Antonella, mis pequeñas que florecen de corazón y alma», ha añadido.
También se ha dirigido a «las manos humildes del obrero, a las campesinas y a las que barren las calles». «El amor al pueblo, a la gente que sufre excluida, es el que me tiene aquí para unir y construir una nación», ha asegurado. Los «nadies», llegados de toda Colombia, han sido los protagonistas de la jornada.
«La Colombia de lo posible»
Gustavo Petro ha señalado que Colombia tradicionalmente ha sido relegada «a la condena de lo imposible, a la falta de oportunidades, a los no rotundos», por lo que ha apostado por un cambio de paradigma que lleve a «la Colombia de lo posible"»
«Quiero decirles a todos los colombianos y todas las colombianas que me están escuchando (...) que hoy empieza nuestra segunda oportunidad», ha asegurado, al considerar que «nos la hemos ganado. Se la han ganado. Su esfuerzo valió y valdrá la pena. Es la hora del cambio».
«Estamos acá contra todo pronóstico, contra una historia que decía que nunca íbamos a gobernar, contra los de siempre, contra los que no querían soltar el poder», ha agregado Petro.
El nuevo presidente de Colombia ha aseverado que «desde hoy» él y su Gobierno empieza a trabajar «para que más imposibles sean posibles en Colombia. Si pudimos, podremos».
El acuerdo de paz y el ELN
Petro ha hecho énfasis en que su Gobierno dará cumplimiento al Acuerdo de Paz firmado en 2016 con las FARC, y ha instado al Ejército de Liberación Nacional (ELN) a dejar las armas y aceptar la paz.
«Convocamos, también, a todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado. A aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia, a trabajar como dueños de una economía próspera pero legal que acabe con el atraso de las regiones», ha dicho el mandatario colombiano.
Asimismo, ha subrayado la importancia de llevar el diálogo social a todas las regiones del país, así como que participe toda la sociedad para encontrar caminos que permitan la convivencia en Colombia.
En ese contexto, el presidente de Colombia ha asegurado que su Gobierno trabajará «de manera incansable para llevar paz y tranquilidad a cada rincón de Colombia. Este es el Gobierno de la vida, de la paz, y así será recordado».
«No podemos seguir en el país de la muerte. Tenemos que construir el país de la vida», ha reiterado.
Control de las drogas
Por otra parte, el recién investido presidente de Colombia ha enfatizado durante su discurso, ante miles de colombianos en la Plaza de Bolívar, que la «guerra mundial contra las drogas» ha fracasado.
Por este motivo, ha recalcado que es «necesario» convocar una Convención Internacional en la que se abra una discusión sobre el control de las drogas.
«Es hora de una nueva Convención Internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado rotundamente, que ha dejado un millón de latinoamericanos asesinados, la mayoría colombianos, durante estos 40 años», ha detallado Petro, que también ha mencionado a los 70.000 norteamericanos muertos por sobredosis cada año.
«La paz implica que cambiemos indudablemente. Claro que la paz es posible si se cambia, por ejemplo, la política contra las drogas, vista como una guerra, por una política de prevención fuerte del consumo en las sociedades desarrolladas», ha precisado.
En este sentido, ha apostado por un cambio que permita que Colombia y Latinoamérica «puedan vivir en paz».
Una reforma tributaria «justa»
Gustavo Petro ha anunciado una reforma fiscal que distribuya la riqueza que genere el país, que no sean confiscatorios, sino «simplemente juntos».
«La igualdad es posible si somos capaces de crear y generar riqueza para todos y todas, y si somos capaces de distribuirla más justamente. Por eso, proponemos una economía basada en la producción, el trabajo y el conocimiento. Y es por ello por lo que proponemos una reforma tributaria que genere justicia», ha explicado el presidente colombiano.
El mandatario ha hecho énfasis en que un diez por ciento de la población colombiana ostenta más del 70 por ciento de la riqueza, algo que ha calificado como «un despropósito».
Por este motivo, Petro ha instado a la ciudadanía colombiana a que no mire a otro lado y a que, «con voluntad, políticas de redistribución y un programa de justicia» se construya una Colombia «más igualitaria y con más oportunidades para todos y todas».
«El llevar una parte de la riqueza de las personas que más tienen y más ganan, para abrirle las puertas de la educación a toda la niñez y la juventud, no debe ser mirado como un castigo o un sacrificio; es simplemente el pago solidario que alguien afortunado hace a una sociedad que le permite y le garantiza la fortuna», ha agregado.