«Plazer bat izan da. Ha sido un placer. It's been a pleasure». Con este escueto mensaje en Twitter ha anunciado el navarro Mikel San José su retirada del fútbol profesional, después de casi década y media de trayectoria, la mayor parte en el Athletic. En su tuit nombra los equipos cuyas camisetas ha defendido, empezando por el Txantrea de Iruñea. Posteriormente ha jugado, además de en el equipo bilbaino, en el Liverpool y el Birmingham ingleses, y esta última campaña en el Amorebieta. También fue internacional con Euskal Selekzioa y con la selección española.
El breve texto viene acompañado de un vídeo en euskara –subtitulado en castellano e inglés– en el que recuerda que empezó a jugar en la Txantrea cuando tenía 6 años –él es natural de la cercana Atarrabia–, y destaca que el fútbol «me ha exigido mucho, pero al mismo tiempo me lo ha dado todo. No borraría los momentos amargos, pues estos me han hecho disfrutar más de los dulces».
San José también rememora que salió muy joven de su casa, «apartándome de todo lo conocido. Pero a cambio me dio una nueva familia, nunca he caminado solo», apunta en un guiño al célebre cántico de la hinchada del Liverpool, club al que se marchó siendo juvenil cuando estaba ya en la cantera de Lezama.
Llegó a ir convocado con el primer equipo de los ‘reds’ para un partido de la Premier, pero no logró consolidarse y regresó a Bilbo, primero como cedido y luego fichado. Fue león durante once campañas y cerca de 400 partidos, jugando como defensa central o mediocentro y anotando 37 goles en diferentes competiciones.
Birmingham y Amorebieta
En 2020 terminó su contrato y firmó por el Birmingham que dirigía Aitor Karanka, y esta última campaña ha ayudado al Amorebieta en su intento de permanecer en Segunda División, aunque no pudo ser.
Con 33 años, cuelga las botas porque su cuerpo «no soporta más el nivel profesional. Es importante cuidar de uno mismo, y eso es lo que me toca ahora».
Al margen de su vertiente deportiva, Mikel San José ha destacado siempre por su implicación en otros aspectos de la vida pública, como la cultura vasca o diferentes problemas políticos o sociales, lo que le ha hecho ganarse durante estos años múltiples simpatías, incluso más allá de los colores que defendía. Su carisma, sin ser una estrella que destacara por su técnica o por su facilidad para decantar partidos, le llevó a ser protagonista de una simpática iniciativa bautizada como SanjoBuruz, cuya historia contó GARA en este reportaje de Joseba Vivanco.