Con el megavatio/hora para 2023 superando los 1.000 euros en Alemania, el doble que el pasado 16 de agosto y cuando hace dos años se situaba en 50 euros, Europa busca límites a la escalada desbocada del precio de la luz.
La Comisión Europea (CE) ha anunciado que está trabajando en una «intervención de emergencia» y en una reforma estructural del mercado eléctrico ante el hecho de que el modelo actual fue diseñado bajo circunstancias que ya no se aplican.
«El aumento vertiginoso de los precios de la electricidad está poniendo de manifiesto las limitaciones de nuestro actual diseño del mercado de la electricidad», ha reconocido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, al anunciar durante un discurso en Eslovenia que ya se está trabajando en una «intervención de emergencia» para reformarlo.
Von der Leyen ha señalado que el mercado eléctrico fue desarrollado bajo circunstancias diferentes y con objetivos diferentes y que por ello «ya no es más apto para esos propósitos».
Von der Leyen se ha referido a la necesidad de esos cambios en el contexto de la dependencia que la Unión Europea tiene del gas ruso, y la necesidad de reducirla.
«Posible interrupción total»
La presidenta ha advertido de que hay que prepararse «para una posible interrupción total del gas ruso», en el contexto del conflicto bélico en Ucrania.
Ha asegurado, en este sentido, que la UE ha logrado aumentar «a la velocidad del rayo» las importaciones de gas de otros proveedores y se ha pedido a los Estados miembros que reduzcan un 15% su consumo para aumentar las reservas.
También ha destacado que la mejor manera de liberarse de la dependencia energética de Rusia es acelerar la transición hacia energías verdes y recordó que el programa RePowerEU destinará 300.000 millones de euros para impulsar esos cambios.
«Así que la era de los combustibles fósiles rusos en Europa está llegando a su fin. Y con la liberación del chantaje vendrá un mayor poder para defender las reglas globales», ha apuntado.
Reunión el día 9
En paralelo, la cuestión del mercado energético será también abordada en una reunión urgente de ministros de Energía de la UE para el próximo día 9 convocada por República Checa, país que ostenta la presidencia semestral del Consejo europeo.
En un mensaje en redes sociales, el primer ministro checo, Petr Fiala, ha confirmado su intención de convocar una reunión con carácter urgente de los ministros de Energía para «discutir medidas de emergencia para abordar la situación» y en la que se abordarían los planes de ahorro de energía para garantizar la seguridad energética del bloque.
High energy prices are a Europe-wide problem that we need to tackle at European level.
— Petr Fiala (@P_Fiala) August 29, 2022
I spoke this morning again with EC President @vonderleyen. Ahead of the EU Energy Council we want to find a way to help people and businesses that we can agree on with other European leaders.
La UE se prepara para un escenario energético complicado este invierno, en plena tensión con Rusia, que amenaza con cortar los suministros de gas al continente y la escalada de precios provocada por la guerra en Ucrania.
Con la vista puesta en hacer frente a la situación, los Veintisiete antes de verano acordaron tener unas reservas mínimas de al menos el 80% de su capacidad para el próximo noviembre. En este momento, según los datos de la Comisión Europea, en el conjunto de la UE se sitúan en el 77%.
El plan también fija un umbral del 90% para las siguientes temporadas de invierno y un nivel de reserva del 85% de la capacidad total de almacenaje del conjunto de la UE este mismo año. Los umbrales obligatorios de llenado expirarán en diciembre de 2025.
Esto se suma a otros planes de ahorro y eficiencia energética, con los cuales los Estados miembros tienen que poner medidas en marcha para reducir el consumo con el objetivo de conjunto de ahorrar el 15%.
Desvincular el precio del gas y la electricidad
Salvo en la Península Ibérica, donde la subida está limitada por la ‘excepción’ aceptada por Bruselas y mantiene el precio en 188 euros, la situación se ha vuelto tan crítica en Europa que Austria ha calificado el momento que vive el mercado eléctrico como «locura». El canciller federal, el conservador Karl Nehammer, ha exigido desvincular el precio de la electricidad del precio del gas, que se encuentra en su máximo histórico.
Según Nehammer, Europa no debe permitir que el presidente ruso, Vladimir Putin, decida cada día sobre el precio europeo de la electricidad.
La situación se ha complicado tanto en Austria que el proveedor energético Wien Energie, en manos del Ayuntamiento de Viena, tiene problemas de liquidez para poder comprar electricidad en los mercados internacionales. El ministro austríaco de Finanzas, Magnus Brunner, ha prometido ayudas del Estado para Wien Energie.
En la misma línea de desvincular precios se ha posicionado el Gobierno alemán. La propuesta forma parte de un plan que está analizando el Ministerio de Energía y Protección del Clima, cuyo titular, el verde Robert Habeck, ha acelerado la búsqueda de alternativas al gas ruso.
Actualmente, los depósitos de gas de Alemania están en un 81% de su capacidad, según las cifras de la Agencia Federal de Redes germana –la Bundesnetzagentur–, con lo que se estima que se logrará alcanzar la próxima semana el 85%, el nivel que se preveía conseguir para octubre. El objetivo marcado por Habeck para garantizar que no habrá escasez de gas en invierno es del 95% en noviembre.
El reverso de la moneda en cuanto a los avances del ministro de Economía de Scholz es la controvertida tasa sobre el gas, que se cargará a partir de octubre sobre industria y hogares, y cuya normativa debe ser aún revisada tras revelarse que puede beneficiar a empresas que generan ya ganancias.
El objetivo de la tasa, que Habeck defiende como necesaria, es paliar los efectos de la reducción de suministros de gas ruso en empresas como la alemana Uniper, de la que depende su distribución en municipios de todo el país, que se han visto obligadas a comprar gas a mayor precio de otros proveedores.
La tasa, establecida en 2,419 céntimos de euro por kilovatio/hora (kWh), acarreará costes adicionales de varios centenares de euros anuales en los hogares alemanes que consumen gas, un 49% del total.
Habeck ha reconocido que su implantación es un paso «difícil» o hasta «amargo», pero lo ha justificado como necesario, además de asegurar que cualquier alternativa sería incluso peor. Si los proveedores de gas quebrasen, la consecuencia sería que ya no podrían abastecer a sus clientes y, en el caso de los hogares, estos tendrían que firmar nuevos contratos con otras empresas al precio actual del gas, ha indicado el ministro.
También se ha alineado con este tipo de medidas Bélgica, cuyo primer ministro, Alexander De Croo, ha asegurado que trabajará en las próximas semanas para conseguir que la Unión Europea acuerde «lo más rápidamente posible» introducir un límite al precio del gas para hacer frente al aumento de los precios energéticos.
En una entrevista a la cadena flamenca VRT, De Croo ha asegurado que convocará el próximo miércoles día 31 a sus ministros y a las autoridades regionales para valorar distintas medidas, en un momento en el que la electricidad ha alcanzado los 630 euros megavatio/hora.
Su situación es similar a la que se vive en otros Estados europeos, como el francés con 733 euros megavatio/hora, Italia con 740, Grecia con 697, Hungría con 731 o Rumanía con 697.