Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Buscando conexiones entre cuentos

‘TRES MIL AÑOS ESPERÁNDOTE’
Australia-EEUU. 2022. 108’ Tít. Orig.: ‘Three Thousand Years of Longing’. Dtor.: George Miller. Guion: George Miller y Augusta Gore, sobre un relato de A. S. Byatt. Prod.: George Miller y Doug Mitchell. Int.: Tilda Swinton, Idris Elba, Peter Bertoni.

La narratóloga (Tilda Swinton) y el Genio de la Lámpara (Idris Elba).
La narratóloga (Tilda Swinton) y el Genio de la Lámpara (Idris Elba). (NAIZ)

A nadie escapa que el australiano George Miller es uno de los grandes creadores de cine fantástico que existen, además de un director que visualmente investiga con las nuevas técnicas. Pero es que también es un productor muy inteligente que sabe alternar las películas de máximo presupuesto con otras de coste medio, dentro de los estandares de Hollywood.

Como quiera que venía de tocar techo en su famosa saga Mad Max con ‘Fury Road’ (2015), ha preferido hacer un alto con ‘Tres mil años esperándote’ (2022), mientras prepara una pieza tan ambiciosa como ‘Furiosa’ (2024), el ‘spin-off’ o derivado de Mad Max protagonizado por Anya Taylor-Joy

Tampoco es que esta realización intermedia sea barata, ya que ha costado 60 millones de dólares, y no lo va a tener fácil en la taquilla por tratarse de un experimento metanarrativo a próposito de los ‘Cuentos de las Mil y Una Noches’.

A tal fin Tilda Swinton, musa del cine independiente, encarna a una narratóloga que estudia las conexiones entre todas las leyendas de todos los tiempos y de todas las culturas. El nexo lo encontrará en el sentido común del amor mítico y de las fábulas románticas en general, las cuales hablan de amores trágicos, dentro de los cuales sale perdiendo la mujer, cuya libertad termina siendo coartada por los hombres.

Unas impresiones que la protagonista traslada a su propia vida real, al concluir que su soledad se debe al miedo a que sus sentimientos queden expuestos, guiada por un instinto de autoprotección personal. Algunos sueños y visiones premonitorias le trasladan a otra dimensión, que no tardará en abrirse ante ella de manera reveladora.

La magia se precipita a raíz de su visita en Estambul al Gran Bazar donde adquiere un souvenir que será mucho más que un recuerdo del lugar. El extraño objeto resulta ser una especie de lámpara mágica que libera un genio, que en el relato original de A.S. Byatt en que se basa la película recibe el misterioso apelativo de Djinn. Una vez fuera del recipiente cobra el aspecto de un orejudo Idris Elba, que en la habitación del hotel le relatará historias de su remoto pasado.