Con todos los merecimientos el cuarto largometraje en solitario de Santiago Mitre se llevó en la Mostra de Venecia el premio FIPRESCI de la crítica internacional, reconociendo así su carrera ascendente. Mitre es de los pocos y raros cineastas que en la actualidad practica el cine político de un modo creíble y coherente, tal como puso de manifiesto desde su sorprendente ópera prima ‘El estudiante’ (2011), sobre las asambleas y luchas universitarias de izquierdas. Una nueva generación comprometida era factible, y así lo corroboró con ‘Paulina’ (2015) y ‘La cordillera’ (2017), en la que ya dirigió a Ricardo Darín. Falta por saber lo que nos deparará su incursión en el mercado francófono con su nueva ‘Petite fleur’ (2022).
Pero el marchamo lo pone sin duda ‘Argentina, 1985’, una película que justifica la etiqueta de ‘necesaria’, al recrear a fondo el histórico Juicio de Las Juntas, que llevó al banquillo de los acusados por primera vez a una dictadura militar. Un hito al frente del cual estuvo el fiscal Julio Strassera y su joven equipo judicial, juntos trabajaron por el cambio. Los toques de comedia desdramatizan la situación.