El Ayuntamiento de Azpeitia y responsables de la empresa Statkraft participaron en una asamblea abierta con la ciudadanía en el teatro Soreasu de Azpeitia para explicar el primero de los dos proyectos que la multinacional noruega plantea en Euskal Herria, denominado ‘Piaspe’, que contempla la instalación de un parque eólico en terrenos de Azpeitia, Zestoa y Errezil.
La información sobre este proyecto que hasta ayer había llegado a la opinión pública tenía origen en una nota que el conglomerado público noruego remitió el 16 de setiembre a los consistorios de los tres municipios mencionados, donde la empresa comunicaba su interés de promover la implantación de un parque eólico y mostraba su predisposición para desarrollar el proyecto promoviendo su «socialización» y la «coparticipación» de la ciudadanía, algo que la propia alcaldesa de Azpeitia, Nagore Alkorta, valoró positivamente en la asamblea. «En este mundo donde el sistema energético está en manos de unos pocos, por primera vez, se habla de propiedad compartida, de la socialización de la energía y de comunidades energéticas», celebró.
Sin embargo, el proyecto inquieta y mucho a parte de la ciudadanía y la asamblea en Soreasu fue muy tensa. Alkorta, junto con el vicealcalde Josu Labaka, dejó claro en varias ocasiones que ‘Piaspe’ es un «anteproyecto», que «está en el punto cero» y quedan muchos pasos por dar para que se decida que el proyecto se puede y se quiere poner en marcha. Ni siquiera la ubicación es definitiva y el proyecto no podrá salir adelante si no cumple los requisitos ambientales, según concretó. «Todavía no sabemos el recorrido que va a tener», insistió.
La representación consistorial enfatizó en el «mapa oscuro» que deja la crisis energética, ya que la CAV produce solo la mitad de la energía que consume y solamente el %6,8 de esta proviene de energías renovables. «Creemos que hay que revertir el actual sistema energético y reducir nuestra dependencia. Y estamos convencidos de que la transición energética tiene que ser democrática y tiene que pasar por las energías renovables», expuso el vicealcalde.
La cuestión es, remarcó la primera edil, que la crisis energética ya es una realidad y que las iniciativas energéticas como la cooperativa Ekindar, que funciona en Azpeitia, no son suficientes para abastecer con energía limpia a un pueblo que consume tanto y produce tan poco. Por ello, creen necesario combinar estas cooperativas con proyectos «más grandes», como puede ser el de Statkraft.
«No podemos decir ‘energía eólica no’, como decíamos antes ‘nucleares no’», dijo Labaka, interrumpido en ese momento por gritos de «no en nuestros montes».
Labaka afirmó que el Ayuntamiento «comparte» las preocupaciones de los vecinos y vecinas por los impactos que puede tener el parque y aclaró que, si en el desarrollo del proyecto se comprueba que los perjuicios son mayores que los beneficios, el parque eólico no se construirá. «Es pronto para saber si traerá más afecciones que ventajas, pero si supone una oportunidad para cambiar el modelo del combustible fósil a la transición energética de un modo democrático, estamos obligados al menos a explorar este camino», señaló.
Qué plantea Statkraft
En primer lugar, cabe recordar que Statkraft desarrolla también en Euskal Herria el parque eólico Itsaraz, que, con una capacidad de 52,8 Mw, estaría ubicado en los municipios de Aramaio y Eskoriatza.
Volviendo a ‘Piaspe’, según las previsiones de Statkraft que trasladaron ayer Jon Zayas, el director del proyecto, y Luis Miguel Álvarez, el director del desarrollo renovable de “Piaspe”, este parque eólico abastecería el 50% del consumo energético de Urola Erdia y solo un aerogenerador sería suficiente para suministrar energía limpia al 70% de las viviendas de Azpeitia. En total, el parque eólico tendría una capacidad total de 33Mw y Statkraft estima que produciría al año 84,7Gw –siendo el consumo eléctrico de Errezil, Zestoa y Azpeitia de 142,3 Mw/h en total–, lo que implicaría energía limpia para 24.300 hogares (96.900 personas), y su construcción y puesta en marcha, prevista para 2027, requeriría una inversión de 32 millones de euros a cargo de Statkraft.
‘Piaspe’ contempla instalar cinco aerogeneradores, tres en terrenos de Azpeitia y dos entre Zestoa y Errezil. En cuanto a su tamaño, en el caso de que la compañía instalara los eólicos más grandes –indicaron que cabe la posibilidad de que finalmente fueran de un tamaño más reducido–, serían de 205 metros de altura y tendrían una potencia de 6-7Mw cada una. Por lo tanto, Zayas confirmó que sí, el parque produciría un impacto visual y paisajístico, aunque precisó que su modelo minimiza este impacto respecto a los demás, ya que los últimos aerogeneradores instalados en la CAV, aunque tienen menos altura (100 metros), producen menos energía, por lo que un solo aerogenerador de la compañía noruega produce lo mismo que siete de los ya instalados.
El director del proyecto intentó adelantarse a las dudas y quejas de la ciudadanía resolviendo algunas cuestiones. Entre otras, aseguró que los parques eólicos son compatibles con la ganadería. «A pesar de que la zona propuesta es grande, la superficie que se ocuparía sería de entre 1 y 2%», detalló. Agregó además que el 91% de las pistas que se necesitarían para instalar los aerogeneradores ya existen y que «solamente habría que ensancharlas» –lo que generó el enfado de gran parte de la ciudadanía» y, después de la obra, la zona quedaría replantada y restaurada y seguiría abierto a las personas.
Indicó asimismo que la línea que transportaría la energía a la subestación más cercana, en Lasao, sería «muy corta», de 3,8 km.
Respecto a las colisiones de aves contra los aerogeneradores, Jon Zayas señaló que no son tan comunes como se piensa. Como ejemplo, dijo que en los parques eólicos de Elgea y Urkilla, que cuentan con 78 aerogeneradores, suceden de media 18 colisiones al año. «En ‘Piaspe’ estamos proponiendo cinco aerogeneradores», recordó. En este punto, la alcaldesa agregó que se ha puesto en marcha un estudio sobre la avifauna en la zona donde se contempla instalar el parque que en el plazo de un año indicará las posibles afecciones que provocaría.
Por su parte, Álvarez destacó que Statkraft busca fomentar la inversión local: «Para ‘Piaspe’ proponemos un modelo colaborativo, abriendo el proyecto a ciudadanos, industria y sector público. Nosotros podemos estar o no en el proyecto, pero los beneficios de este proyecto residirán en el territorio, es nuestra máxima prioridad».
Voces contra «Piaspe»
Varias de las personas que acudieron a Soreasu y llenaron la sala respondieron con abucheos y quejas a las palabras de los representantes del Ayuntamiento y de Statkraft.
Una de las ciudadanas que ha nacido en las tierras donde se proyecta ‘Piaspe’, por ejemplo, trasladó su «tristeza» a la sala. «Estamos hablando de que hay una crisis enorme, pero hay una crisis alimentaria también, no hay relevo en los caseríos. Nosotros trabajamos mucho para venderos los alimentos. Todo eso no lo ha creado una empresa, sino la gente», señaló.