El Festival de Sitges atestigua un nuevo paso en la carrera de Sadrac González-Perellón, quien empezó con dos películas codirigidas por Sonia Escolano –‘Myna se va’ (2009) y ‘The Vampire in the Hole’ (2010)–, para ya en solitario debutar incursionando en la ciencia-ficción con ‘Black Hollow Cage’ (2017).
Su segundo largo es decididamente más autoral y, en cuanto a influencias foráneas, destaca la de Shyamalan, por la creación de personajes reales que cobran una dimensión fantástica. Y a nivel local, la de Carlos Vermut y sus atmósferas enrarecidas.
‘Asombrosa Elisa’ (2022) mezcla constantemente ficción y drama cotidiano, siguiendo las modas o tendencias metagenéricas, porque la niña protagonista es fan de un cómic que se llama ‘Asombrosa Beatriz’, y que le lleva a sentirse también una heroína.
Elisa, interpretada por la debutante Jana San Antonio, ha de superar a su más tierna edad el duelo familiar a resultas de un accidente de tráfico, en el que están implicas otras personas, con las que acabará conectada dentro de este relato de segundas identidades.