De hecho, el consumo energético de la biomasa supera al gas que consumen juntos el sector residencial y el de servicios. No obstante, el uso de esta fuente de energía podría ser superior si atendemos a la producción que se registra hoy día en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia, donde en la actualidad se exporta la mitad de la producción actual de pellets, «solo porque no tenemos más instalaciones para consumirlo», afirman desde Baskegur.
Además, añaden que existe capacidad para producir más combustibles de madera, como las astillas, a partir de la gestión forestal de nuestros montes. Sin embargo, la escasa demanda impide que se cubra el coste de la extracción, algo que, por otro lado, ayudaría a mejorar la conservación de los montes no productivos.
En cualquier caso, Baskegur sostiene que el coste de las actividades forestales que requiere la explotación de la biomasa «quedaría más que justificado y sería una actividad económicamente viable» ante la escalada de precios que se está produciendo en los mercados de la electricidad, el gas y el petróleo.