«En Rusia no parece haber nadie interesado en que Putin desaparezca o encontrarle sustituto»
El politólogo e investigador Abel Riu afirma que lo único claro actualmente es que «el futuro» del presidente ruso «está cada vez más ligado al destino de la guerra» en Ucrania. Señala la «competencia» de poder entre los sectores que sustentan el régimen y da su visión de la temible opción nuclear.
En pocos días, la invasión de Rusia a Ucrania cumplirá ocho meses y son pocos los que se hubieran imaginado que el conflicto se prolongase por tanto tiempo, con las ineludibles y costosas consecuencias económicas y geopolíticas. Incluso, según señalan algunos expertos, esa sorpresa es compartida por los miembros del propio Kremlin.
Así lo considera también en entrevista con GARA el politólogo Abel Riu, especialista en espacio postsoviético y presidente del Think-tank CataloniaGlobal. El investigador asegura que el Gobierno de Putin nunca planificó esta ofensiva como una batalla de «control territorial» y que ha resultado un tiro en el pie con evidentes desmanes de logística y operativos. También opina sobre la posibilidad de un ataque nuclear y la nueva fase de la guerra.
Con la nueva ofensiva de bombardeos de Putin y el ataque al puente en Crimea, ¿la guerra ha entrado en una nueva fase?
Es difícil predecir hasta dónde van a llegar estos ataques, si son una respuesta específica al hecho de que se volara una parte del puente de Kerch y, en gran medida, una respuesta ante los éxitos militares que las fuerzas de Ucrania han tenido en las últimas semanas. Es evidente que esto tiene una parte de operación de castigo a la población civil ucraniana para hacerles pagar estos éxitos. Con los ataques a los centros urbanos hay una pretensión de generar caos y pánico; alterar la moral de la población civil, que es fundamental para el sostenimiento de la guerra. Pero también está la cuestión de la generación eléctrica y su distribución, con lo que tiene un objetivo de ir a castigar la capacidad de producción ucraniana, castigar su sistema de transporte y debilitar su capacidad económica. Habrá que ver si se tratan de ataques esporádicos o entramos en fase del conflicto en la que las ciudades ucranianas lejos del frente van a pasar a ser objetivos militares permanentes
No se puede hacer futurología, pero como especialista, ¿cuál es su intuición?
Este lunes hubo una reunión del Consejo de Seguridad del Gobierno ruso y se mandó el mensaje de que los bombardeos fueron en respuesta a la voladura del puente de Kerch, y de que si se producían más acciones de este tipo las respuestas serán similares. Putin tacha el ataque al puente de acción terrorista y aquí está generando un relato de gravedad que según él merece una respuesta acorde. Lo que sigue siendo una incógnita es si esto es un castigo esporádico o si realmente las fuerzas rusas tienen la capacidad para sostener estos ataques aéreos con misiles y drones durante un tiempo. Habrá que ver el papel de Bielorrusia; hay rumores sobre una posible implicación bielorrusa en las operaciones militares de forma más directa.
¿Cómo está la situación política interna de Rusia y las bases en que se sustenta el régimen?
Desde principios de septiembre, estas contraofensivas ucranianas exitosas están produciendo un incremento de las críticas públicas a lo que es la gestión militar de la guerra por parte de tertulianos, comentaristas, presentadoras, también por parte de algunos diputados de Rusia Unida, del líder checheno Ramzan Kadyrov y del dueño de la compañía Wagner de mercenarios. Hay cada vez más críticas y más frecuentes a los errores y la incompetencia de cómo se lleva la guerra. Pero las críticas no apuntan a Putin sino a la cúpula de las Fuerzas Armadas y a [el ministro de Defensa, Sergei] Shoigu.
«Hay cada vez más críticas y más frecuentes a los errores y la incompetencia, pero no apuntan a Putin sino a Shoigu»
Cuesta tener buenas fuentes de información de lo que sucede al interior de Rusia. ¿La ciudadanía de a pie también se hace eco de estas críticas?
Sí, la opinión pública es cada vez menos favorable a esta guerra, o a esta operación militar especial, como la denominan los medios y el Gobierno. También porque el coste que la población rusa paga por ella es cada vez mayor. Los rusos hasta hace poco podían vivir completamente indiferentes al conflicto, no les afectaba en lo que son sus vidas, las sanciones económicas tenían pequeños efectos porque el Gobierno y el Banco Central habían logrado moderarlos. Pero ahora la población se encuentra directa o indirectamente afectada por esta movilización, un porcentaje importante de varones de entre 18 a 60 años pueden ser movilizados y esta parte de la población tiene familia, hijos, amigos...
Las encuestas ya revelan cómo una parte de la población ha tenido una reacción de pánico y rechazo. Ha habido cientos de miles de rusos que abandonaron el país, se habla de hasta 700.000. Ha habido algunas protestas poco significativas, incluso algunas en Daguestán, y no es normal que se movilice esa población en contra del Gobierno. Lo que está claro es que el futuro de Putin está cada vez más ligado al destino de la guerra, al hecho de que los rusos consigan o no una parte de sus objetivos y al éxito posible de las contraofensivas. Cuanto mayor sea este éxito en las próximas semanas, más delicada será la situación interna para Putin.
¿Puede caer anticipadamente Putin, incluso antes de Navidad como han dicho algunos analistas?
A día de hoy es imposible saber qué va a pasar. Si alguien tiene la bola de cristal, es para felicitarle. Lo que sí es cierto es la correlación entre lo que pueda pasar a nivel político interno en Rusia con lo que pase en Ucrania a nivel militar. En el hipotético caso que se produjera un hundimiento absoluto de las fuerzas rusas, si Ucrania pudiera partir en dos a las fuerzas avanzando por la zona más al sur y más al este y abrir una tercera ofensiva hacia Melitopol aislando a las fuerzas rusas una de la otra, lo que sería un desastre logístico para ellos, evidentemente eso sí tendría consecuencias importantes a nivel político.
«Si Ucrania pudiera partir en dos a las fuerzas avanzando por la zona más al sur y más al este, sí tendría consecuencias importantes a nivel político»
¿Y las bases de poder de Putin siguen firmes o inestables?
Hay que tener en cuenta lo que son los sectores del poder,. Putin representa el vértice superior de una vertical de poder donde a veces compiten diferentes sectores: órganos de inteligencia del Estado compiten entre ellos, con el Ministerio de Defensa, con Wagner, o con los sectores de la oligarquía.... No es un poder homogéneo en el que todos los sectores van de la mano y Putin es un director de orquesta, ni mucho menos. Él es un poco la garantía de orden dentro de esta cierta competición y rivalidad que se produce. Y en época de crisis política estas rivalidades pueden ir en aumento entre los sectores, pero no parece que haya nadie interesado en que Putin desaparezca de la escena, o en colocar a alguien diferente a Putin. Los escenarios pueden cambiar muy rápidamente, pero veo bastante improbable a corto y medio plazo una Rusia sin Putin.
Tenemos también el factor del uso o no del armamento nuclear táctico para intentar frenar los avances ucranianos. El mismo Putin, hace casi un mes, sacó a pasear el fantasma nuclear. El tipo de presión que se puede producir es que haya cada vez más voces que pidan que se use armamento nuclear táctico.
Es un asunto muy delicado y a veces se leen afirmaciones o teorías al respecto ventiladas de forma muy ligera. ¿Realmente el uso de armas nucleares es probable? ¿Cómo puede acabar esa escalada?
Putin cada vez tiene menos opciones encima de la mesa y las fuerzas ucranianas siguen avanzando, sobre todo en Lugansk. Es cuestión de opciones, y si Putin está cada vez más arrinconado y si por la vía de la fuerza convencional está perdiendo la guerra, para intentar evitar una derrota total se puede encontrar con que la única posibilidad es el uso de armas no convencionales contra infraestructuras o grandes concentraciones de tropas. Los norteamericanos y la OTAN ya han expresado que no harían una respuesta de tipo nuclear pero que sí lanzarían ataques contra la presencia militar rusa en Ucrania.
«Para un ataque nuclear tiene que haber primero un ‘signaling’: un ensayo lanzando un misil nuclear al mar o posicionar esa armamento en las zonas del ataque...»
De momento, tiene que haber una serie de pasos primero para que se produzca la opción de ataque nuclear por parte de Rusia; un «signaling», que es enviar señales de que están dispuestos a llevarlo a cabo, por ejemplo con un ensayo militar lanzando un misil nuclear al mar, para incrementar la tensión, o posicionar este armamento en las zonas donde se produciría el ataque...
¿Qué resultado ha tenido hasta ahora la guerra para el Kremlin?
Rusia planteó esta ofensiva como una operación especial, no como un conflicto de control territorial. No estaban preparados para esto, lanzaron columnas desde Bielorrusia y del sur, y se vio el caos organizativo y logístico y operativo, mandando muchas veces infantería sin cobertura aérea, haciendo avanzar tanques sin infantería, lanzando operaciones de paracaidistas que eran inmediatamente acribillados... Realmente se creían que esto era una cuestión de unos días y que las fuerzas ucranianas no tenían ni la capacidad para defenderse ni las ganas y que el Estado ucraniano acabaría colapsando y podrían colocar un gobierno títere y la población ucraniana iba a recibirlos como libertadores. Nada de esto se produjo y fue un error histórico para Rusia. Y eso que Rusia a principios de año estaba en una buena posición.
«Esta guerra ha sido un error histórico para Rusia, que a principios de año estaba en una buena posición»
¿A qué se refiere?
En Kazajistán había conseguido activar el Tratado de Seguridad Colectiva, una suerte de OTAN del espacio post soviético, que está haciendo aguas ahora pero en ese momento funcionó. También el Cáucaso estaba controlado, con Armenia que había vuelto al redil absolutamente, con una Georgia bastante domesticada, con Bielorrusia convertida prácticamente en una provincia de Rusia... La guerra está debilitando mucho esta capacidad de proyección de poder ruso y en consecuencia parte de su estatus como potencia se está viendo degradado.
Para quienes no conozcan el tema, explique qué es el grupo Wagner.
Es un grupo de un contratista militar privado, el oligarga Yevgeny Prigozhin, beneficiado por la privatización de parte del negocio de la guerra. Esta iniciativa viene del Kremlin. Tienen negocios en diferentes ámbitos, como la hostelería, con un jefe militar que es un conocido militante del neonazismo, y han sido importantes en las operaciones de la guerra del Donbás y en eventos a nivel exterior, como en países africanos como Mali o la República Centroafricana.
«Wagner es usada por Putin como fuerza trasera, no está obligada por las garantías legales como sí lo están las fuerzas armadas públicas»
Cuenta con unos 10.000 hombres y en la guerra juega un papel relevante en lo que es el reclutamiento de presidiarios para ir a luchar. Están especialmente en Donetsk en zonas donde los rusos llevan intentando avanzar meses y ellos son los únicos que lo consiguen. Es una fuerza paramilitar que no está obligada por las garantías legales como sí lo están las fuerzas armadas públicas. Putin los usa como fuerza trasera, para estar presente en escenarios sin que Rusia lo esté formalmente.
Da la impresión de que la invasión de Ucrania ha empujado a la población civil a estar más a favor de Zelensky y a ser más anti-rusa…
Sí, la situación de Ucrania es la de un país en guerra, llena de anomalías y situaciones de excepcionalidad, relacionadas con derechos políticos y partidos ilegalizados. Ya hace años viene ocurriendo que la pulsión pro-occidental de Ucrania se ha ido reforzando como consecuencia de las acciones de Rusia. En 2004 solo un 20% de los ucranianos quería entrar en la OTAN y ahora es más del 70%. El partido de Zelensky antes tenía una situación difícil, de baja popularidad y ahora cuenta con un apoyo de más del 80%. En situación de guerra, se cierran filas en relación al presidente. Y que pudiera abandonar Kiev y no lo haya hecho tuvo su contribución en la opinión de la gente.