En la edición de Zinemaldia de 2021, un entusiasmado Paul Urkijo nos advirtió en una rueda de prensa sobre su nuevo proyecto que «nunca antes se había hecho algo similar a lo que vamos a plasmar en ‘Irati’. Todo va a ser a lo grande. Caballeros, espadas, caballos, la propia fuerza visual de nuestros paisajes».
Un año más tarde, el cineasta vasco ha cumplido su promesa y nos ha regalado algo único hasta el momento en la cinematografía vasca, un filme épico y fantástico a gran escala, rodado íntegramente en euskara y que respeta el entorno histórico y la idiosincrasia de la mitología vasca.
En una nueva rueda de prensa, esta vez para estrenarla en Euskal Herria y como apertura de la 32ª Semana de Cine Fantástico y de Terror de Donostia –que se desarrolla entre este 28 octubre hasta el 4 noviembre–, Urkijo ha llegado acompañado con sus dos protagonistas –Edurne Azkarate y Eneko Sagardoy– y el Jefe de Producción de Bainet, Manu Paino, y tras ser recordados los galardones que cosechó en Sitges –Público y efectos especiales–, el director ha reiterado la importancia que tiene a nivel simbólico, emocional y creativo sacar adelante un proyecto de la magnitud de ‘Irati’.
Según ha dicho, «no ha sido fácil plasmar en imágenes lo que tenía en mente porque requería de un fuerte apoyo financiero. Es una película grande y a ello se sumó que además está rodada en euskara y pertenece a un género difícil, no muy extendido entre el público como es el fantástico y que, a la vez, es un tipo de espectador muy exigente».
Llevar a cabo una obra de estas características requería tener todo muy bien planificado antes del primer golpe de claqueta. Algo que, como bien ha confirmado Manu Paino, fue el caso de ‘Irati’. Según el productor, «cuando Paul nos presentó el guion todo estaba perfectamente estudiado y planificado. Como bien sabéis, además de ser un excelente director, también es un gran dibujante. En su storyboard estaba todo explicado al detalle».
Desde las entrañas
En su exposición, Urkijo ha subrayado que «‘Irati’ es una película que nace de mis propias entrañas. He sido muy honesto con mis intenciones y gustos. Todo ha salido tal y como tenía pensado. De manera indirecta, en la película han asomado mis gustos por ese cine al que recurría en los videoclubs, aquellas películas de espada y brujería de los 90 como ‘Excalibur’, ‘Legend’ o ‘Conan’, entre otras. Pero a la vez, está toda mi visión en torno a nuestra cultura, mitología e historia. He querido ser lo más fiel posible a esa cosmovisión que relaciona a Mari con la Madre Tierra y que se conecta con otras culturas. También se encuentra ese paganismo que está a punto de ser sepultado por el cristianismo y esa batalla de Orreaga que tantas ganas tenía de rodar. He querido ser muy honesto con nuestra cultura».