COP27 ya está en marcha en Sharm el Sheij y lo hace con un acuerdo inicial para abordar una cuestión largo tiempo pendiente: cómo indemnizar a los países en vías de desarrollo víctimas del cambio climático.
«Pérdidas y daños» es el nombre que en la jerga de Naciones Unidas corresponde a este espinoso asunto que durante años fue dejado fuera de los debates de la COP, cuyo contenido se decide por consenso entre las partes (más de 190 entre países y organismos internacionales), ante la negativa de países desarrollados como los Estados Unidos.
La adopción de este elemento en las discusiones ha sido celebrada por el presidente de la COP27, el ministro de Exteriores egipcio, Sameh Sukri, quien reconoce que en esta ocasión la decisión se tomó debido a la «responsabilidad y el compromiso» de todas las partes y su voluntad colectiva por preservar «la credibilidad y relevancia del proceso climático al tomar la decisión correcta».
Esta decisión ha sido el primer acto de este evento que se prolongará hasta el día 18 de noviembre, después de que formalmente quedara establecida con, precisamente, el nombramiento de Shukri como su responsable directo ante la reunión plenaria de los representantes de las partes.
En su alocución inaugural, Sukri indicó que el objetivo de la misma será que ésta sea «un punto de inflexión a la hora de lograr una acción multilateral colectiva».
Tal y como las autoridades egipcias llevan indicando desde hace semanas, esta reunión buscará que haya «resultados tangibles», puesto que para el mundo ya «es hora de moverse de la fase de la negociación a la de implementar los compromisos» adquiridos.
Calor inédito
El arranque de la COP27 ha servido también para que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicara un estudio que refleja que, debido a los gases de efecto invernadero y la acumulación de calor, los últimos ocho años van camino de ser los más cálidos de los que se tiene constancia.
En un informe provisional del 'Estado del clima mundial 2022', la OMM recuerda que este año las extremas olas de calor, las sequías y las devastadores inundaciones han afectado «a millones de personas y han ocasionado pérdidas valoradas en miles de millones».
El informe de la OMM en este arranque recuerda que ya «apenas podremos limitar el calentamiento a 1,5º C, el objetivo menos ambicioso de París»
Asimismo, apunta que actualmente se estima que la temperatura media mundial de 2022 superará en aproximadamente 1,15 [de 1,02 a 1,28] °C la media del período preindustrial (1850-1900).
«Los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera son tan elevados que apenas podremos limitar el calentamiento a 1,5 °C, el objetivo menos ambicioso del Acuerdo de París», afirma el documento.
El informe también apuntó que desde 1993 se ha duplicado la velocidad a la que aumenta el nivel del mar, que ha subido casi 10 milímetros desde enero de 2020 y este año marcó un nuevo máximo.
Caos climático
Ante esta situación, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres ha saludado la apertura de la COP27 con el mensaje sombrío de que el planeta Tierra «está enviando una señal de socorro».
«El estado del clima mundial es una crónica del caos climático», ha resumido.
Guterres remaraó que «el cambio está pasando con una catastrófica velocidad» con consecuencias nefastas para la vida de las personas y hábitats en todos los continentes.
Para abordar la emergencia climática, «debemos dar actuar de forma ambiciosa y decidida; la COP27 debe ser el lugar y ahora debe ser el momento», ha concluido el presidente de la ONU.
40.000 asistentes
Se espera que más de 40.000 asistentes concurran a este encuentro, en la que será la cumbre climática con más participantes en la historia, según su presidencia.
Al menos un centenar de jefes de Estado y de Gobierno ya han confirmado su participación en esta cumbre, entre los que destacan el presidente estadounidense, Joe Biden, y el nuevo primer ministro británico, Rishi Sunak, aunque quedan algunos aspectos de la agenda por cerrar.