Maitane Aldanondo

El marisco vegetal, una opción innovadora para preservar los océanos

La startup bilbotarra Isauki Seafood desarrolla alternativas a los productos del mar a base de macro y micro algas, con lo que obtiene alimentos saludables sin dañar el medio ambiente. En pocos meses comenzará la comercialización de sus primeros productos.

La startup bilbotarra Isauki Seafood.
La startup bilbotarra Isauki Seafood. (NAIZ)

Hamburguesas cultivadas, chuletas impresas, pescado vegetal… Lo que hace unos años parecía impensable es cada vez más real. La startup Isauki Seafood se ha centrado en el medio marino para ofrecer una gama de productos sostenibles y saludables.

Su promotor es el checo Milos Dukat. Tras su estancia Erasmus en Santiago de Compostela, decidió quedarse y a los años puso en marcha en Santander una comercializadora de pescado. Gracias a esa experiencia conoció cómo funciona el sector de la pesca y sus problemas. La empresa fue creciendo pero Dukat tenía el deseo de hacer “algo más interesante”. Hace un año en una feria sobre comida a base de plantas encontró la idea que buscaba: análogos del marisco y del pescado elaborados con macro y micro algas. «Tiene valores nutricionales espectaculares» y son uno de los recursos más sostenibles. Las macro algas se recolectan o se pueden cultivar en el mar, fomentando la biodiversidad; y las micro algas se cultivan en tierra.

Tras formarse e informarse sobre el sector, en enero constituyó la empresa en Bilbo. Empezó sólo, pero actualmente son tres socios y cuatro desarrolladoras. Siempre ha sentido «la inquietud y la necesidad de construir algo», y pese a fallar varias veces, de todas ha sacado una lección. Sacar adelante Isauki está siendo intenso y complicado, pero «es otro mundo, otro gran aprendizaje».

Gambas, gambas rebozadas y calamares son los primeros productos que han creado y están trabajando en filetes de anchoa. «Copiamos productos del mar con ingredientes del mar para proteger el mar», afirma Dukat. Quieren crear su marca ligada al cuidado de los océanos así como a la vida activa y sana, ya que no tienen alérgenos y sus ingredientes son sostenibles. Son conscientes de que es necesaria una transición en las costumbres alimenticias, pero estos nuevos alimentos tendrá un impacto considerable en lo relativo a la pesca masiva, la acuicultura industrial y el bienestar animal, al reducir  la huella de carbono, el consumo de agua y la producción de plástico ligada a su transporte.

Antes de fin de año alquilarán una nave para hacer pruebas piloto y diseñar sus líneas de producción. En marzo-abril empezarán a comercializar con pequeñas tiradas en el canal Horeca, y en la segunda mitad del año planean entrar en grandes superficies. Fabricarán sus productos en Irun o Donostia y para acondicionar la planta tienen abierta una ronda de financiación de 500.000€. El premio a la sostenibilidad recibido en octubre en la feria internacional Food Summit ha supuesto un respaldo en ese empeño al atraer “la mirada de los inversores”. Además, les ha dado entrada en la aceleradora Lanzadera y consultoría por parte de KM Zero.

El mercado es extenso y tienen «poca» competencia. Las primeras muestras irán estados español y francés, Austria e Inglaterra. Pese a su comercialización, seguirán mejorando la receta de sus producto aportando más sabor y textura a la vez que mejoran su valor nutricional: «Más proteína, fibra, minerales, vitaminas…».

De cara al 2023 quieren estar en varios supermercados y planean levantar una segunda ronda para expandir la empresa.