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Lima

Detenido Castillo tras aprobar el Congreso de Perú su destitución, Dina Boluarte toma el poder

El Congreso de Perú ha aprobado destituir a Pedro Castillo, que ha sido arrestado, después de que el mandatario anunciara disolución del Legislativo. La vicepresidenta, Dina Boluarte, que había denunciado un «golpe de Estado» del mandatario, ha asumido el poder con apoyo de las FFAA y la Policía.

Pedro Castillo ha sido detenido en dependencias de la Prefectura de Lima tras su destitución.
Pedro Castillo ha sido detenido en dependencias de la Prefectura de Lima tras su destitución. (AFP)

La crisis política que atraviesa Perú ha registrado este miércoles una preocupante escalada. El destituido presidente, Pedro Castillo, ha sido detenido en la sede de la Prefectura de Lima, a donde se ha dirigido junto a su familia y el ex primer ministro Aníbal Torres tras anunciar que disolvía el Congreso, decretaba un gobierno de excepción y convocaba nuevas elecciones legislativas.

El pleno del Congreso ha aprobado destituir al mandatario del país, Pedro Castillo, por «permanente incapacidad moral» con 101 votos a favor de un total de 130, después de que este anunciara la disolución del Legislativo y declarara un gobierno de emergencia.

Pocas horas después, la vicepresidenta, Dina Boluarte, ha jurado como la primera presidenta de la historia de Perú.

En sus primeras declaraciones tras jurar su cargo ha hecho un llamamiento a todas las fuerzas políticas a una tregua y a la «unidad nacional» y se ha comprometido a luchar «por los nadies y excluidos», al tiempo que ha vuelto a acusar a Castillo de dar un «golpe de Estado».

Por su parte, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (CCFFAA) como la Policía Nacional de Perú (PNP) se han alineado con el Congreso, al advertir tras el anuncio de Castillo que no acatarían «cualquier acto contrario al orden constitucional establecido».

Policías desplegados en las inmediaciones del Congreso de Perú. (Cris BOURONCLE | AFP)

El mandatario peruano había anunciado la disolución del Legislativo horas antes de que se votara una nueva moción de censura en su contra, en un discurso a la nación en el que también ha precisado que habría un toque de queda en el país desde las 22.00 hasta las 4.00 del jueves.

«En atención al reclamo ciudadano a lo largo y ancho del país, tomamos la decisión de establecer un gobierno de excepción orientado a establecer el Estado de derecho y la democracia, a cuyo efecto se dictan las medidas: disolver temporalmente el Congreso de la República e instaurar un gobierno de emergencia excepcional», había anunciado.

Pedro Castillo, durante su mensaje a la nación. (AFP)

Afirmaba que también dictaba «convocar en el más breve plazo a elecciones para un nuevo Congreso con facultades constituyentes para elaborar una nueva Constitución en un plazo no mayor de 9 meses».

La moción de vacancia que Castillo intentaba evitar era la tercera de este tipo presentada desde que Castillo llegó al poder. Había sorteado las dos anteriores, pero durante casi año y medio no han cesado las múltiples presiones y acusaciones que han llevado a un constante cambio de ministros o del gabinete completo.

La Fiscalía le ha abierto seis investigaciones en menos de año y medio en el poder. Él ha negado culalquier caso de corrupció y acusa a un sector del Parlamento de tener la prioridad de su destitución desde el primer día «porque no aceptan la elección» en la que venció a la derechista Keiko Fujimori.

A la vez, Castillo ha ido perdiendo apoyos entre la izquierda que lo aupó a la Presidencia, mientras la derecha fujimorista no ha cesado en el hostigamiento desde el Parlamento y los tribunales. Los giros hacia la derecha en varios ministerios y los equilibriso entre diversos sectores políticos no mejoraron la situación.

Estos movimientos le habían dejado sin el apoyo del partido con el que concurrió a las elecciones, Perú Libre, y con un respaldo muy minoritario en el Parlamento.

Renuncias en cascada

Inmediatamente después del anuncio de Castillo, los ministros de Economía, Relaciones Exteriores, Trabajo y Educación han anunciado su renuncia pocos minutos después del anuncio de Castillo.

A través de sus respectivas cuentas de Twitter, los titulares de estas carteras, Kurt Burneo, César Landa, Alejandro Salas y Rosendo Serna, respectivamente, han comunicado su decisión de abandonar el Ejecutivo alegando su «apego a los valores democráticos» y constitucionales.

También han renunciado el representante de Perú ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Harold Forsyth, y el embajador peruano ante la ONU, Manuel Rodríguez Cuadros.

El abogado peruano Benji Espinoza, el principal defensor legal de Pedro Castillo, ha renunciado asimismo a defender al presidente al considerar que se ha «producido una ruptura del orden constitucional» en el país andino.

Por su parte, la fiscal general del país, Patricia Benavides, ha rechazado «de manera enfática, todo quebrantamiento del orden constitucional» que se puediera presentar tras el discurso del mandatario.

El presidente del Tribunal Constitucional, Francisco Morales, había hecho un llamado a través del Canal N a las Fuerzas Armadas del país para «restablecer el orden constitucional» tras el anuncio del presidente.

Reacciones internacionales

Distintos Gobiernos latinoamericanos han expresado su preocupación por la grave crisis política que vive Perú.

«Argentina lamenta y expresa su profunda preocupación por la crisis política que atraviesa la hermana República de Perú, y hace un llamamiento a todos los actores políticos y sociales a que se resguarden las instituciones democráticas, el estado de derecho y el orden constitucional», ha expresado en un mensaje en su perfil de Twitter la cancillería argentina.

En la misma línea se ha expresado el Ministerio de Exteriores de Ecuador, que también ha hecho un llamamiento en la citada red social a los actores políticos para que se mantenga «el Estado de Derecho y la democracia».

Por su parte, el Gobierno de Brasil ha emitido un comunicado en el que asegura que sigue «con preocupación» la situación en el país y en el que recalca que las medidas adoptadas por Castillo son «incompatibles con el marco constitucional», por lo que representan «una violación a la vigencia de la democracia y el Estado de derecho».

También ha reaccionado el Gobierno de Chile, que a través del Ministerio de Exteriores ha sentenciado en un comunicado que confía en que la crisis que afecta «a un país hermano» se pueda resolver «a través de mecanismos democráticos».

El ministro de Exteriores de México, Marcelo Ebrard, se ha pronunciado con anterioridad y ha anunciado que se suspende la cumbre de la Alianza del Pacífico.«México lamenta los últimos acontecimientos en Perú», ha dicho.

Poco después, Ebrard ha comentado la detención de Castillo en una entrevista en el programa radiofónico Atando Cabos, en Radio Fórmula: «Si Pedro Castillo pide asilo a México, se lo damos, pero no lo ha solicitado», ha asegurado.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha sido una de las voces más conprensivas con la postura de Castillo y ha acusado a las élites económicas y políticas de Perú de forzarle a tomar las decisiones que han provocado su destitución.

«Consideramos lamentable que por intereses de las élites económicas y políticas, desde el comienzo de la presidencia legítima de Pedro Castillo, se haya mantenido un ambiente de confrontación y hostilidad en su contra hasta llevarlo a tomar decisiones que le han servido a sus adversarios para consumar su destitución», ha indicado en Twitter.

El mandatario mexicano ha tachado de 'sui géneris' el concepto de «incapacidad moral» que han utilizado los iputados peruanos para destituir a Castillo.

En otras ocasiones, el presidente de México ha expresado su solidaridad con el expresidente peruano al denunciar que había racismo detrás del intento de la élite y los conservadores de destituirlo.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha rechazado las acciones adoptadas por Castillo y ha hecho un llamamiento al diálogo.

Estados Unidos, por su parte, se refería ya a Pedro Castillo como «expresidente» de Perú después de que el Congreso peruano aprobara su destitución. «A nuestro entender, debido a la decisión del Congreso, Castillo es ahora expresidente», ha dicho en una rueda de prensa en Washington el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, quien ha hecho un llamamiento a «defender la democracia peruana».

Desde su llegada a la Presidencia tras ganar las elecciones en junio de 2021, Castillo ha tenido que enfrentarse a incesantes intentos de la oposición por tumbar su Gobierno.