Por esta vez, la veterana cineasta Isabel Coixet ha sabido hacerse a un lado, consciente de que todo el protagonismo de ‘El sostre groc’ (2022) estaba en las mujeres que se colocan delante de la cámara para contar su experiencia. El documental está puesto por entero al servicio de la causa, lo cual es de agradecer, puesto que de no mediar la intervención de una cineasta tan influyente seguramente no habría obtenido la misma difusión y se seguiría hablando de la invisibilidad de las víctimas en este tipo de casos de abusos.
El documental hace de la necesidad una virtud, porque el caso del Aula de Teatro de Lleida había prescrito y se encuentra archivado, lo mismo que los propios archivos del centro, que fueron borrados. De tal suerte que quedaban algunas grabaciones del alumnado, habiendo de partir de los testimonios en las entrevistas para llevar a cabo las oportunas recreaciones. Más allá de lo estrictamente judicial, el grupo Dones A Escena quiere contar su verdad y su experiencia adolescente desde la reflexión de la madurez.
Son sus voces las que se escuchan, habida cuenta de que el denunciado se ha negado a participar en el documental, y quien calla otorga. En su día el profesor de teatro Antonio Gómez fue expulsado del centro, recibiendo una indemnización económica de 60.000 euros. Pero la realidad es que se sirvió de su posición para manipular a sus alumnas menores de edad, ganándoselas con una imagen de transgresión creativa que pretendía confundir la liberación sexual con abusos físicos no consentidos.
Por suerte, el grupo de mujeres afectadas ha evolucionado bien, superando aquellos episodios asociados a su inocencia e inexperiencia vitales. El dolor ha sido interiorizado en un proceso mentalmente sano, mediante una actitud dignificadora de valiente exposición de los hechos tal como fueron.