En el último pleno del año, PNV y PSE han sacado adelante este viernes el presupuesto de la CAV para 2023, que asciende a 14.250,7 millones de euros y que se ha presentado como el más elevado de la historia. Sin embargo, nos encontramos con hechos como que para el Departamento de Salud se prevén para el año que viene 4.639 millones de euros y si observamos la ejecución de las cuentas de 2022 en el mes de noviembre la Consejería de Gotzone Sagardui ha usado ya 4.596,5 millones de euros. Un dinero que, por cierto, inicialmente no tenía, porque su presupuesto era de 4.191,4 millones.
Es más, durante la sesión, la parlamentaria de EH Bildu Leire Pinedo ha dado a conocer que la previsión del Gobierno es acabar este año con un gasto comprometido del Departamento de Salud de 4.860 millones. «Es decir, que el plan del Gobierno para 2023 es invertir en Salud 221 millones menos que lo gastado este año, algo que no es ni razonable ni comprensible cuando en Osakidetza los conflictos y los problemas se encadenan uno tras otro», ha subrayado.
Porque otra de las características de los presupuestos que se aprueban en el Parlamento es su carácter meramente teórico. Por ejemplo, el de 2022 era de 13.107,8 millones de euros. Para el recién pasado mes de noviembre había crecido ya hasta los 14.500,9 millones por el uso de remanentes de tesorería de años anteriores y la llegada de fondos europeos. Es decir, el presupuesto actual de la CAV es superior al que se ha aprobado para 2023. Y todos esos cambios, así como los trasvases de partidas entre departamentos, los ejecuta el Gobierno al margen de lo aprobado en la Cámara autonómica.
En los últimos cinco años nos encontramos con que en 2018 el presupuesto aprobado fue de 11.486 millones de euros y el final 11.791 millones. En 2019 se pasó de 11.791 a 12.481. En 2020, de 11.774 a 12.233. Y en 2021, de 12.442 millones aprobados se subió a 13.618 millones con los que Lakua contó finalmente.
Otra cosa es cuántos de esos millones se acabaran gastando realmente. Por ejemplo, en abril de 2022 todos los grupos de la oposición exigieron al lehendakari que utilizara para hacer frente a la crisis los 1.877 millones que acumulaba sin gastar.
Rechazo de toda la oposición
Por primera vez en muchos años, el Gobierno de Urkullu no ha conseguido el apoyo o al menos la abstención de ningún grupo de la oposición y todos ellos han criticado que realmente este año el Ejecutivo no ha tenido verdadera voluntad de negociar. Al final, aceptó algunas enmiendas por una cuantía que no llega a los 40 millones de euros. A la entrada del pleno, el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, decía esperar que algún grupo apreciara el gesto y pudiera «recapacitar» y cambiar su voto negativo. No ha sido así.
Luis Ignacio Gordillo, de PP+Cs, ha incidido en distintos defectos que observa en el presupuesto y ha insistido en su propuesta de que se bajen los impuestos, pues entienden que la administración pública ya tiene dinero suficiente. De hecho, ha subrayado que, según sus últimos datos, hay unos 2.000 disponibles sin utilizar.
Por Elkarrekin Podemos-IU ha intervenido en primer lugar su portavoz, Miren Gorrotxategi, que se ha quejado de que desde los partidos del Gobierno se achaque su rechazo al presupuesto al «vértigo» o a «al clima preelectoral», en lugar de debatir sobre los argumentos planteados en sus enmiendas y admitir que «representamos dos modelos políticos diferentes». Ha recordado que presentaron 197 enmiendas, de las que se les han aprobado 5, pero ha querido repasar lo que se ha perdido de incluir en los presupuestos cuando se ha votado que no a las otras 192. Ha concluido su intervención dejando claro que «no creemos que estos presupuestos avancen hacia esa sociedad que queremos. Y por eso vamos a votar en contra». Después ha hablado Jon Hernández, de Ezker Anitza-IU, que ha criticado el modelo de ingresos y gastos del presupuesto y que no se negocie sobre ellos.
EH Bildu: no vale con «capear el temporal»
Leire Pinedo, de EH Bildu, ha subrayado que «estamos en momentos de cambios y de grandes retos», pero el Gobierno trae los presupuestos de siempre y no basta con «capear el temporal» como dijo el consejero. «La lógica no puede ser que la crisis pasará», porque «después de la tormenta viene el tsunami», y el Ejecutivo presenta unos «presupuestos conservadores y poco ambiciosos, a los que les falta valentía para avanzar como país».
Ha denunciado Pinedo que el Gobierno no respondió a ninguna de las propuestas realizadas por EH Bildu y luego, cuando toda la oposición apareció en contra, introdujo enmiendas que antes había definido de «irrealizables». La parlamentaria independentista ha hablado de «autoenmiendas». Pero, en todo caso, Leire Pinedo ha subrayado que la ya mencionada rebaja en Salud es la mejor prueba de que estos no son los presupuestos que necesita la ciudadanía.
PNV y PSE, como no podía ser de otra forma, han defendido las cuentas del Gobierno y han criticado a los grupos de la oposición. Especialmente beligerante ha sido la jeltzale Alaitz Zabala, que ha hablado de una oposición «destructiva» y ha criticado especialmente a EH Bildu, a la que ha acusado de «falta de sinceridad». Después han enumerado algunos de los puntos de los presupuestos que consideran más destacables y repasado las enmiendas presentadas por los otros grupos para rechazarlas.