Además de escribir diez poemarios y dos novelas, Leonard Cohen fue autor de canciones exitosas como la inmortal 'Suzanne', en las que narraba tanto las miserias como la grandeza de la condición humana con esa voz tan personal, rota y enigmática.

Cohen nació el 21 de setiembre de 1934 en Montreal, en una familia de emigrantes judíos que se asentaron en Canadá. Allí se licenció en Literatura en la Universidad McGill en 1955 y formó parte de un grupo musical de aficionados, The Buckskin Boys, dedicado al country.

Se trasladó a Nueva York con una beca para la Columbia Graduate School, y a los 24 años recibió otra, del Canada Council, para escribir un libro, lo que le permitió viajar a Europa.

Cohen siempre compaginó la música con la literatura, su gran pasión, que comenzó a los 16 años cuando escribió sus primeros poemas.

Su primer poemario fue 'Comparemos mitologías' (1956), inspirado en García Lorca, su poeta predilecto, al que siguió 'La caja de especias de la tierra' (1961).

En la década de 1960 se instaló en la isla griega de Hydra, donde empezó a componer canciones y en el 63 publicó su primera novela, 'El juego favorito', a la que siguió el tercer poemario 'Flores para Hitler' (1964), su segunda novela 'Los hermosos vencidos' (1966) y el cuarto poemario 'Parásitos del cielo' (1966).

Nueva ruta

En 1967 cobró forma una de sus etapas creativas más significativas, la publicación de su primer álbum, 'Canciones de Leonard Cohen'. Un proyecto que nació marcado por el desencanto que le había producido su poca repercusión como escritor. Para llevar a cabo el disco, el canadiense se asoció con la cantante folk Judy Collins, la cual participó en temas tan recordados como 'Suzanne' o 'So Long, Marianne'.

El productor del disco John Simon y Cohen chocaron en cuestiones como la instrumentación y las mezclas. El cantautor quería un álbum con un sonido libre, pero el productor pensaba que las canciones podían beneficiarse de una orquestación. Según explicó el biógrafo Ira Nadel, aunque Cohen fue capaz de hacer cambios en las mezclas, algunas de las audiciones de Cohen «no podían ser retiradas de una cinta maestra de cuatro pistas».