Oso negro, polvo blanco
La imagen del oso consumiendo cocaína se ha hecho viral en las redes y, aunque a la mayoría de usuarios no les importe la historia que hay detrás, no está de más sacarla a la luz. Todo viene de la promoción de la película ‘Cocaine Bear’ (2023), una cinta de amenaza animal muy libremente inspirada en hechos reales. En la ficción el oso que sufre una ingesta de cocaína de modo accidental se vuelve loco y empieza a atacar a la gente salvajemente.
Como tantas otras películas de terror, carece de toda lógica, puesto que lo cierto es que el ejemplar de 80 kilos al introducir en su cuerpo 35 kilos de cocaína pura murió por sobredosis en el acto. Esto ocurrió en el año 1985 en las montañas del condado de Fannin, en Georgia. El oso negro se encontró con unas bolsas repletas del material, que habían caido del avión del narcotraficante Andrew Carter Thornton II, un exparacaidista que saltó provisto de un paracaidas defectuoso.
La pérdida humana fue consecuencia de una peligrosa actividad delictiva, pero la del animal nunca debería de haberse producido. Pero resulta más denunciable que tanto tiempo después aquel triste suceso haga gracia, más al saber que al pobre oso le bautizaron con el nombre de Pablo Escobar, y que fue disecado para su venta. Dice la leyenda que acabó en manos del cantante de country Waylon Jennings. En fin, los grupos animalistas tienes muchos motivos para protestar.