Pello Guerra

Bajada del IVA en alimentos, carga de trabajo en los comercios y limitado efecto en el bolsillo

Con la llegada del nuevo año, el precio de algunos alimentos ha experimentado una bajada al ser suprimido o reducido su IVA. Un descenso que supone una carga de trabajo en los comercios y que tiene un escaso efecto inmediato en los bolsillos de los consumidores, aunque «menos da una piedra».

Los lineales de los productos frescos es donde se han cambiado más rápidamente los precios tras la bajada del IVA.
Los lineales de los productos frescos es donde se han cambiado más rápidamente los precios tras la bajada del IVA. (NAIZ)

La bajada del IVA de determinados alimentos ha empezado a aplicarse con la llegada del nuevo año, un descenso que supone una carga de trabajo en los comercios y que tiene un escaso efecto inmediato en los bolsillos.

Antonia lleva la cantidad exacta de la barra de pan que suele comprar en el supermercado del barrio. Tras entregar las correspondientes monedas, enfila hacia la salida, cuando el dependiente le dice: «Un momento, que te tengo que devolver dos céntimos». La anciana le mira sorprendida, hasta que el joven le recuerda que «han quitado el IVA del pan».

Antonia recoge con una sonrisa la ennegrecida moneda de dos céntimos, mientras señala contenta que «menos da una piedra».

Ese puede ser el resumen de lo que supone para las consumidores la bajada e incluso supresión del IVA en determinados alimentos que anunció el pasado martes, 27 de diciembre, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dentro del tercer paquete de ayudas para paliar las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania y que ha empezado a aplicarse con el comienzo de enero.

De esta manera, durante seis meses se reducirá al 0% el IVA en una serie de productos, como son el pan común; harinas panificables; la leche natural, certificada, pasterizada, concentrada, desnatada, esterilizada, UHT, evaporada y en polvo; los quesos, los huevos, las frutas, las verduras, las hortalizas, las legumbres, los tubérculos y los cereales. Todos ellos son «productos naturales» a los que se venía aplicando el tipo impositivo «superreducido» del 4%.

En otros casos, en concreto, el aceite y la pasta, que tenían un gravamen del 10%, se benefician de una bajada del IVA al 5%.

Este descenso de los precios ha supuesto un particular ‘aguinaldo’ para los comercios. En una panadería, María se queja de que «estoy aplicando la rebaja a un pan que ha sido hecho con harina sin descuento».

«Alta carga de trabajo»

En otros establecimientos, sobre todo se han encontrado con un extra navideño pero de trabajo al abrir sus puertas este lunes 2 de enero. Como señala Raquel, responsable de un supermercado de Iruñea, «nos supone una alta carga de trabajo, aunque tenemos de margen toda la semana, hasta el viernes, para ir cambiando los precios en el lineal». Un margen que agradece, ya que, de otra manera, «resulta imposible cambiar 7.000 precios en una mañana».

Donde han procurado estar más rápidos ha sido en «la sección de frescos, donde hemos actualizado al menos la mayoría. Luego ya seguiremos por otros pasillos».

Esta circunstancia no supone que los clientes no se estén beneficiando de la bajada o supresión del IVA, ya que «los nuevos precios se han cargado a las 7.00 de la mañana en la caja, así que el cliente va a notar el descuento. Otra cosa es que figure en el lineal, ya que materialmente no ha habido tiempo para el cambio».

Por lo tanto, el descenso de los precios es una realidad, pero ¿de cuánto estamos hablando? Los primeros cálculos apuntan a unos céntimos de ahorro inmediato, como sucedía con el pan de Antonia, y que en el caso, por ejemplo, del aceite o de la pasta, vienen a ser «unos cinco céntimos». Por ese motivo, Raquel señala que «a la larga, igual se llega a notar, pero, desde luego, en el día a día, creo que no supone una gran rebaja. No nos va a sacar de pobres», concluye con una sonrisa.

Habrá que ver hasta qué punto esos céntimos diarios de ahorro se traducen en un cambio en unos hábitos de consumo que se han adaptado a la situación económica, como ha podido apreciar esta responsable de supermercado.

Menos frescos y más alimento seco

Así, «en frescos, la gente no consume tanto. Sí que ha subido el consumo en el caso de la pasta y la alimentación seca, como arroz, pasta o galletas, pero no ha sido así en el caso de la carne».

Como referencia, apunta a «la merienda de los txikis. En lugar de tanta fruta, se combina la pieza de fruta con yogures, cuya venta ha subido, al igual que ha ocurrido, en el caso de la comida, con la pasta y las legumbres». En otros terrenos, como puede ser el de la droguería, «se tiende más a la marca blanca».

Es la fórmula a la que ha recurrido el público para afrontar la notable subida de precios. «Como es muy difícil recortar en otras cosas, como puede ser la electricidad, la gente ha aplicado recortes en la alimentación, con un cambio importante en el tipo de consumo».

La rebaja de precios puede producir un giro en esa tendencia. Al menos es lo que espera Fátima, responsable de otro supermercado de la capital navarra. «Espero que de alguna manera se note en el consumo, ya que creo que es una buena medida en ese sentido. Habrá que esperar a ver al final cómo resulta».

En la puerta de cristal de entrada a su establecimiento, un cartel rojo especifica que «El nuevo IVA se aplicará al paso por caja». Es una manera de tranquilizar a los clientes más pendientes de los precios que figuran en el lineal y donde todavía tienen pendiente aplicar los cambios. Como en el caso anterior, los primeros que han cambiado nada más entrar a trabajar han sido «los precios de la fruta, pero falta todo lo demás. En la parte de frescos es donde más rápidos hemos estado».

Fátima calcula que «en unos tres días habremos hecho el cambio de precios también en el resto de los lineales». Ese paso del tiempo y de los sucesivos meses serán el mejor indicador para saber hasta qué punto esta medida respecto al IVA de algunos alimentos ha tenido una repercusión efectiva en el consumo.