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El gasto social favorece a las rentas altas en el sur de Europa, según un estudio

La investigación sobre el destino del gasto social en la Unión Europea (UE) ha sido llevada a cabo por científicos de la Academia Austríaca de Ciencias (ÖAW), la Universidad Tecnológica de Viena (TU) y el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea.

Los científicos compararon el flujo de dinero de las arcas de los 27 Estados europeos.
Los científicos compararon el flujo de dinero de las arcas de los 27 Estados europeos. (Getty Images)

Las políticas estatales de redistribución de la riqueza son «un apoyo a los grupos de renta baja» en el norte de Europa, mientras que en el sur del continente «sirven en gran medida para asegurar los ingresos de las rentas altas», asegura un estudio publicado hoy por un grupo de investigadores en Viena.

Mediante «microdatos», los científicos compararon el flujo de dinero de las arcas de los 27 Estados europeos a los hogares con ingresos bajos o altos entre las personas en edad laboral y las personas en edad de jubilación.

En un comunicado emitido hoy, la ÖAW destaca que los investigadores «se vieron sorprendidos por los resultados» obtenidos, que han sido publicados en la revista especializada ‘The Journal of the Economics of Ageing’. La nota recuerda que «gran parte de la renta generada en un país se redistribuye entre generaciones y grupos de renta a través de impuestos y prestaciones sociales», pero «la redistribución estatal tiene lugar de forma muy diferente en los países de Europa».

Mientras que en los países del norte de Europa la redistribución estatal entre los hogares es baja y sirve para proteger a los grupos menos favorecidos, en el sur se caracteriza por el elevado pago de pensiones a las rentas más altas. «La redistribución estatal suele equipararse a la protección de las personas con rentas bajas. La gran diferencia entre los países europeos radica en la redistribución del Estado a la cuarta parte de la población con mayores ingresos», precisa en la nota el economista demográfico austríaco Bernhard Binder-Hammer.

Destaca que «las pensiones desempeñan un papel esencial en este sentido, porque las prestaciones netas de los hogares con rentas altas consisten principalmente en pensiones». En países como Dinamarca o Países Bajos, los beneficiados son principalmente los hogares de rentas más bajas, pues «prácticamente no hay redistribución neta hacia los hogares de rentas más altas».

«Pensiones muy generosas» para la parte pudiente

«Curiosamente, en los países con mayor redistribución neta, las transferencias a la población con mayores ingresos son particularmente altas, pero las destinadas a los hogares con rentas bajas son particularmente bajas», comenta el coautor del estudio.

Así, en Italia, el Estado español y Portugal, hay «pensiones muy generosas» para la parte pudiente de la población mayor pero «el Estado hace relativamente poco por apoyar a los hogares de rentas bajas», comenta Binder-Hammer, quien aboga por reformar estos sistemas ante el creciente envejecimiento de la población. «Nuestro estudio muestra que la redistribución a la cuarta parte de la población con mayores ingresos tiene potencial de ajuste, porque las elevadas prestaciones per cápita también significan que el volumen requerido y, por tanto, las cotizaciones son elevadas», explica.

Asimismo, destaca que «cuando se trata de desigualdad o riesgo de pobreza, los países que obtienen los mejores resultados son aquellos en los que el papel del Estado en la previsión para la vejez de las personas con ingresos elevados es claramente limitado».