Txetxu Rojo dejó su impronta en la historia del Athletic como jugador y también dirigió al primer equipo rojiblanco. El presidente Jon Uriarte le definió como un «one club man» y San Mamés le ha tributado un homenaje en los prolegómenos del derbi contra Osasuna. Los hijos de Rojo han vivido el emotivo acto desde el césped acompañados por Iribar.
Agur eta ohore Txetxu Rojo, txalo zaparrada San Mamesen bere omenez pic.twitter.com/qS2n3vCnoj
— manex altuna (@manexaltuna) January 9, 2023
Un minuto de aplausos en honor a un hombre que permaneció 17 temporadas como futbolista y falleció siendo el segundo jugador que en más ocasiones ha defendido la camiseta rojiblanca. 541 encuentros oficiales que tan solo supera otro mito como Jose Angel Iribar con 614 partidos. El actual capitán Iker Muniain se encuentra ya a un paso de colocarse en el podio y superar los 514 partidos de Joseba Etxeberria.
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Bautizado por la prensa de su época como el Mozart del fútbol, Txetxu Rojo era un futbolista de mucha clase y talento. Un extremo zurdo, con alma de interior. También tenía mucho carácter y por eso en el vestuario le apodaban «Polvorilla». Tuvo sus más y sus menos con la grada, pero fue uno de los jugadores más venerados entre finales de los sesenta y principios de los ochenta.
En su carrera logró ganar dos copas y el subcampeonato de la UEFA en 1977. Se despidió con un amistoso ante la selección inglesa antes del Mundial de 1982 y tamién fue homenajeado en 2015 en San Mamés en el 50 aniversario de su debut.
Como entrenador del Athletic no tuvo tanto éxito ya que le tocó finalizar un curso aciago en la campaña 1989-90 tras la destitución de Kendall. Tampoco le fue bien en su segunda etapa en la campaña 2000-01. En cambio, sí que triunfo en el banquillo del Celta logrando un ascenso a Primera y un subcampeonato de Copa en los noventa y acabado en cuarta posición con el Zaragoza.
Txetxu Rojo también fue entrenador de Osasuna en la temporada 1994-95 en Segunda, pero fue cesado tras 25 encuentros.
Pocas camisetas rojillas
Desde que las televisiones inundaron las arcas de los equipos con millones por los derechos de retransmisión, el fútbol dejó de preocuparse por los aficionados que acuden a los estadios. La disputa del derbi entre Athletic y Osasuna en un lunes post navideño ha restado ambiente a la jornada. Apenas se han visto camisetas rojillas por Bilbo y poca presencia en las gradas, salvo por los 500 seguidores que se han ubicado en la tribuna del fondo sur para la afición visitante.