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EEUU ha alcanzado el límite de deuda e inicia la cuenta atrás hacia el «default»

EEUU tiene un límite en la cantidad de dinero que puede pedir prestado y lo alcanzó este jueves. Si de aquí a junio el Congreso no eleva el techo, el país puede entrar en suspensión de pagos y abrir una crisis global.

Una estatua de Alexander Hamilton, uno de los fundadores de EEUU, custodia la sede del Departamento del Tesoro.
Una estatua de Alexander Hamilton, uno de los fundadores de EEUU, custodia la sede del Departamento del Tesoro. (Anna MONEYMAKER | AFP)

Estados Unidos alcanzó ayer el límite de deuda que puede tener en circulación, lo que le va a obligar a articular medidas extraordinarias para hacer frente a los gastos federales. Ahora se abre un periodo de negociaciones en el Congreso que, en caso de no llegar a buen puerto, conllevaría la suspensión de pagos de la principal economía mundial. No es el escenario más probable, pero la gran polarización existente en el gigante norteamericano no la hace descartable y, en caso de producirse, provocaría un auténtico terremoto en todo el planeta.

La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, alertó el viernes pasado de que ayer se alcanzaría esa cota. Lo hizo en una carta remitida a los principales líderes del Congreso, en la que también advertía de que a partir de ahora se deberán tomar «ciertas medidas extraordinarias para evitar que EEUU incumpla sus obligaciones».

«Un daño irreparable»

El límite de deuda es la cantidad total de dinero que el Gobierno de Estados Unidos está autorizado a pedir prestado para cumplir con sus obligaciones legales y poder pagar los beneficios del Seguro Social y Medicare, los salarios militares, los intereses sobre la deuda nacional, los reembolsos de impuestos y otros pagos, y el Ejecutivo solo puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso, que tiene el poder de elevar ese techo según crea conveniente.

Esto provoca que de vez en cuando se den este tipo de situaciones; no es extraordinario, pero sí es peligroso el escenario al que puede dar paso.

Porque, si bien las medidas extraordinarias anunciadas aportarán «una capacidad adicional para que el Tesoro siga financiando las operaciones del Gobierno federal», solo serán efectivas «por un tiempo». En concreto, el Ejecutivo calcula que solo tendrá dinero para seguir pagando sus facturas hasta el mes de junio, y en el caso, extremo, de que en ausencia de acuerdo en el Congreso a EEUU le fuera imposible endeudarse, podría entrar en una situación de «default».

Una suspensión de pagos sin precedentes que sacudiría los mercados y que arrastraría al país -y a buena parte del globo- a una recesión. Según la secretaria del Tesoro, causaría «un daño irreparable» a la economía estadounidense y a la estabilidad financiera mundial. Es lógico, por tanto, que insista en que «es fundamental» que la Cámara Alta «actúe de manera oportuna para aumentar o suspender el límite de la deuda».

El precedente de 2011

EEUU nunca ha tenido que declarar la suspensión de pagos de su deuda nacional, pero estuvo muy cerca en 2011. Entonces, la mera posibilidad de que eso ocurriera desató el caos en los mercados financieros e hizo que la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s rebajara la nota de solvencia del país.

Aquello ocurrió con la Administración de Barack Obama. Desde entonces la pugna entre demócratas y republicanos se ha enconado hasta el extremo, y todo parece indicar que en esta ocasión la negociación será aún más complicada.

Los republicanos controlan el Congreso y ya han adoptado nuevas normas legislativas para dificultar más el proceso de aumentar el límite de deuda y para fortalecer su capacidad para solicitar que cualquier incremento venga acompañado de recortes al gasto público.

Por contra, el presidente, Joe Biden, ha declarado que se opondrá a todo intento de vincular recortes presupuestarios con el aumento del techo de la deuda, lo que augura un enfrentamiento prolongado, quizá hasta el último momento y con todo el mundo en vilo.