La reunión de los aliados de Kiev en la base militar estadounidense de Ramstein, en Alemania, concluyó con otra muestra de un fuerte apoyo armamentístico a Ucrania, pero no el que demandaba el Gobierno ucraniano.
«Estaba claro que las posiciones están lejos de ser tan homogéneas como podría pensarse», admitió el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, tras la reunión de ministros de Defensa y altos mandos militares de una cincuentena de países.
El foco estaba puesto sobre Alemania, con varios países presionando para que entregue y permita a otros gobiernos la entrega de los tanques Leopard 2.
Pistorius confirmó que no se decidió nada sobre los Leopard y justificó su reticencia argumentando que primero debe llevar a cabo un inventario de las existencias disponibles para su Ejército e industria. Aseguró que su Ejecutivo no está solo en esta posición.
El secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, confirmó que no convencieron a Berlín, pero quiso descargar la presión sobre Alemania y afirmó que «está contribuyendo mucho», mencionando, entre otros, los tanques Marder o el sistema antimisiles Patriot que se trasladará a Ucrania.
Pistorius dio más importancia a los sistemas de defensa antiaérea y confirmó otro paquete de ayuda por 1.000 millones de euros, con lo que el importe total del apoyo militar alemán ascenderá a 3.300 millones. La reunión había comenzado con la demanda explícita del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski: «Agradecemos enormemente todo apoyo recibido hasta ahora y sus sistemas de defensa antiaéreos, pero necesitamos artillería y tanques».
También Austin había apremiado a los reunidos a «aportar más» y recordó el nuevo paquete de ayuda aprobado el jueves por su país (2.500 millones de dólares), que eleva el total a más de 26.000 millones de dólares. Incluye decenas de blindados ligeros pero ningún tanque pesado, como el Abrams que demanda Kiev.
Ucrania quiere contar con los modernos tanques occidentales para la ofensiva que afirma que prepara Moscú. Pero sus aliados se mueven entre el deseo de una derrota de Rusia y el temor a que sus armas se utilicen para atacar territorio ruso, llevando a una escalada que derive en un conflicto global. Aun así, varios países, liderados por Polonia se mostraron menos comprensivos que EEUU y lanzaron una iniciativa al margen de Ramstein.
El viceministro polaco de Exteriores, Pawel Jablonski, aseguró que Varsovia tomará «medidas no convencionales» si Alemania se resiste a entregar los Leopard, «incluso si alguien se siente ofendido por ello» y formará una coalición de países que cuentan con este modelo de tanque. «De eso se trata la diplomacia, que nuestros socios no siempre quieren llevar a cabo ciertas acciones, si están sujetos a varios tipos de persuasión o presión, a veces pueden cambiar de opinión», dijo. A su juicio, la reticencia de Berlín está motivada por «simpatías creadas con dinero ruso» en las esferas política, industrial y empresarial y en la opinión pública alemanas.
El Kremlin relativiza la ayuda de los tanques
El Kremlin volvió a advertir de que el envío de armas pesadas a Ucrania tendrá «consecuencias negativas», pero el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, sugirió «no exagerar la importancia de dichos suministros en términos de su capacidad para marcar la diferencia» en el terreno. «Todos esos tanques requieren mantenimiento y reparación», recordó. Peskov insistió en que los nuevos suministros solo «darán más problemas a Ucrania» y «no cambiarán nada en lo que respecta al avance de Rusia hacia sus objetivos», asegurando que en las últimas semanas este solo «va en espiral ascendente».
«Vemos que la implicación indirecta y, a veces directa, de la OTAN en el conflicto está aumentando», subrayó, y añadió que el Kremlin toma nota de declaraciones que instan a incrementar el grado de esa implicación. La víspera, Moscú indicó que el suministro de armas pesadas a Ucrania que discute Occidente «eleva el conflicto a un nuevo nivel cualitativo». Washington ha pedido a varios países de América Latina que donen a Ucrania el equipamiento militar comprado a Rusia y se ofreció a reemplazarlo con armamento estadounidense.