Amaia Ereñaga
Erredaktorea, kulturan espezializatua

Los mundos de ficción de Ursula K. Le Guin, más reales que nunca

No diremos que fue una visionaria –probablemente el término le produciría risa–, pero sí una cuestionadora de clichés culturales y políticos, una escritora que se definía como un ama de casa con tres hijos, anarquista, feminista y ecologista. Cinco años después, Ursula K. Le Guin sigue muy actual.

La gran Ursula K. Le Guin no pasa de moda.
La gran Ursula K. Le Guin no pasa de moda. (Foto cortesía de Euan MONAGHAN | STRUCTO)

Vicky Hidalgo, directora editorial de Ediciones Minotauro, no esconde su admiración hacia Ursula K. Le Guin (Berkeley, California; 21 de octubre de 1929 - Portland, Oregón; 22 de enero de 2018). «Fue una intelectual, una escritora política y una persona muy valiente durante toda su vida», apunta.

Este sábado se cumplen cinco años de la muerte de esta maestra de la ciencia ficción y la fantasía, una fecha que ha servido a la editoral barcelonesa, perteneciente al grupo Planeta y sello de referencia de la literatura fantástica, de terror y ciencia ficción en castellano, para presentar una actualización de la obra de Le Guin: se ha revisado el fondo de catálogo, se han añadido obras inéditas –‘Lo irreal y lo real’, una selección de relatos que resumen las líneas maestras de su obra– y se ha reeditado sus obras más conocidas con ilustraciones de Charles Vess.

«Es una señora que tuvo una obra que se prologa durante sesenta años y en la que las nuevas generaciones siguen encontrando un referente. Ella decía que era una escritora de la imaginación y el género fantástico le servía para reflexionar sobre el mundo. La ciencia ficción siempre la trató como un laboratorio de ideas. Por ejemplo, crea una confederación de mundos llamada Ekumen, en el que cada planeta ha progresado de forma distinta. Digamos que todos estos mundos provienen de la raza humana que, en un algún momento, se dispersó; entonces ella usa esos mundos como si fueran laboratorios sociológicos o políticos», añade.

«El relato ‘La cuestión de seguir’, parte de una pregunta científica aún no completamente  contestada: ‘Si con unos pocos machos bastaría para procesar una especie, ¿por qué hay tantos?’»

La propia Le Guin lo explica así en la hasta ahora inédita en castellano ‘Lo irreal y lo real’: «Por ejemplo, un relato, ‘La cuestión de seguir’, parte de una pregunta científica aún no completamente  contestada: ‘Si con unos pocos machos bastaría para procesar una especie, ¿por qué hay tantos?’. Y una pregunta social aún no respondida de forma adecuada: ¿Por qué, en casi todas las sociedades, los hombres dominan a las mujeres? ¿Cuál es el beneficio darwiniano de tener el mismo número de los dos géneros, pero hacerlos desiguales en el poder? ¿Y si se invirtiera la situación?».

Ursula K. Le Guin, pese a que ya no esté, sigue muy presente. No pasa de moda. Otro ejemplo, la excelente acogida de ‘Oihan hitzean mundua’ (Igela), la versión en euskara de ‘The Word for World Is Forest’ (‘El nombre del mundo es bosque’, en castellano).

Publicada por primera vez en Estados Unidos en 1972, se dice, se rumorea, se desliza en los medios que esta novela le ha servido de inspiración a James Cameron para su saga cinematográfica ‘Avatar’. Y ‘Avatar’ sí que bebe algo de Le Guin, pero poco: le falta ir más allá, un mensaje más contundente. Le falta esa crítica social y política de la autora norteamericana, ese ponerse el mundo por montera.

Euskara, género, ecología...

Es extraño, visto que desde los años 60 es todo un clásico internacional, pero Ursula K. Le Guin no había sido llevada al euskara hasta hace muy poco. Sí hay traducido un cuento suyo, algún que otro poema (están accesibles en la web de Armiarma), pero ha habido que esperar hasta 2021 para la publicación de ‘Oihan hitzean mundua’ (Igela), traducido por Amaia Apaulaza.

Aunque algo ensombrecida por obras mayores como el ciclo de Terramar –una saga fantástica, en teoría para público joven, sobre el aprendizaje de un mago–, o títulos como ‘La mano izquierda de la oscuridad’ (1969) –un planeta de Ekumen con una raza andrógina que cambia de género en una especie de época de celo– y  ‘Los desposeídos’ –un planeta anarquista–, ‘El nombre del mundo es bosque’ es una novela corta esencial en Le Guin: Los habitantes del planeta Atshe son uno con la naturaleza.

Son seres que no ven distinción entre bosque y mundo natural, civilizaciones que se han desarrollado con el tiempo para coexistir con la vida silvestre. Hasta que llega una expedición terrestre. En esta novela se muestra la claridad y el poder de la visión ecológica de Ursula K. Le Guin.

«En los dos años y medio que llevo, es el libro que más se ha vendido. También entre los medios ha suscitado más interés que cualquier otra publicación, parecía como si hubiera hambre de esta autora»

 

Lander Majuelo es el director de Igela, la veterana editorial de Iruñea especializada en traducciones al euskara. Majuelo accedió a este cargo hace poco, en 2020, y precisamente uno de sus primeros objetivos fue empezar a publicar ciencia ficción en euskara, un género del que no hay casi nada en nuestro idioma: «En los dos años y medio que llevo, es el libro que más se ha vendido. También entre los medios ha suscitado más interés que cualquier otra publicación, parecía como si hubiera hambre de esta autora».

¿Y a qué público interesa? «Es una novela sobre la crisis ecológica del planeta y eso le da un especial interés. Muchos de los lectores es verdad que son seguidores o lectores de antes de Ursula K. Le Guin, pero la mayoría son nuevos lectores, jóvenes y sobre todo mujeres. Son personas que se han acercado a la autora a través de esta traducción. Es un libro que se ha movido mucho y en la pasada Azoka todavía te encontrabas que se acercaban al stand mujeres jóvenes que animaban a otras a leer ese libro que a ellas tanto les había gustado».

Rompiendo con todo

«Es una mujer que cambió las reglas del género, que hasta entonces era totalmente masculino. Lo que había era básicamente esa ciencia ficción de láseres, ovnis y platillos, y ella funciona como un revulsivo al empezar a hablar de temas sociales, políticos, de género... Yo creo que su formación como antropóloga se nota en esta capacidad de mirar al otro y querer comunicarse con él», añade Vicky Hidalgo.

Conocer y leer a esta escritora y pensadora es admirarla, hay que reconocerlo. Cuando estos géneros eran considerandos de menor categoría que la ‘literatura seria’, llega esta mujer y se dedica a crear mundos en planetas lejanos... pero tan cercanos. «La trilogía de Terramar está dividida en dos y casi la puedes ver como un experimento sobre la fantasía épica, porque en la primera parte bebe de las mitología europeas nórdicas, con un héroe masculino. Casi veinte años después, cuando afronta los libros 4, 5 y 6 de la saga,  le da la vuelta y escribe desde el punto de vista femenino. Rompió las reglas desde dentro».

Por cierto, en Terramar se dice los buenos tienen la piel marrón, es decir, son negros, y los enemigos son blancos. «Usó los subterfugios que tenía. Ella contaba que tuvo muchas dificultades con las ilustraciones de cubierta, porque no había manera de que las editoriales le pusieran un protagonista que no fuera blanco», explica Hidalgo.

Lovecraft, Le Guin.. ¿por qué hay este interés renovado hacia ellos? «Los autores que escriben ciencia ficción o fantasía son importantes porque nos están dando claves sobre nuestro presente y nuestro futuro», confluye la editora.

«Los autores que escriben ciencia ficción o fantasía son importantes porque nos están dando claves sobre nuestro presente y nuestro futuro»