La previsión es que la huelga en todos los estamentos de Osasunbidea se dé a conocer mañana, jueves, con un llamamiento a la prensa. Pero la decisión está tomada, sindicatos presentes en la Intersindical de Salud celebrada ayer confirmaron a este periódico que se salió de la reunión con el compromiso de realizar ya el preaviso de huelga para el día 15. En la cita de mañana se aclarará cuáles son las demandas concretas, si bien estarán encaminadas a una mejora global del servicio y a exigir refuerzos en Atención Primaria, más que a subidas salariales como las que copan las exigencias del Sindicato Médico de Navarra (SMN).
En esta Intersindical se vio un entendimiento firme entre los sindicatos de clase (LAB, UGT, ELA, CCOO, Afapna) y el sindicato de los auxiliares. La base de ese acuerdo pasa por un refuerzo potente de la Atención Primaria. El Satse, el sindicato de Enfermería, quedó a expensas de confirmar si se sumará a la movilización, la más importante vivida en Osasunbidea desde los recortes de la última crisis financiera, o si se queda en tierra de nadie.
Quien más descolocada salió de la reunión fue la representante del Sindicato Médico. Esta central ve cómo el marco negociador a dos entre el SMN y la Consejería se ha roto. Hasta la fecha, su convocatoria de huelga le permitía abrir un diálogo a dos con el Gobierno, saltándose la mesa sectorial de Salud y, para algunos de los temas retributivos, incluso eludiendo a la mesa general de Función Pública.
Esta segunda convocatoria de huelga, además de reconducir los puntos a negociar de asuntos como la exclusividad o complementos puntuales exclusivos a esfuerzos concretos del Gobierno para contratar personal y reforzar la Atención Primaria, obliga a cambiar el marco de la interlocución. Ahora la Consejería de Salud deberá hablar con todos los sindicatos, pues todos entran al comité de huelga, a excepción, en su caso, del Satse.
Tampoco es que este diálogo a dos SMN-Consejería hubiera dado muchos frutos. Durante un tiempo, parecía que sí, que las posturas estaban cerca, después de que el PSN hubiera accedido a eliminar la exclusividad, permitiéndoles ejercer como médicos para la sanidad privada, e incluyera una mejora salarial directa de 400 euros.
Ocasión perdida
Pero si hubo posibilidad de cerrar un acuerdo pronto, ya se perdió. La indignación del resto de trabajadores, de los socios del Ejecutivo y de las asociaciones en defensa de la Sanidad Pública obligaron al Gobierno a matizar mucho en qué consistía la eliminación de la exclusividad. El lunes aclaró que se cambiaría por «incompatibilidad», de modo que los médicos de Osasunbidea tendrían vetado trabajar como médicos para otros, aunque se les liberaría para otras actividades.
La contraoferta remitida ayer por la mañana por el SMN al Ejecutivo se redactó en un tono muy airado. El sindicato vuelve a sus postulados de máximos. Desdeña la subida de 400 euros a todos los facultativos, desprecia también (dice que debería abordarse al margen de la huelga) las subidas del 10% en las guardias y del 20% en las tutorías de MIR... E insiste en una exclusividad completa y para todos los médicos, incluidas las jefaturas.
El SMN vuelve a exigir que la subida salarial sea de 500 euros mensuales este año, y de otros 500 el próximo. Propone que estos mil euros al mes se les retribuyan a través de un nuevo concepto que quieren denominar «Complemento de productividad fija».
El documento deja muy a las claras que al SMN los puntos de la contraoferta de Salud de dotar con más profesionales la Atención Primaria ni le va ni le viene. Responden a varias propuestas sobre este asunto con la frase siguiente: «Lo damos por supuesto ya que es obligación del Departamento de Salud buscar profesionales cualificados y ofrecerles condiciones laborales competitivas para que deseen quedarse a trabajar en Navarra».
Tampoco hay acuerdo en lo referente a cuántos pacientes puede atender un médico al día. El SNS (Sistema Nacional de Salud) accede a uno por cada 12 minutos y un máximo de 32 al día, asegurando que el ratio es uno de los más altos del Estado, mientras que el SMN insiste en que el máximo es de 30 y de que nadie puede «forzar» al médico a atender a nadie en caso de que tenga un hueco libre en la agenda.
En su respuesta, el SMN realiza, además, peticiones que quedan fuera de su ámbito de actuación. En particular, sobre la exclusividad. «Sugerimos que el Departamento de Salud inste a Función Pública a derogar cualquier medida de penalización a los funcionarios forales en cuanto a su tiempo libre se refiera», dicen.
Y es que, la eliminación de la exclusividad, tal y como ellos la plantean, choca ya no solo con la legislación navarra, sino con el Estatuto de los Trabajadores Públicos que está en vigor en todo el Estado.
Existe otro punto que se ha añadido como exigencia y que queda fuera de las competencias de la Consejería. El SMN reclama la eliminación de una de las disposiciones finales del acuerdo que cerraron María Chivite y sus socios de Gobierno con EH Bildu para los Presupuestos de 2023. La disposición les afecta, pues recoge la obligatoriedad de permanecer en su plaza durante dos años, algo que ven como un agravio comparativo.
Movilizaciones largas
No parece que las movilizaciones en Osasunbidea vayan a resolverse en el corto plazo. El comunicado del SMN indica que su huelga no se terminará con el acuerdo, sino con la implementación de las medidas acordadas, porque estas reivindicaciones requieren de aval parlamentario: «No daremos por cerrado el conflicto, ni por lo tanto desconvocada la huelga, hasta no tener constancia pública del acuerdo parlamentario que haga posible el cumplimiento del acuerdo».
A modo de demostración de fuerza, el SMN llevó a cabo ayer una concentración en el Paseo Sarasate, a la que acudieron entre 500 y 600 personas, según el recuento de este medio de comunicación.
De esta concentración se acabó desmarcando el Colegio de Médicos, institución que sí había respaldado otras iniciativas organizadas por el SMN en años precedentes. Le habían invitado a sostener la pancarta. Según indicó en una nota, la Junta del Colegio no desea «en absoluto» que su presencia en un acto así se pueda entender como un apoyo político al SMN, y recordó que hay distintas sensibilidades dentro del colectivo.