Lakua dice gastar más que nunca en Salud pero tiene la peor percepción social
La situación de Osakidetza se ha convertido en el segundo problema de la ciudadanía de la CAV también en las encuesta de Lakua, pero la respuesta del lehendakari es que no hay ningún declive. Lo dijo el viernes en el Parlamento, donde repitió una vez más que se gasta en Salud más que nunca.
El último Sociómetro Vasco, encuesta que se realiza desde la estructura de Lehendakaritza, ha confirmado que la ciudadanía de la CAV considera la situación de Osakidetza su segundo «principal problema». Y no es un dato aislado, puesto que el 16 de diciembre de 2022 el Deustobarómetro ya dio cuenta de ello.
Y, además, las cifras en ambas encuestas son muy similares. En el caso del Deustobarómetro, el sondeo de verano recogía que la Sanidad preocupaba al 20% de los encuestados, mientras que a fin de año la inquietud era ya de casi el doble, afectando al 39%. En la encuesta de Lehendakaritza, Osakidetza ocupaba el tercer puesto de las preocupaciones sociales, con un 19%, tanto en el sondeo de junio de 2022 como en el de octubre del mismo año. De ahí, ha subido disparado al 35% en la oleada de febrero de 2023, que se hizo pública este pasado viernes.
Urkullu: «No hay declive»
En el Pleno de Control de ese mismo día, la portavoz de EH Bildu, Maddalen Iriarte, expuso algunos de los problemas de la Sanidad Pública en la CAV. El lehendakari, Iñigo Urkullu, le contestó que «mire, ha afirmado que Osakidetza está en declive. Y esa idea se está trasladando a los ciudadanos. Además de no ser verdad –Sra. Iriarte– el hecho de hablar en estos términos no hace más que perjudicar al colectivo que conforman los profesionales sanitarios de Euskadi». Añadió que «los datos no sostienen esa afirmación. De hecho, nunca se ha invertido más que ahora; nunca. Un dato: en 2013 el presupuesto anual del Departamento de Sanidad y Osakidetza era de 3.200 millones de euros. Este año cuentan con 4.600 millones de euros. ¿Es esa la decadencia?», se preguntó.
Maddalen Iriarte había apuntado que el gasto en Salud había bajado en el porcentaje del presupuesto de la CAV de 2022 a 2023. Expuso que la ciudadanía padece cada día la precarización de la atención primaria, la asistencia médica presencial no está garantizada y las urgencias se están saturando. El número de pacientes que esperan una consulta externa se ha multiplicado por seis, la demora en las pruebas diagnósticas se ha duplicado y Osakidetza reconoce once meses de retrasos en los cribados del cáncer de mama.
La portavoz de EH Bildu apuntó que según el Gobierno no hay recortes en salud mental. «Llámenle como quieran pero la gente pasa meses esperando la cita con un siquiatra». Recordó que el lehendakari suele responder que esta- mos mejor que en el Estado español, pero replicó que «entiendo que aspiramos a la excelencia, y en estas condicio- nes no es posible. Queremos lo mejor para Osakidetza y por eso pensamos que es urgente tomar medidas», aseguró.
Subida del 43% en diez años
Pero el lehendakari considera que todo esto forma parte del derecho que tiene EH Bildu de utilizar este tema para «intentar sacudir al Gobierno», al igual que los sindicatos pueden salir a la calle para hacer las reivindicaciones que consideran legítimas.
Urkullu fue detallando que «hemos incrementado el presupuesto de Salud y Osakidetza en un 43% en 10 años. La plantilla estructural de Osakidetza se amplió el año pasado en 2.467 plazas, 358 en Atención Primaria. El presupuesto de este año contempla 919 nuevas plazas estructurales; llegaremos así a 31.000». Y siguió hablando de construcciones de centros de salud, 340 nuevos equipos para resonancias, ecografías, mamografías, TAC. «Y, todo esto, mientras seguimos vacunando y atendiendo a las personas afectadas por la covid», concluyó como si él mismo estuviera jeringuilla en mano.
Hay fuentes que ponen en duda que, en proporción al PIB, se esté invirtiendo en Salud más que hace 10 años. Pero lo que debería preocupar al lehendakari es que si según sus datos este Gobierno gasta más que nunca, es que está gastando mal. Porque hace diez años, en 2012, solo el 6% de la ciudadanía consideraba Osakidetza un problema. Ahora es el 35%. Casi 6 veces más.