El primer ministro británico, Rishi Sunak, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han logrado este lunes un acuerdo para relajar las disposiciones del protocolo para el norte de Irlanda pactado como parte de los acuerdos del Brexit, pero que Londres se negaba a cumplir con el argumento de la complejidad y alto coste que implicaba su puesta en marcha.
«Me alegra informar de que hemos dado un paso decisivo, juntos hemos cambiado el Protocolo original y hoy anunciamos el nuevo ‘marco de Windsor’», ha proclamado Sunak al inicio de la rueda de prensa ofrecida junto a Von der Leyen desde el Palacio de Windsor.
La UE tenía entre sus líneas rojas la reapertura del protocolo, que defiende que no es negociable, pero sí estaba dispuesta a flexibilizar disposiciones para rebajar la burocracia y simplificar su aplicación, pero siempre dentro del marco cerrado en los acuerdos de divorcio hace dos años.
El primer ministro británico también ha insistido en que las modificaciones acordadas permitirán un «comercio fluido», al tiempo que garantiza que no se volverá a una frontera «dura» que hiciera peligrar los acuerdos de paz de Viernes Santo.
Consciente de las reservas que hay en el norte de Irlanda al acuerdo, Sunak ha dicho también que dará «tiempo y espacio» a los partidos políticos y a la sociedad para que puedan examinar y «digerir» los términos del nuevo acuerdo, pero ha confiado en que después pueda contar con los apoyos necesarios para que salga adelante.
«Creo que lo acordado hoy es algo histórico», ha dicho, por su parte, la jefa del Ejecutivo comunitario, quien ha incidido en que el acuerdo de principios protege los intereses de los dos mercados y establece también «fuertes salvaguardas», al tiempo que ha dejado claro que el Tribunal de Justicia de la UE seguirá teniendo «la única y última palabra» sobre las cuestiones que afecten a normas comunitarias.
«Un nuevo capítulo»
«Este acuerdo marco nos permite abrir un nuevo capítulo de nuestra asociación y conseguir soluciones que responden a las preocupaciones de los norirlandeses», ha señalado.
Tras dos años de desencuentros de la Unión Europea y los anteriores gobiernos británicos para desbloquear esta crisis, el relevo que tomó Sunak de Boris Johnson al frente de Downing Street a finales de pasado año permitió el acercamiento entre Londres y Bruselas y la reactivación de las negociaciones para diseñar «soluciones pragmáticas».
El pacto alcanzado entre Sunak y Von der Leyen necesita aún superar el juicio tanto del Parlamento británico como del bloque comunitario, aunque está por ver cuál será su proceso de tramitación.
Por el momento, Sunak, ha pedido a los diputados del Parlamento que aprovechen «la oportunidad» de respaldar el acuerdo.
«Hemos logrado aquello que la gente decía que no se podía hacer», ha afirmado Sunak ante la Cámara de los Comunes. «Hemos asegurado la democracia y la soberanía de los norirlandeses», ha descrito el primer ministro, que afronta el reto de ganarse el apoyo del ala más euroescéptica de los conservadores y de los unionistas del norte de Irlanda, las fuerzas más críticas con el Protocolo.
Del lado europeo, el vicepresidente del Ejecutivo comunitario que ha liderado las negociaciones, Maros Sefcovic, se reúne con los embajadores de los 27 en Bruselas para trasladarles los detalles de las últimas conversaciones.
Tras cerrarse las negociaciones, el rey Carlos III ha recibido a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
«Al rey le complace reunirse con cualquier líder mundial que visite Reino Unido y es el consejo del Gobierno que lo haga», ha manifestado un portavoz del Palacio de Buckingham, según ha informado la cadena de televisión británica BBC.
‘El freno de Stormont’
El acuerdo alcanzado este lunes introduce el llamado ‘freno de Stormont’, un nuevo instrumento que permitirá a la Asamblea norirlandesa bloquear la aplicación de nuevas leyes comunitarias en su territorio.
Al anunciar el acuerdo marco, Sunak ha explicado que el pacto «salvaguarda la soberanía» del norte de Irlanda.
El documento introduce el bautizado como ‘freno de Stormont’, por el nombre con el que se conoce a la Asamblea norirlandesa, que permitirá a ese territorio no solamente poder opinar acerca de las normas del mercado único de la Unión Europea (UE), al que sigue perteneciendo, sino también bloquear su aplicación.
«Esto establecerá un proceso claro por el que la Asamblea elegida democráticamente puede pulsar un freno de emergencia» para introducir cambios en reglas comunitarias sobre bienes que tendrían un efecto «significativo y duradero» en su vida diaria, ha explicado el primer ministro.
Si este «freno» se activa, el Gobierno británico podrá vetar la aplicación de esas nuevas leyes en el norte de Irlanda, ha agregado.
Ese instrumento confiere a las instituciones implicadas en el histórico acuerdo de paz de Viernes Santo (1998) disponer de una nueva y poderosa salvaguarda, a juicio de Londres y Bruselas.
Según detalla el texto, para activar el mecanismo hará falta que 30 diputados de la Asamblea norirlandesa (sobre un total de 90), procedentes de dos o más partidos, firmen una petición conjunta.
Tras ello, el Gobierno de Londres consultará con las formaciones locales a fin de asegurar que se lleva a cabo un proceso de escrutinio adecuado, en el que se valorará el impacto potencial y su respuesta.
El Ejecutivo británico consultará a los partidos norirlandeses «cómo llevar a cabo el proceso de escrutinio, consultando con empresarios y otras partes afectadas por la norma comunitaria en cuestión, y proporcionando tiempo para poder identificar otras posibles rutas de resolución».
En este sentido, subraya que el «freno» solo ha de activarse como «último mecanismo disponible» para lidiar con los asuntos preocupantes.
El «freno» no estará disponible por «motivos triviales», sino que debe haber algo «significativamente diferente sobre una nueva normativa, bien en su contenido o alcance», y los diputados deberán mostrar que la regla tiene «un impacto importante en la vida diaria que persistirá».
Una vez que el Gobierno británico notifique a la UE que el «freno» ha sido activado, la regla en cuestión se suspende automáticamente.
Primeras reacciones
La vicepresidenta de Sinn Féin, Michelle O’Neill, ha celebrado que se haya aplicado «pragmatismo» a fin de sellar un acuerdo para reformar el protocolo.
«Doy la bienvenida al hecho de que se haya llegado a un acuerdo. Siempre hemos dicho que era posible un pacto. Siempre hemos dicho que con pragmatismo se pueden encontrar soluciones», ha afirmado ante los medios O'Neill, que avanzó que su formación se reunirá en las próximas horas para analizar al detalle el nuevo Acuerdo Marco de Windsor.
La dirigente republicana ha llamado asimismo a restaurar cuanto antes el Gobierno de poder compartido en Belfast, que el Partido Democrático Unionista (DUP) bloquea hasta que se encuentre una solución de su agrado para el controvertido protocolo.
Por su parte, el líder del Partido Democrático Unionista de Irlanda del Norte (DUP), Jeffrey Donaldson, ha alertado de que hay ciertas «cuestiones clave» en el acuerdo que le continúan suscitando «preocupación».
Con todo, el DUP «estudiará al detalle» el texto del Acuerdo Marco de Windsor.