
Finlandia ha comenzado este martes la construcción de un muro en la frontera con Rusia, en el cruce situado en la localidad de Imatra, en el sureste del país.
El muro, que se espera esté construido para finales de junio, tiene una longitud de unos tres kilómetros. Se trata de una primera construcción de prueba de cara a ampliar su trazado. La construcción también contempla el levantamiento de vallas y la instalación de sensores de movimiento, informa la cadena Yle.
Está previsto que la construcción pase por terrenos de propiedad privada, por lo que el Estado tendrá que negociar con sus dueños antes de continuar con unos trabajos que confían se expandan hasta cerca de 200 kilómetros.
Finlandia y Rusa comparten una frontera de unos 1.340 kilómetros, la más extensa entre todos los países de la Unión Europea. La construcción del muro fue avalada, por una parte, importante del arco parlamentario finlandés en octubre de 2022, después de que el Gobierno socialdemócrata de Sanna Marin –que tratará de obtener la reelección en las legislativas del 2 de abril– lo justificara para controlar la posibilidad de que aumenten los cruces ilegales.
En septiembre, Finlandia aprobó el cierre de las fronteras a los turistas rusos, en plena escalada migratoria derivada de la movilización parcial anunciada ese mismo mes por el presidente Vladimir Putin, sumándose así a las restricciones en ese sentido que ya adoptaron antes los países bálticos y Polonia.
Entrada en la OTAN
Al mismo tiempo, el Parlamento de Finlandia ha empezado a discutir el proyecto de ley de adhesión a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), aunque todavía no dispone de la luz verde necesaria de Turquía y Hungría.
El proyecto de ley será votado este miércoles, sin esperar a la vecina Suecia, también candidata desde el año pasado, que todavía no ha conseguido levantar el veto turco debido, principalmente, a la presencia de militantes kurdos refugiados en ese país.
La deliberación de los 200 diputados del Parlamento finés coincide con la visita del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, para reunirse con los principales dirigentes del país nórdico, que tiene 5,5 millones de habitantes.
La votación iba a tener lugar este mismo martes, pero se ha pospuesto al miércoles después de que dos diputados de la Alianza de Izquierdas (uno de los cinco partidos de la coalición gubernamental), presentaran una moción para que se incluya en la ley una disposición que prohíba el estacionamiento de armas nucleares y el establecimiento de bases permanentes de la OTAN en Finlandia.
Esta iniciativa contraviene la línea oficial del Gobierno. Sanna Marin ha declarado en varias ocasiones que no es partidaria de incluir condiciones previas en el protocolo de adhesión para no limitar el margen de maniobra en un futuro. El presidente finlandés, Sauli Niinistö, también es contrario a poner limitaciones legales. «Digámoslo con claridad: aunque no impongamos ninguna restricción previa a nuestra pertenencia a la OTAN, Finlandia no tiene ninguna intención de introducir armas nucleares en su territorio», afirmó en noviembre pasado.
Desde Helsinki, Stoltenberg ha afirmado que «ha llegado la hora» de que Turquía y Hungría ratifiquen la entrada de Finlandia y Suecia en la organización militar. A raíz de la invasión rusa de Ucrania, Finlandia y Suecia decidieron aparcar su política de no alineamiento y pidieron el ingreso en mayo de 2022. El Eduskunta (Parlamento finés) lo hizo con 188 votos a favor y solo 8 en contra.

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