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Esperan alcanzar las 300 familias vascas para acoger en vacaciones a niños y niñas saharauis

Los organizadores del programa por el que niñas y niños saharauis pasan las vacaciones de verano en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa esperan encontrar este año 300 familias vascas de acogida.

Ñiños saharauis del proyecto ‘Oporrak Bakean’
Ñiños saharauis del proyecto ‘Oporrak Bakean’ (Oporrak Bakean)

Los miembros del Intergrupo Paz y Libertad para el pueblo saharaui del Parlamento de Gasteiz, representantes de Euskal Fondoa y de la asociación Oporrak Bakean, y la delegada en la CAV del Frente Polisario, Jadiyetu El Mohtar, han presentado este viernes la campaña de captación de familias para el programa de este verano, con el que pretenden captar a 300.

El programa de ‘Vacaciones en Paz’ comenzó en el Estado español en 1976 y en la CAV a principios de este siglo. Gracias a él, niños y niñas saharauis de entre 8 y 12 años pasan el verano con familias, lo que beneficia a su salud y bienestar, ya que es una época en la que se alimentan mejor y pasan revisiones médicas, entre otras cosas.

El presidente del Intergrupo parlamentario, Carmelo Barrio, ha dicho que este programa «conecta perfectamente con la sociedad vasca» y sirve para que se «tejan unos lazos para toda la vida». Ha apostado por mantener el compromiso con el pueblo saharaui, un compromiso «político, institucional y humanitario».

«Vínculos muy fuertes»

Blanca Regulez, de Oporrak Bakean, ha explicado que con esta actividad se crean «vínculos muy fuertes» entre las familias biológicas de los niños y las de acogida después de los dos meses que pasan en tierras vascas.

Itsaso Andueza, de Euskal Fondoa, ha recordado que los niños tienen que acudir a este programa porque existe un «conflicto político» que dura ya cinco décadas. Ha agradecido la participación de las instituciones y de numerosas personas a título personal y profesional, como sanitarios, en este programa que este año tiene el lema ‘Un abrazo de verano’.

La delegada del Frente Polisario en la CAV ha recordado que el objetivo del programa es acoger a los menores de los campamentos de refugiados más antiguos del mundo, que en un terreno «inhóspito, sin fauna ni flora» se construyeron «de la nada». Ha recordado que el año pasado llegaron a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa 253 niños y niñas saharauis y que este año quieren ser «ambiciosos».

El Mohtar ha señalado que el problema del Sahara Occidental no es humanitario sino político y en él el Estado español tiene mucha «responsabilidad». Ha expresado su deseo de que este sea el último año en el que se tiene que llevar a cabo el programa de vacaciones en paz porque el Sahara consiga ser «libre e independiente» y ha agradecido la acogida que tiene entre la sociedad vasca.

Ha concluido que los niños se llevan de regreso a su tierra después de estos veranos el respeto a los derechos humanos y a la diversidad que hay en Euskal Herria.