El interés de la sociedad por la política, en el punto más alto en tres décadas
El interés por las cuestiones políticas no solo no ha decaído en los últimos años sino, que es el más elevado al menos desde mediados de la década de los 90. Así lo indica el último estudio del Gabinete de Prospección Sociológica de Lakua, que también reporta una mayor afluencia a movilizaciones.
El último estudio del Gabinete de Prospección Sociológica de Lakua, difundido el viernes y centrado en la “Cultura democrática”, muestra que el interés de la ciudadanía, en este caso la de la CAV, por la política se halla en el punto más alto desde 1995, primer año en la serie temporal de referencia.
En concreto, el 42% de los encuestados dice estar muy (15%) o bastante (27%) interesado en la política. Siguen siendo más los que dicen tener poco (34%) o ningún interés (24%), pero la diferencia es la más estrecha de la serie. De hecho, hace solo diez años, el porcentaje de quienes se mostraban indiferentes respecto a los temas políticos triplicaba al de aquellos que mostraban interés, 74% frente a 25%. La evolución, por tanto, ha sido notable en apenas una década.
Mayor implicación social
Estos números sirven para refutar ideas preconcebidas sobre la supuesta despolitización de la sociedad que, por lo que se puede ver, no es mayor que en tiempos pretéritos, al contrario. Además, es destacable que en el grupo de edad más joven, entre 18 y 29 años, el interés por la política (46%) es mayor que el de la media, lo que también choca con ciertos clichés.
En ese estudio hay, asimismo, otros puntos que apuntan a una creciente implicación colectiva de la ciudadanía. Así, preguntados por su participación en acciones políticas o sociales, y con diferentes supuestos sobre la mesa, el 41% dice haber firmado alguna «petición reivindicativa». Son seis puntos más que en el enterior sondeo, en 2018, y más del doble que en 2008 (19%). Además, el 38% dice colaborar económicamente o recaudar fondos para una actividad política o social, cuando hace 15 años solo lo hacía el 5%.
En ese mismo espacio de tiempo casi se ha duplicado el porcentaje de personas que colabora «con un sindicato u otro grupo organizado para intentar influir en las decisiones públicas», del 9% al 17%, y quienes han asistido a una manifestación han pasado del 17% al 37%, más del doble. En 2018 fueron más, el 40%, pero eso depende también del número de convocatorias, y en todo caso la tendencia es clara.
De igual modo, la cifra de personas que colaboran con un partido político es la más alta en esta década y media, un 9%, y llama la atención la subida de quienes dicen boicotear o no comprar ciertos productos por razones políticas, éticas o medioambientales; un 27% frente al 7% de 2008.
Referéndum, buena herramienta
En el estudio también se les pregunta sobre asuntos concretos y, por ejemplo, tres de cada cuatro encuestados están muy (36%) o bastante (39%) de acuerdo con que los referéndums son «un buen método para decidir temas políticos importantes», lo que supone un incremento de cinco puntos respecto al sondeo de 2021. Y solo dos de cada diez están bastante (14%) o muy (6%) en desacuerdo con esa afirmación.
También ha crecido la cifra de personas que creen que los ciudadanos y ciudadanas influyen realmente en las decisiones que toma el Gobierno, doce puntos más que en la anterior encuesta, aunque siguen siendo minoría: 35%, por el 61% que no está de acuerdo.
Son mayoría, por su parte, quienes opinan que «ningún partido ofrece soluciones realmente novedosas» (63%), aunque en menor proporción que en años anteriores, y están a la par quienes piensan que todos los partidos son iguales y quienes están en desacuerdo con esa aseveración: 46% por 53%.
Algo escorada a la izquierda
Respecto a las coordenadas ideológicas, en una escala de 0 al 10, siendo cero extrema izquierda y diez extrema derecha, la ciudadanía de la CAV se sitúa de media en un 4, lo que supone estar dos décimas más a la izquierda que en las tres anteriores mediciones. No es un cambio importante, y se ciñe a la horquilla de toda la serie, que está entre 4 y 4,3.
Estos números muestran una sociedad algo escorada a la izquierda, y solo los votantes de PP+Cs (5,7) y Vox (6,3) se autoubican en la derecha. Por contra, el electorado de EH Bildu es el que más a la izquierda se sitúa (2,2), seguido por el de Elkarrekin Podemos (3,2), el del PSE (4) y el del PNV (4,5).
Por edades, las personas más jóvenes son las más de izquierda, con un 3,8, aunque no hay grandes diferencias, y son los mayores de 65 años los que más a la derecha se ubican: 4,2. Además, las mujeres son algo más de izquierdas que los hombres, un 3,9 frente a 4,1.
Por otra parte, en referencia al sentimiento abertzale, en una escala en la que 0 significa nada abertzale y el 10 muy abertzale, la media está en 5,1, dentro de las cifras habituales en este tipo de estudios.
Con un 7,7, los votantes de EH Bildu son quienes mayor sentimiento abertzale expresan, con los del PNV bastante por detrás, con un 6,5. Cerca de la media están los electores de Elkarrekin Podemos (4,7), y ya en el otro extremo se colocan los del PSE (2,8), y los de PP+Cs y Vox, empatados con 1,6.
En este campo no hay diferencias entre hombres y mujeres, y en función de otras variables como la edad, lugar de nacimiento o escala izquierda-derecha, los grupos más abertzales son los mayores de 65 años (5,6), las personas nacidas en Hego Euskal Herria (5,7) y quienes son de izquierda (5,8).