Ion Salgado

La familia recibe en Argelia el cuerpo de Malek, fallecido hace doce días en Zaballa

El pasado 1 de marzo apareció el cuerpo sin vida de Malek en una celda de Zaballa. La familia ha recibido este lunes el cuerpo en Argelia, a donde llegó este fin de semana tras un proceso marcado por las trabas burocráticas.

Concentración convocada por Salhaketa Araba en denuncia de la muerte de Malek y de otro preso en Martutene.
Concentración convocada por Salhaketa Araba en denuncia de la muerte de Malek y de otro preso en Martutene. (Endika PORTILLO | FOKU)

El cuerpo sin vida de Malek apareció el pasado 1 de marzo en una celda de la prisión de Zaballa.
Doce días después su familia biológica ha recibido su cadáver Argelia.

El pasado jueves Zuriñe Rodríguez, allegada del joven, informó en redes sociales de que el cuerpo estaba «camino de Argelia». Sin embargo, dos días después alertó de que el cadáver no estaba en el avión.

Finalmente, el cuerpo llegó el domingo. Pero la familia no ha tenido acceso al mismo hasta este lunes.

La familia de Malek tiene previsto personarse en el proceso judicial con el objetivo de que se investigue lo ocurrido y se analice si la administración penitenciaria, en este caso el Departamento de Justicia de Lakua, ha obrado con la diligencia debida.

La semana pasada censuraron el proceder del citado departamento, remarcando que «fuimos nosotras quienes contactamos con el departamento en busca de ayuda, y no al revés».

Y denunció la respuesta de las instituciones cuando reclamaron el cadáver de Malek: «Nos llegaron a decir que había sido un MENA y que no tenía familia».

También alertó de que no recibieron el pasaporte de Malek porque las autoridades no lo tenían. «¿Cómo es posible que las instituciones tengan una persona en su custodia y pierdan la documentación?», preguntó.

A esto se debe sumar la presencia de «policía secreta en el velatorio haciéndose pasar por antiguos educadores de Malek», unos agentes que «entraron directamente e intentaron interrogar a la familia».

«Había muchos niños que habían pasado por centros en el tanatorio. Nadie conocía a esos educadores que estuvieron un tiempo dando vueltas por las inmediaciones del tanatorio», destacaron.