EH Bildu ha presentado esta tarde en el Palacio Euskalduna de Bilbo la propuesta ‘Bases para una política industrial emprendedora’, que dibuja su visión estratégica en torno a un sector que es clave en la economía vasca y que, sin embargo, lleva años languideciendo.
«No existe una política industrial merecedora de ese nombre, estamos perdiendo peso industrial, arraigo y empresas tractoras en sectores estratégicos», ha lamentado a este respecto Pello Otxandiano, director de programa de la coalición, que ha presentado junto a Iker Casanova, candidato a diputado general de Bizkaia, las líneas maestras de un documento donde se apuesta por una política industrial «que asuma roles impulsores en la industria; de manera que se asegure la sostenibilidad en la creación de riqueza, su reparto más equitativo, la generación y mantenimiento de empleo de calidad, el posicionamiento del tejido productivo en actividades de mayor valor añadido, y la transformación industrial hacia una economía descarbonizada y circular».
Para ello, EH Bildu enumera en el documento media docena de áreas de intervención que afectan a las propias empresas, a los agentes sociales e institucionales, a las políticas y al marco normativo en el que se desenvuelven.
Un Centro Vasco de Inteligencia Económica
Como primer punto, y haciendo referencia a las empresas medianas y grandes –las que tienen más de cien personas en la plantilla–, la coalición aboga por mejorar su posicionamiento rediseñando las políticas públicas «para orientar tanto las líneas de actuación como los instrumentos necesarios hacia una política industrial más ambiciosa y proactiva que asuma roles de dinamización, transformación y tracción en el tejido productivo vasco».
También propone, entre otras medidas, hacer una evaluación «profunda e independiente» de las políticas ejecutadas desde los años 80 hasta ahora; revisar los instrumentos públicos y público-privados existentes, «desde agencias hasta instrumentos financieros»; habilitar o reforzar una política de ayudas e intervenciones en las empresas con dificultades; incluir cláusulas sociales y medioambientales en las compras y licitaciones de las administraciones; e impulsar un programa de contratación pública para el desarrollo industrial.
Dentro de esta misma área de intervención, el documento apuesta por implementar «políticas públicas orientadas a la misión», rediseñar las políticas colaborativas interempresariales y fomentar el enraizamiento de las empresas con «mecanismos incentivadores». Y considera necesario, en un «contexto disruptivo» que exige una «capacidad de prospectiva estratégica», la creación de un Centro Vasco de Inteligencia Económica, «bajo el liderazgo de los gobiernos y la universidad pública y en colaboración con el resto de universidades y agentes sociales».
Por su parte, para mejorar el posicionamiento de las pequeñas/medianas empresas, EH Bildu propone «implicar a las Agencias de Desarrollo Comarcales en las políticas industriales» y, desde esas mismas agencias, «provocar, promover, dinamizar y tutorizar» prácticas colaborativas entre empresas en los procesos de innovación y de comercialización.
Aboga además por fomentar la fusión y adquisición de empresas para la ampliación de tamaño, así como impulsar «programas específicos para evaluar y solucionar las debilidades y vulnerabilidades de las empresas pequeñas». En este sentido, considera «un buen punto de partida» la experiencia del programa Garaituz, llevado a cabo por la Diputación de Gipuzkoa entre 2011 y 2015, en colaboración con la UPV-EHU y el Centro de Investigación Aplicada de FP, TKNIKA.
Gestión Avanzada y Modelo Vasco de Empresa
Como tercer área de intervención, EH Bildu menciona la necesidad de «impulsar un programa de implantación de modelos de Gestión Avanzada, sobre todo en el entorno de las pequeñas y medianas empresas, mediante la colaboración con Euskalit, las patronales y el sector de la consultoría privada», así como asentar un Modelo Vasco de Empresa que parta de un «modelo de inclusión, participación e implicación completo», que incorpore la relación del capital y el trabajo, que defina los procesos decisionales «con criterios democráticos» y que se centre en las personas, «empoderándolas».
A juicio de la coalición, se debería impulsar la participación de los trabajadores y las trabajadoras «en tres ámbitos: en la gestión, en los resultados y en la propiedad». «Un modelo inclusivo de los y las trabajadoras es condición básica para generar un modelo de gestión avanzado, para propiciar unas relaciones laborales adecuadas, ajustar el absentismo y propiciar la flexibilidad funcional», concluye.
Con todo, el documento incluye en su parte final un anexo dedicado expresamente a enumerar algunas propuestas para la implementación del Modelo Vasco de Empresa, donde se insiste en su carácter «abierto y transparente» en la gobernanza y en su compromiso con las personas y con «los retos sociales y de país».
Sobre este mismo asunto, Otxandiano ha manifestado que «el discurso empresarial hegemónico no es el único discurso empresarial que existe en este país». «Creemos que hay un basto tejido empresarial que no se siente identificado con muchas de las ideas que se difunden por parte de las grandes organizaciones empresariales o los responsables de las multinacionales. Muy alineadas con una determinada ideología y que tratan de influir en las políticas públicas de forma que no les corresponde en muchas ocasiones. Y creemos que sería muy beneficioso que el ‘Modelo Vasco de Empresa’ tuviera un mayor amparo y empuje por parte de las instituciones públicas», ha apostillado.
En este sentido, ha propuesto la creación de una asociación para que la implantación de este modelo en las empresas «adquiera una referencialidad colectiva, se nutra de la transmisión de ideas y conocimientos y pueda valerse de instrumentos de apoyo y ayuda». «Porque pensamos que hacer una apuesta en favor de este modelo es una vía para democratizar las empresas, para democratizar las relaciones laborales, y para defender nuestro tejido productivo», ha señalado el responsable de Programa de EH Bildu.
Marco Vasco de Relaciones Laborales
Dentro del mismo epígrafe, EH Bildu aboga por «promover unas relaciones laborales basadas en un terreno de juego y unas reglas que favorezcan la eficiencia industrial y la justicia social».
En esta línea, sostiene que «las características propias de nuestro tejido productivo, así como las mayorías políticas y sindicales existentes, hacen necesaria la constitución de un Marco Vasco de Relaciones Laborales» que permita a las instituciones y agentes sociales poder definir «un “Estatuto del Trabajador” con consolidación de derechos laborales básicos»; el desarrollo de la negociación colectiva «sin interferencia de marcos estatales en las condiciones laborales de los y las trabajadoras vascas»; servicios de empleo «con capacidades propias y exclusivas en el diseño de políticas activas y pasivas y en las políticas de formación continua»; y «nuestra propia ley de libertad sindical, abordando, entre otras cosas, una nueva forma de valorizar la participación de los y las trabajadoras en las empresas».
La propuesta considera además que los servicios de empleo deben evolucionar, «de ser una entidad pública orientada a la gestión del desempleo a ser una entidad gestora de la empleabilidad de las personas», y cree necesario abordar el debate en torno a la disminución de la jornada laboral, recordando que en Europa se están implementando a modo de prueba jornadas de 32 horas con resultados positivos.
Sobre las políticas de innovación y tecnología, el documento presentado esta tarde en Bilbo propone «reforzar la apuesta por la industria», por elevar nuestro atractivo para la actividad empresarial, por apoyar una I+D+i de calidad y eficiente, y por un sistema educativo y unas políticas de empleo ágiles y de calidad, que puedan responder a las necesidades de los y las jóvenes y de las empresas, y que sea capaz de preparar a las personas para su adaptación al cambio que supone la llegada de la industria 5.0».
También ve pertinente «impulsar la innovación no tecnológica de manera complementaria a la tecnológica», ya que, apunta, «es comúnmente reconocido que la innovación y el éxito económico de las empresas no están necesariamente limitados al uso de alta tecnología o al gasto en I+D».
Como quinto ámbito de actuación, y desarrollando lo expuesto en el primero, EH Bildu se centra en cómo «mejorar y mantener los centros de decisión y la responsabilidad con el territorio», destacando que «ser una región atractiva para la inversión exterior, no debe de ser sinónimo de dejar el capital en manos de empresas del exterior». Al respecto, valora, «como elemento para contrarrestar esta tendencia», que «habría que dar cabida al desarrollo de fórmulas empresariales que se sitúen entre las organizaciones de la economía social y las sociedades puramente capitalistas».
«Las características de nuestro tejido económico e industrial ofrecen un campo abonado para, cuando menos, entender que avances en la línea de implantar características de la gestión y participación compartida ofrecerían más ventajas que inconvenientes a la economía vasca en particular, y a la sociedad en su conjunto», apostilla.
EH Bildu aboga por «promover unas relaciones laborales basadas en un terreno de juego y unas reglas que favorezcan la eficiencia industrial y la justicia social»
El reto de la descarbonización
Y en sexto lugar, la coalición da importancia estratégica a la necesidad de afrontar el reto de la descarbonización de la industria, partiendo de la base de que «el sector industrial, incluido el sector generador de energía, es la principal fuente de emisiones».
En este sentido, y tras puntualizar que «el 85% de las emisiones de la industria se concretan en nueve sectores» y, que «las prioridades de actuación están bastante localizadas en el refino o la fabricación de cemento, acero o papel», EH Bildu detalla varias líneas estratégicas de actuación, como impulsar la eficiencia y el ahorro energético, propiciar el autoconsumo, avanzar en la electrificación de los procesos industriales y mejorar el aprovechamiento del calor residual.
Opina además que «se deben impulsar hojas de rutas concretas para cada sector, impulsando el I+D+i, cooperando inter e intra-sectorialmente, aprovechando sinergias y compartiendo datos», profundizar en investigaciones y desarrollos tecnológicos en torno a los biocombustibles y avanzar en la implantación de una economía circular.
Todo ello al objeto fortalecer la industria vasca en un contexto de gran incertidumbre global, donde la eclosión de economías emergentes coincide con el declive relativo de la Unión Europea y el mundo se transforma en todos los ámbitos y a marchas forzadas. Un escenario donde adaptarse y prepararse es condición sine qua non para pervivir y mantener ciertas inercias el camino más rápido hacia la irrelevancia.