Natxo Matxin
Redactor, con experiencia en información deportiva

Otra vez en lo alto, sin olvidar de dónde se viene y cómo se ha logrado

Osasuna disputará su segunda final copera 18 años después, una mayoría de edad en la que la entidad rojilla las ha visto de todos los colores, pasando del cielo de la disputa de una previa de Champions al infierno de verse en Sabadell al borde de su desaparición en cuestión de segundos.

Osasuna vive ahora un momento dulce, después de haberlo pasado muy mal años atrás.
Osasuna vive ahora un momento dulce, después de haberlo pasado muy mal años atrás. (Monika DEL VALLE | FOKU)

Cuando Del Cerro Grande pitó el final del encuentro en San Mamés este martes después de jugarse casi 130 minutos, Osasuna no solo celebró que estará el próximo 6 de mayo en La Cartuja de Sevilla. También que su segunda final copera supone la recompensa al inmenso trabajo realizado durante casi cinco años por el tándem Arrasate-Alkiza y el que la entidad rojilla vuelve a estar en lo más alto después de un periodo en el que ha pasado por auténticas penurias.

No parece tampoco casualidad que del mismo modo que ahora ha sido un canterano –Pablo Ibáñez– el que, con su gol, le ha catapultado a luchar por un título de los grandes, también en su momento fuera otro futbolista salido de la factoría de Tajonar –Javier Flaño– el que le salvase in extremis al club navarro de una defunción que se antojaba segura con un descenso a Segunda B al que le faltaron segundos para confirmarse. Toda una demostración de que Osasuna es su gente de casa.

Y basándose en ella es cómo consiguió salvar el pellejo después de que ciertas juntas directivas creyesen que la trayectoria futbolística iba a transcurrir de manera continuada por grandes citas coperas y europeas. Las ínfulas de algún que otro presidente por engalanar el banquillo osasunista con técnicos más mediáticos que arraigados al vestuario y a la idiosincrasia del club no hizo sino acelerar una cuesta abajo que precipitó al equipo a Segunda y a que, con ello, se abriese la caja de Pandora al final de la 2013-14.

Hipoteca

Al descalabro deportivo le sucedió el institucional y económico. Ahora que se viven días de vino y rosas no deberíamos olvidar que Osasuna sobrevive gracias a la hipoteca de su patrimonio y a que hubo socios dispuestos a trabajar integrados en una gestora por su viabilidad en unos momentos en los que no daba ni para pagar los recibos de la luz después de haber pasado por periodos en los que se derrochaba en caprichos particulares con las tarjetas bancarias del club rojillo.

Osasuna ya solo ha ido creciendo, consecuencia en su mayor parte de las acertadas decisiones deportivas, incluso en los peores momentos

Lo que nunca se hubiera pensado que podía haber sucedido en una entidad deportiva de la que se suponen son dueños sus miles de socios estuvo a punto de acontecer. Como en otras ciudades en las que ya ha sucedido, Iruñea, y por ende Nafarroa, estuvo a punto de perder a su equipo futbolístico de referencia, una pérdida de la que hubiese sido muy difícil recuperarse.

Pero, como el ave fénix, a partir de aquel momento crítico Osasuna ya solo ha ido creciendo, consecuencia en su mayor parte de las acertadas decisiones deportivas, incluso en los peores momentos, que es donde realmente se comprueba si hay una verdadera apuesta por el proyecto en el que se está trabajando.

Nuestro capitán

La ya archiconocida cita de Braulio Vázquez en enero de 2021 cuando la escuadra navarra ocupaba la penúltima posición de que «Jagoba es nuestro capitán y con él iremos hasta el final» no solo supuso una diferenciación importante respecto al actuar habitual de otros clubes en forma de destituciones, sino también un punto de inflexión positivo en el rendimiento futbolístico del equipo.

Un crecimiento que no se ha detenido para un grupo que ha sabido digerir incluso que dos leyendas tuvieran que hacer las maletas para dejar hueco a la savia nueva que empujaba desde abajo, con todo el desgaste mental que ha supuesto para un cuerpo técnico que potencia la cercanía con sus futbolistas y que se ha visto obligado a tomar decisiones dolorosas con pesos pesados del vestuario.

Sacrificios que ahora tienen su premio porque, independientemente de lo que suceda el 6 de mayo, Osasuna ya ha ganado y ha dajo ejemplo. Sin olvidarnos de que el cuadro navarro también se estrenará en la próxima Supercopa, llevándose un pellizco de unos 750.000 euros, lejos de la cotización de alguno de los rivales que tendrá en esa cita, pero que vendrán muy bien a las arcas rojillas.