En plena polémica por la conexión del tren de alta velocidad a ambos lados del Bidasoa, que el Gobierno español fijó en 2030, de forma unilateral según su homólogo francés, Iñigo Urkullu mantuvo ayer una reunión con el embajador galo, Jean-Michel Casa, para abordar este asunto, sobre el que el propio lehendakari ha hecho declaraciones de tono bastante grueso en las últimas semanas. Llegó a decir que Europa no puede permitirse que sus conexiones ferroviarias, «una de las apuestas más importantes», «dependan de los caprichos de un Estado miembro», en referencia a París.

Sin embargo, en un encuentro celebrado en la embajada gala en Madrid, Urkullu rebajó el tono y centró sus demandas en la creación de una macrorregión atlántica, algo a lo que no puso impedimento el diplomático galo, y recibió el visto bueno del embajador portugués, Joao Mira-Gomes, con quien se reunió después.

Según indicaron fuentes del Gobierno de Lakua, citadas por la agencia Efe, el mandatario autonómico habría insistido en que «el riesgo de un desplazamiento de los centros de decisión hacia el este de la Unión Europea es un riesgo real para las comunidades del Atlántico», ante lo que la creación de este nuevo organismo supondría un «elemento que ayudará a reequilibrar el peso de las regiones en Europa».

¿Encuentro con el ministro? 

Con todo, en ambas reuniones Urkullu también habría trasladado la «necesidad» de que el Estado francés acelere los proyectos vinculados al hidrógeno, las conexiones energéticas y las ferroviarias, «en cumplimiento del compromiso» con la Red Transeuropea del Transporte. Por su parte, Casa se habría comprometido a facilitar un encuentro con el ministro de Transportes galo para que el lehendakari pueda plantear sus propuestas de forma directa.

En concreto, los territorios del arco atlántico reclaman que el Estado francés acelere los plazos para la llegada de la alta velocidad a Dax, después de que hace unas semanas se difundiera el contenido de un informe del Ejecutivo de Emmanuel Macron donde se indica que la inauguración del tramo Burdeos-Dax no se dará en ningún caso antes de 2042 y ni siquiera prevé llegar a Hendaia. Esa información originó un importante enfado en Urkullu, que llegó a enviar una carta el presidente y convocó a una reunión a los presidentes de Galiza, Asturias y Cantabria.

Conexión con Europa

Más allá del TAV, y en la reunión con Mira-Gomes, tanto Urkullu como el embajador de Portugal subrayaron la necesidad de trabajar conjuntamente para que la Península ibérica y Europa puedan estar conectados a través de su fachada atlántica, conexión natural también para Portugal con Europa. A este respecto, según Lakua, el lehendakari explicó a su interlocutor que, además del lobby institucional que ya se ha creado, se está constituyendo una alianza con algunos agentes económicos y sociales en la CAV –como cámaras de comercio, sindicatos, patronales, universidades, expertos y entidades sociales, académicas y culturales– para impulsar estas iniciativas.

Añadió que también se quiere incorporar a entidades del resto de las comunidades autónomas y territorios que conforman el Arco Atlántico.

Comisaria

Según indicaron ayer fuentes de Lakua, además de las reuniones que ya ha mantenido, queda pendiente de cerrar una cita de Urkullu con la comisaria de Transportes de la UE, Adina Valean, para trasladarle la petición sobre la macrorregión.