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«Las cazuelas y los huevos los uso para la cocina», respuesta de Macron a las protestas

Emmanuel Macron fue recibido con protestas este miércoles en Alsacia. Y su desplazamiento de este 20 de abril no le ha deparado mejor suerte. Un millar de manifestantes le esperaban ante el colegio que ha visitado en Ganges (Hérault). Al menos, ha dejado una frase y se ha hecho unos selfies.

Macron se hace un selfie con estudiantes del colegio Louise-Michel de Ganges (Hérault).
Macron se hace un selfie con estudiantes del colegio Louise-Michel de Ganges (Hérault). (Daniel COLE | AFP)

Emmanuel Macron fue recibido, el miércoles, entre protestas en Alsacia. Y, siguiendo su periplo para tratar de «retomar lazos con la ciudadanía», en la localidad de Ganges (Hérault) tampoco ha tenido una recepción más amable este jueves 20 de abril.

La Policía se ha encargado de impedir a un millar de manifestantes acercarse demasiado al colegio que lleva el nombre de la revolucionaria Louise-Michel.

A sus puertas, un electo de la France Insoumise, le ha hecho precisamente obsequio de un libro, titulado ‘Les camisards’, en el que se evoca la lucha de los protestantes contra la persecución de que fueron objeto tras la revocación del edicto de Nantes, en 1685.

Sébastien Rome le ha ofrecido a Macron además un relato somero de la trayectoria «resistente» de la localidad, lo que ha llevado al presidente francés a establecer un nexo entre esa protesta ciudadana y su visita, que se produce tras ser promulgada la reforma de las pensiones.

Macron ha planteado al electo «insumiso» acercarse al grupo que protestaba de forma bulliciosa en el exterior. «Siempre que sea para hablar, porque los huevos y las cacerolas los uso para cocinar», le ha aclarado, antes de buscar, junto a su ministro de Educación, Pap Ndiaye, un público más amable.

Han hablado y se han hecho selfies con alumnos del centro, poniendo un contrapunto más positivo a la visita.

Mientras, en los alrededores, la Gerdarmería provocaba una de las imágenes del día al incautarse de cacerolas que portaban varias manifestantes.

A diez días del Primero de Mayo

El segundo de los 100 días para recobrar «la calma, la unidad y la acción política», plazo marcado por el jefe de Estado en su dicurso televisivo del 17 de abril, ha estado marcado, en cualquier caso, por una protesta sonora, que pone en evidencia que, al menos hasta la movilización del Primero de Mayo, los sectores opuestos a la reforma de las pensiones van a intentar marcar la agenda, sin permitirle pasar página.

Mientras en otras localidades se han producido acciones de protesta y ocupaciones, como la llevada a cabo a la entrada del centro comercial Ikea en Hiriburu, la CGT ha reivindicado un corte de luz en el centro escolar al que ha acudido Macron en la citada localidad de Ganges.

Al mandatario liberal la fórmula de bajar a la calle para redimirse de sus decisiones políticas no le da, de momento, gran resultado.

Ya ensayó la reconciliación con la ciudadanía cuando, para sortear la crisis del movimiento de 'chalecos amarillos', Macron ideó el llamado 'debate nacional' consistente en la recogida de propuestas y la celebración, en paralelo, de ágoras con ciudadanos que le permitieron a él mismo y a sus ministros recuperar poco a poco imagen.

Sin embargo, la operación de rescate de popularidad parece atragantársele, ahora, a Macron.