Mattel ha lanzado una nueva Barbie con Sindrome de Down dentro de su colección Fashionistas, que está enfocada en fomentar la diversidad y la inclusión. La colección nació en 2009 para terminar con la imagen icónica de la Barbie rubia, de ojos azules y medidas imposibles que era la protagonista desde el inicio de la marca, en 1959.
Aunque seguimos encontrando la Barbie clásica, reinventada en numerosas profesiones bajo el lema ‘Tú puedes ser lo que quieras ser’ con la intención de empoderar a las niñas, Fashionistas apostó al principio por romper los cánones de belleza presentando muñecas de todas las razas, colores de pelo y ojos, formas de vestir, más altas, más bajitas y con más curvas que las habituales, aunque no terminaban de salirse de lo normativo.
De hecho, aunque la Barbie denominada como curvy sea considerada la Barbie gorda, mantienen unas proporciones perfectas según el criterio de la sociedad; no tiene barriga, ni papada, ni celulitis (rasgos no exclusivos del sobrepeso, que no están representados en ninguna muñeca). Sin embargo, todas las muñecas continúan teniendo una cintura marcada y unos pechos turgentes, una imagen que la artista a cargo de la cuenta de Instagram Trophy Wife Barbie se ha encargado de destrozar con humor.
Una de las críticas a Mattel es precisamente esa, que muestre «cuerpos diferentes, pero no tanto», normalizando algunos y apartando otros. Por ello, los usuarios piden una mayor diversidad. La compañía acepta las sugerencias y ha apostado por ampliar su gama de muñecas. Por ejemplo, sacaron una colección de muñecas andróginas sin los pechos de Barbie ni los músculos de Ken, y ropas y accesorios diversos, e incluso una peluca para que los niños elijan el estilo con el que quieren jugar, si son chicas o chicos, y si llevan el pelo largo o corto.
Alopecia, silla de ruedas y audífonos
Dentro de la colección Fashionistas, la muñeca con Síndrome de Down no es la primera con diversidad funcional o física. De hecho, hay Barbies y Kens con vitíligo, alopecia, en silla de ruedas, prótesis, aparato dental, audífonos, pecas o gafas, entre otras cosas.
Según ha indicado Mattel, la nueva Barbie ha sido diseñada con el propósito de fomentar la inclusión. Tiene el cuerpo más corto y un torso más largo, la cara más redonda, las orejas más pequeñas, los ojos rasgados con forma de almendra, puente nasal plano y una característica de la que muchas personas no se habían dado cuenta, una sola línea en las palmas de las manos, igual que las personas con Trisomía 21.
Además, han vestido a la muñeca con los colores –azul y amarillo– y los símbolos que representan a las personas con Down, lleva tobilleras y ortesis –necesarias en algunos casos para apoyar bien los pies– y un collar que representa las tres copias del cromosoma 21.
Tal y como han explicado, Mattel se ha asociado con la National Down Syndrome Society «para diseñar una muñeca que celebre la diversidad que caracteriza a esta comunidad». Esta asociación ayuda a las personas con Down y a sus familias en Estados Unidos proporcionándoles recursos. Su orientación ha sido clave para hacer la muñeca adecuadamente.
Peticiones para ampliar la colección
Los usuarios han acogido la nueva incorporación a la familia Barbie con los brazos abiertos. «¡Esto es increíble! De niña me hubiera encantado tener una muñeca que fuera como yo. Ahora las nuevas generaciones pueden», comentaba una usuaria en Instagram.
A su comentario le seguía el de una profesora de educación especial que aseguraba que se sentía contenta porque por fin hubiera una muñeca así, porque «significa mucho para los niños verse representados en sus juguetes».
Sin embargo, hay quien pide a Mattel que amplíe su colección haciendo una muñeca con Síndrome de Down negra, pues solo compran muñecas negras a su hija, mientras que un usuario pedía un Ken con Down.
Las peticiones se amplían a otro tipo de diversidades como el autismo, el Síndrome de Tourette, la parálisis cerebral o la ceguera. También piden un Ken «gordito» y muñecos que se alimenten mediante gastrostomía.
Sin menospreciar la buena intención de Mattel al lanzar muñecas inclusivas, debemos pensar también en la gran estrategia de marketing que rodea a Fashionistas. La colección ayuda a que las niñas y niños puedan elegir los juguetes con los que más identificados se sienten y se rompan las barreras de la discriminación contrarrestando el estigma social a través del juego.
Por todo ello, en una era en la que el feminismo y la inclusión han tomado fuerza, no tiene sentido seguir fomentando la imagen de una mujer u hombre «perfectos». Mattel ha acertado al apostar por la diversidad, aunque en algunos casos se quede corta, también en el caso de la muñeca con Síndrome de Down, pues a pesar de los rasgos típicos de la T21, la muñeca sigue siendo totalmente normativa.