La jeltzale Artolazabal paga caros sus fallos: padrón, Kai Nakai, LGTBI, amianto...
El PNV ha pasado de ser la primera fuerza a convertirse en el cuarto grupo político en el Ayuntamiento de Gasteiz. La sustitución de Gorka Urtaran por Beatriz Artolazabal no ha dado resultado y han pesado más las polémicas por el pódcast con Kai Nakai, su residencia, las siglas LGTBI o el amianto.
En 2019, con Gorka Urtaran de candidato, el PNV se convirtió en la primera fuerza en el Ayuntamiento de Gasteiz. Obtuvo más de 28.000 votos que le otorgaron siete ediles en el Pleno. Cuatro años después, la formación jeltzale decidió sustituir al primer edil, poniendo a Beatriz Artolazabal como cabeza de lista en los comicios del 28M. La jugada no ha salido como esperaban. Han logrado 21.454 votos, casi 7.000 menos, y han pasado a ser el cuarto grupo, con seis concejales.
La jugada del PNV, o mejor dicho la mala jugada de los jeltzales, se fraguó en otoño, cuando el Araba Buru Batzar (ABB) propuso a Artolazabal como candidata a la Alcaldía. Se trató de una polémica decisión, adoptada en base a las encuestas y tras meses de rumores. Todos los medios daban por hecho que la consejera de Lakua daría el salto a la política municipal, pero Urtaran no arrojaba la toalla. «Gero gerokoak», respondió a NAIZ en una entrevista concedida en verano.
Artolazabal era un rostro conocido entre los periodistas, ya que ostentaba la cartera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, pero no tanto entre los vecinos y vecinas de Gasteiz. Es más, en primavera, tras su presentación, más de un medio de comunicación dio cuenta de que la candidata jeltzale a la Alcaldía no vive en la capital alavesa. Está empadronada en Arratzua-Ubarrundia.
Esta fue la primera polémica protagonizada por Artolazabal, que en el pasado había acaparado titulares por cargar contra Unai Parot en un acto de memoria de 1936 celebrado en Elgoibar en septiembre de 2021, o por aseverar el pasado mes de enero que frente a Franco «había muchas formas de rebeldía no violenta, como vestir kaikus». Y la cosa fue a peor durante las dos semanas de campaña electoral.
Quiso utilizar la fama entre los jóvenes de la cantante Kai Nakai, que se vio envuelta en el enfrentamiento partidista. Participó en un pódcast con Artolazabal, que fue interpretado por muchas personas como un apoyo expreso de la cantante a la candidata. En redes, las primeras críticas, que no iban mucho más allá, se agudizaron al recordársele a Nakai la intervención de la Policía Local en el gaztetxe, prohibiendo unos conciertos y deteniendo al técnico de sonido.
Ante lo ocurrido, la cantante publicó un comunicado en el que pedía «disculpas» por el «malentendido», y mostraba su apoyo a la labor del gaztetxe. Sin embargo, Artolazabal reinterpretó a su modo el comunicado de la joven, indicando que «no hay libertad en este país». Estas palabras dejaron dos cosas claras: la primera, que su principal rival político era EH Bildu, y la segunda, que no tendría reparos en echar mano del conflicto para tratar de rascar votos.
La prueba llegó en el debate organizado por EiTB, donde Artolazabal realizó una referencia velada a ETA para responder a las críticas y a las propuestas de la candidata soberanista, Rocio Vitero. «Me sorprende que la representante de EH Bildu esté hablando de política industrial cuando sabemos cuál ha sido su política industrial durante los últimos 40 años. [...] Que venga ahora a defender a los empresarios y a las empresarias me sorprende, me molesta y me indigna», apuntó.
Y la cosa para Artolazabal fue a peor al día siguiente. El viernes vivió un auténtico «viernes negro». Primero corrió como la pólvora en redes sociales un vídeo grabado por ‘Gasteiz Hoy’ en el que quedaba claro que la candidata, consejera de Igualdad durante dos legislaturas, no sabía el significado de las siglas LGTBI. «Lesbianismo... LG gays... LGT trans... fobia... LGTB... a ver, ya no me acuerdo y la I, pues tampoco me acuerdo en este momento», respondió.
Al mediodía cometió el segundo fallo, esta vez en el debate organizado por la Cadena Ser, donde abrió la puerta a la posibilidad de que Gardelegi acoja amianto, una idea rechazada por el resto de grupos municipales, e incluso por el propio Gorka Urtaran. «Nosotros tendremos que gestionar nuestros residuos. Para ello habrá que adecuar al vertedero y veremos jurídicamente cuál es la fórmula para hacerlo», apuntó sin calibrar las consecuencias de sus palabras.
Superada por su compañero de filas en Gasteiz
A la jeltzale, que no quiso conceder una entrevista a NAIZ, no le ha valido ni proponer la creación de una playa en Gasteiz. Y no solo le han superado en votos las candidatas de EH Bildu, PSE y PP, sino que también ha logrado más apoyos en Gasteiz Ramiro González, diputado general y candidato del PNV a la reelección.
De hecho, el PNV ha sido la segunda fuerza más votada a las Juntas Generales en Gasteiz, con 23.254, medio millar menos que la formación soberanista y un centenar más que el PSE. Una diferencia de casi 2.000 votos entre González y Artolazabal en la capital alavesa.